Gran rey del cosmos

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Corría con todas sus fuerzas siendo seguida por sus impacientes invocaciones, debía llegar rápido en ayuda de su equipo, la familia del señor Tazuna y las personas que habitaban ese pequeño pueblo.

Sabía que algo muy raro estaba pasando en esos días, cuando apenas iban en camino recibieron un montón de ataques sorpresa por todos lados. Lo más conveniente hubiera sido atacarlos cuando Kakashi-sensei se encontraba herido, pero no hubo ningún ataque en todo el tiempo en el que su maestro estuvo recuperándose.

Además claro estaba, la aparición de aquel extraño ninja enmascarado que supuestamente había estado siguiendo la pista de Zabuza para asesinarlo. Aunque la aguja senbon del ninja jamás atravesó algún punto vital del cuerpo del espadachín de la niebla.

Solo había dos opciones; ese tal Gato era un idiota total sin ninguna estrategia más que la de aprovecharse de los débiles o tenía un plan muy bien estructurado al que les sería muy difícil superar.

-¡Gen!- llamó Sakura a su invocación- ¡tú y los cuatrillizos vayan a casa de Tazuna-san y protejan a Inari y a Tsunami-san!

-¡hai!

Las invocaciones siguieron su camino hacia la casa del constructor de puentes, Akina sobre volaba los cielos en busca de alguna amenaza que se estuviera acercando a su ama.

Cruzo los bosques que rodeaban al pueblo con una velocidad envidiable, cortesía de su don. Pero cuando llegó a las descuidadas calles de la civilización se encontró con una escena no muy grata a sus ojos.

-¡papá!- gritaba la pequeña Erika siendo alejada por los brazos de su asustada madre, quien veía con impotencia y miedo a los hombres que maltrataban a su marido.

Los hombres de Gato habían llegado de repente al pueblo, algo nunca antes visto porque por lo general iban sólo unos pocos para hacer su alboroto, y esta vez había muchos de ellos armados y con intenciones no muy buenas. La mayoría de los lugareños había optado por esconderse en sus hogares intentando pasar desapercibidos y no ser blanco de la violencia de esos hombres.

Al ver como esos despreciables hombres intentaban hacerle daño a su mujer el padre de Erika había querido interferir pero acabó siendo golpeado por ellos.

Cuando uno de ellos estaba a punto de atestarle otro golpe al magullado cuerpo del panadero este se vio interrumpido por un fuerte golpe que recibió en el estomago y lo mando a volar lejos de ahí sorprendiendo a todos los presentes.

-¡Sakura-sensei!- grito la pequeña Erika ahora con una llama de esperanza al ver a la chica de pelo rosa.

-oh lo siento- la chica fingió inocencia- pensé que era un pedazo de basura estorbando mi camino.

Claramente ese comentario no les causo mucha gracia a los mercenarios porque los compañeros del que que estaba inconsciente a unos metros de ahí corrieron a atacarla con mucho enojo en sus miradas.

Que personas tan más insípidas... podía predecir sus movimientos con tan solo verlos. Un hueso roto por aquí, una patada por allá, esquivo uno de los golpes, rompió una espada y en cuestión de minutos tenía un montón de cuerpos adoloridos a su alrededor.

Patéticos.

-no tardarán en venir más Sakura-sama, su equipo está en el puente peleando contra dos individuos muy poderosos- informó Akina aterrizando con gracia en el antebrazo de su maestra.

-¿puedes cuidarlos?- la chica se dirigió al extraño gato que la había seguido hasta ese momento y que se había mantenido como un simple espectador. Aún no sabía qué relación tenía el animal con su familia ni porque parecía conocer tanto de ella pero algo le decía que podía confiar en la criatura.

Haruno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora