Almas, errores y libertad

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¿Por qué había aceptado eso? Ah, si. Porque no quería que el loco mejor amigo de su tía la delatara y acabara muerta después de que Yoruichi se enterara de su pequeña tardanza en el colegio.

-es importante que representen a nuestra institución de la mejor manera posible- escuchó decir al profesor- no esperamos más que la excelencia de su parte. Hay que mantener nuestra posición en el top 10 del país ¿entendido?

Los pocos compañeros que la rodeaban asintieron con entusiasmo, mientras que ella solo dio una silencio respuesta. El profesor posó su mirada en ella, analizándola como si de repente fuera a ocasionar una catástrofe.

Sakura siempre fue una come libros. En la academia ninja solía obtener las mejores notas, aún por encima de otros niños que venían de clanes importantes, lo cual no gustaba mucho a algunas personas ¿cómo es que una niña de un clan marginado podía ser mejor que los más "fuertes"?

Y eso no había cambiado mucho en ese nuevo mundo en el que estaba. Si, podía ser una buscapleitos y tener un pésimo sentido del tiempo. Pero eso no quitaba que era la mejor de la clase (y si ella se lo propusiera lo sería de la escuela). Al ser una de las estudiantes patrocinadas por un tutor con dinero, no era del agrado de muchos que ella fuera la que encabezara esa competencia silenciosa por ser el mejor.

-señorita Haruno- la llamó el profesor- esperó que, dado que se ofreció sorprendentemente a participar en el maratón académico, guarde sus extraños hábitos y saque a relucir ese brillante cerebro que posee ¿entendido?

¿Eso había sido un insulto o un halago? Algunos de sus compañeros comenzaron a reír entre dientes, haciendo gruñir a la chica. Ya se las pagaría Urahara por haberle ofrecido al director su participación en ese tonto maratón.

Que casualmente era en Karakura y justo en el instituto al que iba Kurosaki Ichigo.

-eres una chica inteligente, no debería ser difícil para ti pasar las rondas. Además este año la sede será en la preparatoria de Karakura, podrás estar cerca del chico sin tener que descuidar tus deberes.

Eso le había dicho Urahara mientras esquivaba los golpes que le dirigía la pelirrosa.

-dije que si quedó todo entendido, señorita Haruno- el hombre se puso de frente a la joven.

-si, señor- masculló con cierta dificultad, tratando de controlarse para no decir algo fuera de lugar.

-muy bien, entonces suban todos al autobús- exclamó el hombre dejando que los alumnos emprendieran la marcha por fin. Algunos llevaban equipaje como si fueran a quedarse toda la vida.

La pelirrosa bufó mientras tomaba su pequeña mochila para subir en el autobús que la llevaría hasta una nueva misión.

Como siempre, Rukia lo había arrastrado a una zona apartada del colegio, lejos de las miradas indiscretas de los demás alumnos

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Como siempre, Rukia lo había arrastrado a una zona apartada del colegio, lejos de las miradas indiscretas de los demás alumnos.

-¿y ahora porque estamos aquí? Últimamente estas actuando muy raro.

Haruno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora