Sannins, pruebas y planes macabros.

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A ese sitio no le llamaban el "bosque de la muerte" por nada, los árboles eran inmensos y cubrían casi por completo los rayos del sol con todo el follaje que tenían, las raíces de estos hacían que el camino fuera más difícil de cruzar, y eso sin contar a las criaturas que podían habitar ahí.

Estaba bastante sorprendida por el grado de dificultad que ponían en ese mundo para saber si los ninjas eran dignos de ser promocionados, ni siquiera la sociedad de almas era tan dura con sus shinigamis.

Tal vez podrían aprenderles una o dos cosas a los ninjas.

Yoruichi se había prometido no interferir en el examen de Sakura, la chica era lo suficientemente capaz de superar todo aquello ella sola, pero nada le impedía ser una simple observadora. No se arrepentía de haberse colado para husmear en los exámenes, esa prueba escrita había sido muy divertida, en especial porque había algunos mocosos que ciertamente no tenían la más mínima idea de cómo recolectar información sin ser atrapados, otros tantos eran muy creativos, algunos ni siquiera se habían dado cuenta del objetivo de la prueba y se la pasaban mirando al techo como si de repente las preguntas les fueran a caer del cielo (ese niño rubio llegó a darle lástima) y luego estaba la pequeña Sakura, quien demostró tener una mente más que capaz y ni siquiera necesito copiar para completar el examen con éxito.

Sin duda esa inteligencia y memoria la había sacado de Mebuki.

Después de que el hombre de la cicatrices les hubiera explicado a los chicos de los objetivos de la prueba una sonrisa se instauró en el felino, después de todo ese tipo había jugado con los miedos de los ninjas y los había orillado a rendirse antes de tiempo al decirles lo difícil que era la última pregunta, una manera muy efectiva para deshacerse de los que tenían una mente débil y con poca determinación, un método retorcido y eficaz que le pareció muy divertido como ex capitana de la segunda división, que era la más parecida en cuanto a las habilidades ninja se trataba.

Justo acabando el discurso de aquella extravagante mujer de abrigo beige, corrió rápidamente entre el bosque para buscar a la joven pelirrosa. Quien sabe que pudiera ocurrir en aquel escenario tan peligroso, y no lo decía por los otros equipos, ni por los peligros que él mismo bosque tenía, todo eso era meramente físico; a lo que realmente le temía Yoruichi era que algún hueco, o incluso algún shinigami en busca de las almas caídas en el bosque, la encontraran.

Ninguna de esas dos posibilidades era buena para Sakura.

Además estaba esa extraña y gran fuerza que podía sentir cerca de la chica... nada bueno podía venir de eso.

-así que tú eres la hija de Mebuki ¿no es así?

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-así que tú eres la hija de Mebuki ¿no es así?

Sakura observó con el ceño frunció a la voluptuosa mujer frente a ella que la miraba con expresión divertida.

Tsunade Senju.

¿que hacía una sannin ahí? En especial ella; la mujer que se la pasaba viajando por el mundo, bebiendo todo tipo de sake y apostando en juegos que siempre terminaba perdiendo. Sabía por medio de su tía y su abuela que Tsunade siempre rechazaba la idea de regresar a la aldea por sucesos del pasado, era muy extraño verla ahí.

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