Chico bueno

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¿Así se sentía morir? Porque no le desagradaba, en especial porque podía apreciar cuanto quisiera la cálida sonrisa que hacía que los vivaces ojos esmeraldas brillaran con alegría. Se sentía ligero, flotando en la nada.

Además, estaba muy calientito, sentía como si alguien lo estuviera abrazando. Su imaginación hizo de la suyas y no pudo evitar pensar en los brazos de Sakura rodeándolo. Eso inconscientemente le sacó una pequeña sonrisa.

-Sakura...-masculló al sentir más calidez.

-esa es una reacción interesante...

Alguien si estaba cerca de él, muy cerca, pero no era la linda pelirrosa que había estado en su mente, ni mucho menos está la llamaba con su melódica voz, más bien era una voz gruesa y profunda. Aquello terminó por sacarlo de su trance.

-¡¿pero qué carajo?!-se encontró cara a cara con el tipo que ayudaba al sombrerero loco- ¡¿por qué está encima de mi?!

-buena reacción, muchacho. Aunque lamento no ser la señorita Sakura, tal vez la próxima le diga que tome mi lugar.

Los colores se le subieron a Ichigo, quien por la vergüenza lanzó lejos al hombre de anteojos.

-veo que ya despertaste. Al parecer la linda Sakura hizo un buen trabajo con tus heridas-el dueño del lugar entró a la habitación después de escuchar todo el alboroto- es bueno ver que sigues vivo, ese otro chico se recuperó más rápido.

-Ishida... ¿el está bien?-preguntó preocupado al recordar el estado en el que se encontró a su compañero de clase en ese pelea.

-claro, le dieron un buen susto a Sakura pero se encargó de maravilla de ustedes-cubrió su rostro con su abanico- hace un rato que ella acompañó a Ishida a su casa.

Ichigo recordó los sucesos; su enfrentamiento con esos dos tipos que se llevaron a Rukia, las duras palabras de la shinigami y los tristes ojos verdes de Sakura observándolo mientras lo curaba.

-ella se fue... enserio lo hizo. Ellos le harán daño, lo se y aún así estuvo dispuesta a irse para evitar que ese tipo me matara.

Kisuke observó desde arriba al muchacho; tenía voluntad, tal vez sus poderes de cegador le fueron arrebatados pero podía trabajar en eso, lo único que necesitaba era que el chico estuviera dispuesto a afrontar lo que venía.

-¿y vas a dejar que eso pase?

-¿de qué habla? No es como si pudiera ir a la sociedad de almas. Ahora solo soy un humano.

-en realidad si la hay, puedo ayudarte a llegar ahí-le dijo con una sonrisa misteriosa.

-¿y qué estamos esperando? Tengo que ir ahí por Rukia-exclamó el imprudente muchacho.

Antes de que pudiera decir algo más, Urahara levantó su mano- solo tengo una condición; tendrás que entrenar conmigo por diez días. En tu condición actual no podrías poner ni un pie en la sociedad de almas sin morir- explicó el hombre- normalmente la sociedad de almas da un mes antes de la ejecución de algún prisionero, entrenaremos por 10 diez días, me tomará 7 preparar el portal y tendrás 13 días para salvar a la señorita Kuchiki ¿qué te parece?

Ichigo soltó un gruñido, era mucho tiempo, pero debía admitir que el rubio tenía razón.

-hagámoslo.

-hagámoslo

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