Cometas por el cielo

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— ¿por qué está así esa niña? — preguntó la señora Do no tan sorprendida sirviéndole un plato de bollos al vapor recién hechos al jefe de la plaza — ¿no estarás cargándola de trabajo otra vez, verdad Yoshio?

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— ¿por qué está así esa niña? — preguntó la señora Do no tan sorprendida sirviéndole un plato de bollos al vapor recién hechos al jefe de la plaza — ¿no estarás cargándola de trabajo otra vez, verdad Yoshio?

El jefe no se inmutó ante el semblante duro de la mujer, bien sabían todos en ese lugar que había que temer a dos personas y esas eran la señora Do y el jefe Yoshio; aunque el último intimidaba más con esa mirada suya que la dueña del restaurante y su sartén. Pero el jefe nunca se mostraba intimidado, tal vez sus años en el duro y competitivo ambiente de los bailarines forjó esa personalidad tan dura.

— ha estado así desde hace unos días — le informo desinteresado — al parecer esos proyectos suyos que hace por la tarde hacen que se canse.

La señora Do frunció el ceño, poniendo sus manos en su cintura — ¿para eso querías que entrara en esa escuela de ricos? Pobre niña un día de estos la van a hacer polvo — dijo resignada recogiendo la charola para regresar a la cocina mientras mascullaba cosas acerca de escuelas tiranas y niños explotados.

Cuando los murmullos de la dueña del lugar desaparecieron el jefe volvió su vista a Sakura; había cambiado esos días, demasiado a decir verdad. El cabello lo tenía largo, más de lo que le había visto en todos los años que llevaba de conocerla, aunque cuando las personas de la plaza preguntaron la pelirrosa explicó que necesitaba un cambio y una amiga suya le ayudó a ponerse algunas extensiones, la señora Mimi se mostró muy sorprendida de lo naturales que se veían pero el tema del cabello se dejó de lado muy pronto. Probablemente lo que más se destacaba ahora en ella, a parte de su extravagante apariencia, era el nuevo pendiente en forma de luna coronada por una estrella que estaba en su oreja derecha.

Pero también, parecía estar madurando... ya no era la misma niña bajo la lluvia que encontró deshecha. Aunque cierta sombra la cubría.

Una pequeña alarma lo sacó de su evaluación hacía su alumna, haciendo que está levantara la cabeza medio asustada viendo para todos lados desorientada y al darse cuenta del sonido empozó a palpar su ropa en busca de la alarma.

Pero si que seguía siendo ruidosa y dramática.

— no.... — gimió la chica lamentándose de su suerte, dejando caer su cabeza.

El jefe Yoshio le sostuvo la frente con una mano que tenía libre, pero no volteó a ver su lamento prefiriendo mejor darle su atención a los bollos al vapor humeantes frente a el.

Sakura volvió a soltar un gemido lastimero.

— ¿acaso ese proyecto tuyo es demasiado para ti? — preguntó el estoico profesor.

Otro gemido y los ojos verdes lo observaron cansados, dos marcas moradas alrededor de estos parecían respuesta suficiente.

— no necesito un sermón acerca de los valores del trabajo y la responsabilidad — masculla la pelirrosa, viendo el aparato ese que soltaba el sonidito que tanto la molestaba como si fuera su peor enemigo — usted no tiene a alguien molesto detrás de usted que quiere que haga un montón de tareas tontas a cualquier hora.

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⏰ Última actualización: Nov 16, 2023 ⏰

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