Escudo solar

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La audiencia empezaba a desesperarse, muchos empezaron a abuchear a la niña pelirrosa que no daba indicios de aparecer en el campo de batalla y otros simplemente estaban de acuerdo con la decisión de la chica de no querer aparecer, al menos era sensata y le quedaba claro su lugar.

-¿qué pasa porque no sale?- Yue miraba con preocupación la arena. Su sobrina debía de estarla pasándola mal, si a él le molestaban los comentarios indiscretos de los demás, no quería imaginarse lo que sentía Sakura.

-solo espera...- susurró Yoru. Normalmente su madre era la que hacía esas cosas, pero por esa ocasión le rezó a las diosas creadoras para que ayudaran a la niña.

Abajo, en la arena, Genma intentaba ganar tiempo para la joven pelirrosa, el Uchiha también había llegado tarde, pero en ese caso el contrincante del chico aún no estaba en la arena y el hijo del Kazekage estaba ahí desde hace unos minutos, las reglas eran más estrictas cuando uno de los participantes ya estaba presente y el otro llegaba tarde.

Y al parecer el público estaba muy consciente de esto. Debió dejarle este trabajo a otro ¿por qué Hayate debía enfermarse justamente ese día? El maldito suertudo debía de estar muy cómodo en su casa siendo cuidado por su amorosa novia. Y el ahí lidiando con el público molesto... ese idiota le debía una grande.

Volteó a ver al Hokage, se sorprendió al ver cómo este negaba, resignado a lo que iba a pasar.

Dudó un momento, no sabía que hacer, se trataba de Sakura; la hija de Mebuki-sensei, la niña que había cuidado incluso desde antes que esta naciera, su pequeña Sakura... a la que su equipo juró proteger de los males que causaba esa especie tan cruel que eran los hombres.

No podía simplemente sacarla de la competencia cuando sabía lo mucho que se había esforzado por esto.

-bueno... -se aclaró la garganta, era difícil hacer eso.

Mientras tanto, Gaara estaba parado en medio de la arena con los ojos cerrados y los brazos cruzados ¿dónde estaba esa niña que le había asegurado que lo vencería? Al parecer era igual que todos y olvidaba fácilmente aquello que prometió. No debía sorprenderse cuando ya conocía la naturaleza de todas las personas en ese mundo.

-ya que Sakura Haruno no está...- empezó a decir el castaño, pero fue interrumpido por un fuerte estruendo que acabó por callar a todos los presentes.

Sakura había aparecido en la arena, estaba de rodillas por el aterrizaje, su puño estaba incrustado en el suelo provocando pequeñas grietas debido a su fuerza.

Sin duda combinar el shunpo con su fuerza provocaba un gran impacto.

-lamentó llegar tarde- exclamó, levantando la cabeza, dejando ver su mirada llena de decisión y coraje, cosa que dejó sorprendido a Gaara, esa niña mostraba confianza a pesar de tener a todos en su contra.

-¡vamos, Sakura-chan!- exclamó Naruto casi a la orilla del barandal, siendo sostenido por Sasuke, quien dejaba ver una pequeña sonrisa.

Los familiares de la pelirrosa dejaron salir un pequeño suspiro de alivio.

Aquellos que conocían a la pelirrosa se aliviaron al verla. Genma sonrió, debió haber sabido que esa chiquilla no iba a rendirse tan fácilmente, no era el estilo de una Haruno.

-bien- el jounin alzó la voz- ya que los contrincantes se encuentran presentes podemos dar por empezada la última batalla del examen- le dio un último vistazo a la niña para asegurarse que estaba bien, y sonrió al darse cuenta que esta estaba ansiosa por empezar- ¡empiecen!

-debiste haberte rendido cuando tuviste la oportunidad- exclamó Gaara, normalmente habría acabado con eso lo más rápido posible, su sed de sangre era imparable pero esta vez no tenía ganas de pelear contra la pelirrosa... solo... no quería lastimarla.

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