Fuera de este mundo

736 101 42
                                    


Tristeza, desesperación, soledad... todas esa emociones tan negativas se arremolinaban en su joven mente de 12 años.

Hace semanas aún estaba en su aldea, con su familia sin siquiera pensar en la horda de desastres que se abalanzarían en contra de ella. Ahora estaba sola, lejos de su hogar... MUY LEJOS DE SU HOGAR... en un lugar donde justamente su mera existencia ya era un problema.

Ahí todo era diferente a cualquier cosa que hubiera visto, no había ninjas, ni kages y mucho menos chakra, solo civiles con sistemas de gobierno que aún no lograba entender del todo y artefactos extraños.

Además, en ese mundo, a su edad, los chicos aún seguían en una especie de academia, pero sin entrenamiento para ser futuros ninjas al servicio del kage. El sistema era más parecido al modelo de escuelas para los civiles de su aldea.

Así que, según Yoruichi, para mezclarse en la ciudad de Karakura (y sacarla de su nube de tristeza y culpa) tendría que asistir a la secundaria.

Francamente no le interesaba para nada aprender de aquel mundo ¿para qué hacerlo si al final tendría que volver a su hogar? Lo único que estaba en su cabeza era hacerse fuerte para poder enfrentarse a Natsu y liberar a su clan. No tenía tiempo de volver a la escuela.

-quita esa cara.

Sakura hizo una mueca bajando la mirada hacia el gato negro que iba a su lado muy contento. Algo incómoda, la pelirrosa acomodo el gorro que cubría su cabeza.

-acepté venir aquí, pero nunca dijiste que tendría que volver a la academia-se quejó entre gruñidos- ¿y por qué tengo que usar esta cosa?

Los grandes ojos dorados del gato la observaron intensamente- Irás a la secundaria solamente, y el cabello rosa es algo vistoso. El director mencionó que sería mejor que lo usaras para no llamar la atención y no puedes usar chakra, ese gorro es la mejor opción y el color se te ve bien.

Otro gruñido se escuchó. Ella no tenía la culpa de que la gente ahí no estuviera acostumbrada a ver personas con cabello rosa.

En contra de su voluntad siguió caminando directo a su perdición, con gorro y todo. Hasta que, niña y gato llegaron en frente de la institución.

-¿si hago esto me entrenaras?

El gato bufó ante la insistencia de la niña. Tal vez podría pedirle un espacio a Urahara para los entrenamientos; sin embargo, si Sakura mostraba sus habilidades indudablemente su mejor amigo iba a enredarla en próximos embrollos.

-más vale que no te arrepientas. Llegar al nivel que quieres será duro-al final cedió, después de todo la niña la había obedecido sin rechistar y que aprendiera a defenderse era crucial - ahora, entra ahí antes de que alguien te vea hablar con un gato.

Más contenta por la promesa de que la mujer la entrenaría, Sakura al fin decidió entrar a ese lugar.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Haruno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora