Recuerdos de un amor pasado

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Ven pequeña niña, déjame mostrarte lo que tanto anhelas, pasa a través del dolor y los lamentos, la belleza del amor fue destruida, un alma castigada, una pareja separada, una vida concebida y una familia sacrificada.

En la sociedad de almas existían clanes nobles que ayudaron a crear el Gotei 13 que todos conocían, era por eso que estas familias eran veneradas y vivían entre grandes lujos; cualquiera pensaría que nacer en el seno de una familia noble era lo mejor que podría pasarle a un alma, siempre en el estatus más alto, grandes riquezas y una vida asegurada.

Para Kizashi Shihoin fue un alivio  haber nacido como el segundo hijo de la familia; de esa manera su hermana mayor podría hacerse cargo del gran peso que era ser la heredera del clan.

Sin embargo ese alivio no duró mucho; su hermana mayor desertó de la sociedad de almas, dejándolo a él como el siguiente en la línea y a cargo no sólo del clan, sino que también de la segunda división, que como ya era costumbre siempre era manejada por el líder del clan Shihoin.

-¿escondiéndote otra vez de de tu teniente, capitán Shihoin?

Los capitanes del octavo y treceavo escuadrón observaban con una sonrisa al joven capitán, quien al verlos sonrió nervioso rascándose la mejilla sin saber qué excusa poner, al menos habían sido ellos los que lo habían encontrado y no su pequeña y enojona teniente; Soi Fon aún seguía un poco resentida por la repentina desaparición de Yoruichi y el no era mucho del agrado de la joven, aunque Kizashi debía admitir que era una shinigami muy talentosa, sus habilidades con el shunpo eran muy buenas, no tanto como las de su hermana mayor pero a Yoruichi no la llamaban la diosa de la velocidad por nada.

-supongo que no tiene caso inventar alguna excusa- exclamo el joven noble recostándose mejor en la hierba.

-me sorprende que la teniente Soi Fon no te haya encontrado, considerando que siempre te la pasas aquí- señalo Ukitake viendo el paisaje lleno de flores de cerezo, era bien sabido el gusto que el capitán de la segunda división tenía por aquellos árboles, gusto que era equiparable al del capitán del sexto escuadrón, Kuchiki Byakuya.

-creo que más bien le está dando su tiempo Shiro-chan- comentó el capitán de haori rosado tomando asiento junto a Kizashi- escuche que pronto te comprometerás.

Para los dos capitanes no pasó desapercibida la forma en la que el heredero Shihoin se tensaba; conocían al chico desde que este era un niño que se la pasaba detrás de su hermana mayor en busca de nuevas técnicas que aprender, siempre despreocupado, era un chico muy talentoso que no quería estar bajo el yugo de las tradiciones de su clan y mucho menos ser obligado a estar en un matrimonio arreglado.

Ambos hombres vieron la sombra que cubrió los vivaces ojos dorados del capitán.

-escuche que Yama-jii está planeando una excursión a una de las dimensiones del mundo humano, necesita que uno de los capitanes vaya y se encargue de ciertos asuntos- comentó Kyoraku como quien no quiere la cosa, Ukitake no pudo detener a su amigo, no cuando había visto aquella reacción por parte de Kizashi.

Haciendo gala de sus grandes habilidades con el shunpo, el joven Shihoin se fue de ahí, muy probablemente a las instalaciones del primer escuadrón en busca del capitán comandante.

-¿crees que sea lo correcto?- cuestionó el capitán de la división trece.

-el chico necesita tiempo para asimilar lo que le espera, ya ha perdido mucho en los últimos años, no le hará daño un tiempo en el mundo humano- exclamo el desvergonzado capitán listo para tomar una buena siesta.

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