Postres empapados y mentes en las nubes

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Solo había sido un sueño ¿verdad? No era más que un extraño producto de su mente hiperactiva, su tía Rei estaba bien en alguna aventura de la que como siempre saldría ilesa e iba a regresar a la aldea con algún extravagante obsequio en sus manos.

Entonces, si era así ¿porque tenía esa extraña sensación en el pecho que le decía todo lo contrario?

Y no sólo era esa extraña visión (o sueño la verdad es que no tenía ni la menor idea de que había sido eso y cada vez estaba más inquieta por eso) también estaba el ataque por parte de ese espadachín de la niebla que los había tomado por sorpresa.

Luego de despertarse sobresaltada por haber presenciado la muerte de su tía abuela, Kakashi-sensei decidió emprender la marcha hasta el hogar del señor Tazuna, claro que las miradas curiosas de sus compañeros no pasaron desapercibidas para ella.

El camino fue tranquilo hasta que, en uno de los actos estúpidos de Naruto, este lanzó un kunai al aire dándole directamente a un conejo blanco, ahí fue cuando las alertas se encendieron ¿un conejo blanco cuando ni siquiera era invierno?

Todo fue de mal en peor cuando Zabuza Momochi apareció con esa gigantesca espada suya y los atacó cargado con toda su sed de sangre.

Esta misión estaba probando ser aún más peligrosa de lo que habían pensado. Habría que tomar medidas extremas, en especial si quería proteger a la familia del señor Tazuna ahora que su maestro había quedado muy lastimado tras el encuentro con el espadachín de la niebla. Y para colmo la voz en su mente había estado inquietantemente callada.

-¿Sakura-san, está bien?

La hija del señor Tazuna, Tsunami, la miraba con preocupación y curiosidad mezcladas en sus facciones.

Se dio cuenta de que entre sus cavilaciones había hecho trizas una de las papas que estaba ayudando a pelar.

-l-lo siento Tsunami-san, estaba algo distraída- explicó la niña volviendo a su tarea.

La mujer de la casa sonrió, la niña se había empecinado en ayudarle con la cena luego de haber llegado a su hogar con su malherido sensei en brazos.

-deberías ir con tus compañeros y descansar- sugirió con preocupación en su voz.

-prefiero mantener mi mente ocupada en el algo, si no lo hago voy a volverme loca- explico la joven con cansancio.

Tsunami suspiró derrotada y continuó con sus tareas- aún eres muy joven como para preocuparte de tantas cosas querida, aunque supongo que así es la vida de un ninja- mencionó supervisando la sopa miso que estaba en la estufa. En su pequeña aldea no había tal cosa como ninjas, sólo eran simple campesinos buscando un poco de paz, hasta que claro llegó Gato y sus secuaces a sembrar dolor y sufrimiento.

-tal vez pueda preparar el postre si usted quiere, soy buena en la repostería- sugirió Sakura terminando de pelar las papas para el curry- es lo menos que puedo hacer después de que nos ayudo a curar a Kakashi-sensei.

-no hay de que Sakura-san, después de todo fuiste tú la que busco las plantas medicinales- mencionó sonriendo hacia la niña, en verdad le agradaba esa pequeña kunoichi tan amable y servicial- sería muy lindo tomar algo de postre, hace mucho que la panadería de la aldea no abre.

-¡ya verá Tsunami-san! ¡Haré el mejor postre que haya probado!- exclamo Sakura con orgullo sacando los ingredientes.

Tsunami sonrió viendo como la niña preparaba todo llena de emoción.

Tal vez tener a esos pequeños ninjas ahí no sería tan malo después de todo.

Tal vez tener a esos pequeños ninjas ahí no sería tan malo después de todo

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