Cúmulo de estrellas

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-¿enserio hizo eso?

La señora Do asintió con seguridad mientras preparaba los ingredientes para la venta de ese día, era muy temprano todavía, pero la plaza ya estaba en movimiento, los inquilinos nunca descansaban. En especial las mujeres, por algo siempre sabían muy bien cada cosa que pasaba en el lugar, se podría decir que ellas eran quienes manejaban todo.

-así es- la forma en la que partía los vegetales demostraba que estaba algo enojada- el jefe Yoshio suele ser difícil de descifrar pero está empezando a colmar mi paciencia.

-pensé que quería ayudar a esa niña- inquirió la señorita Mayu poniendo mucha atención a lo que tenía que decir su mayor.

-¡claro que si! Pero no pensé que fuera a poner a Sakura como su maestra- levantó el cuchillo indignada- como si esa niña no tuviera ya mucho que hacer. Creo que se ensañó por lo de ese hombre que la trajo dormida ese otro día.

Ambas mujeres se quedaron calladas unos momentos, sonrojadas al recordar al apuesto hombre que trajo a Sakura el otro día, era como uno de esos hombres de las novelas coreanas que a la señorita Mayu le gustaba ver. Todos en la plaza quedaron asombrados esa vez, incluso el jefe Yoshio se quedó sin palabras.

-n-no importa- Mayu negó muchas veces- tal vez sea beneficioso para Sakura-chan, convivir con las mentes jóvenes puede abrir mucho el panorama y ha estado avanzando mucho en su terapia, incluso toma clases extras y tiene un amigo que viene por ella diario.

-si, y un hombre que parece un príncipe que la trae medio inconsciente ¿eso también es parte de tu terapia?- la señora Do alzó ambas cejas.

-bueno, no, pero tampoco creo que Yoshio-san quiera desquitarse, el se preocupa mucho por Sakura-chan, debe pensar que esto será de ayuda para ella- al mencionar el nombre del antiguo bailarín la señorita Mayu sonrió con cariño.

Ante la cursi aura que rodeó a la terapeuta la señora Do rodó los ojos, partiendo una lechuga a la mitad en un estruendoso corte.

-aún así, sigo pensando que esa niña tiene muchas cosas que hacer, incluso ella que es tan hiperactiva merece descansar- volvió a opinar- pero ese hombre nunca escucha.

-creo que solo nos queda ver lo que pasará- comentó la señorita Mayu, si veía que esto afectaba a Sakura de manera negativa tendría que interferir y hablar con el jefe Yoshio- dijiste que esa niña vendría por la tarde ¿no?

-si- bufó la mujer- Sakura se llevará una gran sorpresa.

Ambas mujeres suspiraron cansadas.

-¿por qué tengo que estar aquí tan temprano?-se quejó Sakura con la cabeza medió ladeada soltando un profundo bostezo en medio de un campo de entrenamiento escondido

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-¿por qué tengo que estar aquí tan temprano?-se quejó Sakura con la cabeza medió ladeada soltando un profundo bostezo en medio de un campo de entrenamiento escondido.

El capitán comandante observó a la pelirrosa con seriedad, propinándole un ligero golpe con su bastón a la adormilada muchacha, haciendo que esta diera un pequeño salto acompañado de un chillido.

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