Supernova

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—¿pero qué estás diciendo, niña?—el rubio aún estaba de rodillas, miraba de reojo a la recién llegada, dejando que su cabello rubio cubriera su rostro

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—¿pero qué estás diciendo, niña?—el rubio aún estaba de rodillas, miraba de reojo a la recién llegada, dejando que su cabello rubio cubriera su rostro.

Sakura no vaciló en el agarre de su zanpakutō. Mantuvo su mirada fiera, fija en el rubio, se había esforzado mucho en crear un límite de chakra para que Taiyō no pudiera escapar.

—has estado luchando todo este tiempo solo con tu dolor—exclamó con fuerza—eso ya es lo suficiente malo pero no pienses que por eso vas a salvarte de la paliza que voy a darte por dejarme sin decir nada.

Esa niña no cambiaba; Taiyō rió desganadamente, levantándose con pesar aún dándole la espalda a la pequeña kunoichi.

—al fin me has encontrado—invocó su espada, el filo de esta comenzó a brillar fuertemente—dime, Sakura Haruno ¿piensas someterme?—volteó hacia ella apuntándola con el arma.

Claro... todo ese asunto de someter a las zanpakutōs y esperar lealtad ciega de su parte...

—no eres un objeto como para que tenga que usarte y someterte así como así Taiyō—Sakura bajó su kunai enarcando una ceja—pensé que me conocías mejor que esto—dijo con tristeza—solo quiero saber porque respondiste al llamado de Muramasa—levantó la mirada—se supone que él saca el rencor y resentimiento de las zanpakutōs ¿no es así? ¿Qué es eso que más te aqueja? ¿Por qué no me lo dijiste?

Ella ya conocía la razón, pero necesitaba que Taiyō fuera sincero; solo así sabría qué decisión tomar.

—no hay mejor forma de estrechar lazos que una buena pelea ¿no es así?—Taiyō bromeó con una leve sonrisa—es lo que dice tú abuela ¿cierto? Una buena batalla puede traer verdades ocultas.

Sakura frunció el ceño, tonto astuto—bien, supongo que después de todo los dos hablamos el mismo idioma.

Tanto zanpakutō como kunoichi sonrieron en reconocimiento, ansiosos por pelear con alguien que era "su igual".

Taiyō dejó que su espada se transformara en el conocido escudo antes de que la pelirrosa pudiera asestar un potente golpe que resonó en todo ese bosque con una fuerza sonora que provocó una gran ola de aire.

—eres bueno—elogió Sakura—¡pero no pienso perder! ¡Shannaro!

La zanpakutō se mostró orgulloso—yo tampoco, Sakura.

Una danza comenzó entre los dos, Sakura se defendía buen cuerpo a cuerpo esquivando los golpes del escudo de Taiyō, mientras que el rubio bloqueaba los puños cargados de fuerza de la chica, algunas veces con dificultad debido al don de esta pero eso no quitaba lo fascinante que era ver a esos dos pelear.

Nuevamente Taiyō bloqueo con su escudo uno de los golpes, esta vez una potente patada que lo mandó a derrapar unos metros.

La espada sonrió, hacia mucho que no peleaba de esa forma; su escudo cambió por un lanza que fue detenida en el aire por un kunai de la pelirrosa, pero el arma ninja quedó destrozada al hacer frente al arma legendaria, ante esto Sakura chasqueó la lengua mientras hacía un split para esquivar la lanza antes de que acabara por cortarle la cabeza, giró sobre si para reincorporarse y seguir con el ataque.

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