Dalton se bajó del auto. Me quedé mirándolo muy sorprendido. Parecía asombrado y nervioso por verme. Feliz y asustado a la vez. Muy abrumado.
— ¿Qué... qué haces aquí?— pregunté.
— Escuché tus mensajes— dijo mirándome fijamente—. Y tenía que venir. Necesitaba verte.
— Pero me viste en la mañana.
— Presiento que la situación ha cambiado desde entonces.Bajé la mirada.
— He descubierto cosas— dije.
— ¿Y qué descubriste?Lo miré. Debía ser honesto.
— Has hecho mucho por mí— dije—. Creo que nunca te lo agradecí.
— Podrías hacerlo— dijo—. Pero no es necesario.
— ¿Por qué no?
— Porque yo también he descubierto cosas— dijo—. Y la principal es que de verdad quiero que seas feliz. Creo que no he sido justo contigo en ese aspecto. Sé que te he dicho cosas pero siempre han sido egoístas. Quiero que estés conmigo porque me haces feliz y quiero ser feliz. Pero sé que no es lo mismo para ti. Así que perdóname por portarme como un tonto. Sí, he hecho cosas buenas por ti y presiento que seguiré haciéndolas pero es porque te quiero. No significa que tú debas quererme. Te prometo que no te volveré a presionar para eso. Tienes mi palabra.Lo observé. No se veía bien.
— ¿Entonces aceptarás lo que yo quiera?— dije.
— Sí y no te cuestionaré por eso.
— ¿Aún si no te gusta lo que yo elija? ¿Aún si crees que estoy terriblemente equivocado?
— Creo que no podrías estar tan equivocado nunca. Eres la persona más inteligente que conozco.
— Te equivocas— dije un tanto conmovido—. He cometido muchos errores, más últimamente. El principal es que me enamoré de la persona incorrecta. Y luego cuando apareció la adecuada, hice muchas cosas tontas.Me miraba sorprendido. Yo sentía que quería llorar. Me dolía el corazón.
— Y estoy muy asustado por eso— admití entre lágrimas—. Porque no sé qué va a pasar ahora que sé que quiero estar contigo. Sinceramente nunca he esperado nada de nadie porque parece imposible que alguien me quiera... pero ahora sí espero que pasen cosas. No sé qué pero... esperaba que tú me dijeras. Porque yo tengo mucho miedo.
— ¿Miedo de qué? ¿De mí?Negué con la cabeza.
— De que mi corazón vaya a dolerme toda la vida como duele ahora— dije—. No sé por qué me duele pero sí sé que tiene que ver contigo.
Me quedé mirándolo esperando que hiciera algo.
Se acercó a mí lentamente y me abrazó. Sentí sus brazos alrededor de mí.Mi abuelo solía decirme que existían personas que pasaban 50 años juntos y no lograban enamorarse nunca, mientras que a otras les bastaban sólo unos días.
Quizá sonaba a una locura pero sólo tuve que abrazar a Dalton unos segundos para saber que lo que sentía no era otra cosa más que amor. Y me asustaba, de verdad me daba miedo. ¿Cómo era posible que alguien se enamorara tan rápido? No podía ser normal. Pero lo sentía. Todo lo que pasaba lo podía sentir.
Escuchaba mi propio corazón latir rápidamente, al compás de su respiración junto a mi oído. Sentía sus brazos en mi espalda, y a la vez todo era muy ajeno, como si no pudiera creer que me estaban abrazando así, tan fuertemente, como si temiera que yo fuera a salir corriendo.
Porque no lo haría. Es más, me hubiera gustado estar así toda mi vida. Cerré los ojos.—A mí también me duele— dijo—. El corazón me ha dolido desde hace bastante... y me asustaba que fuera por ti. Y definitivamente es así porque creo que sólo tú puedes hacer que deje de doler. Así que no te asustes. Cuidaré de ti.
Y todo el miedo que sentía se desvaneció de la nada, tan fácilmente que ya no pensé en nada más que no fuera él. Me concentré en el sonido de mi corazón, en su respiración junto a mi oído y en el calor de mi cara, que se quemaba.
— Emery— susurró él—, quédate conmigo.
No dije nada porque no podía, sentía un nudo en la garganta.
— Ven conmigo— dijo, su voz me causaba escalofríos—, ahora que te tengo, no quiero dejarte ir.
Nos separamos. Yo estaba tan abrumado que hasta me sentía mareado. Lo miré, era el mismo Dalton de siempre pero me miraba como si estuviera herido.
— De verdad necesito que vengas conmigo— dijo muy serio.
Como no podía decir nada, simplemente asentí con la cabeza lentamente. Él no necesitó más. Me tomó de la mano y me llevó a su auto. Me subí y me puse el cinturón de seguridad con las manos temblorosas.
Dalton no dijo nada, sólo condujo rápidamente. Yo estaba tan avergonzado y confundido que no dije nada pero lo miré varias veces de reojo. Parecía muy concentrado en conducir, desesperado por llegar.
Mi cara se sentía como si estuviera en llamas. Muy pronto pude visualizar la mansión de Dalton entre los árboles altos que rodeaban su casa. Llegamos y yo me sentía muy abrumado por todo, como si mi cerebro no pudiera procesar lo que estaba pasando, quizá porque yo todavía no me terminaba de creer lo que había ocurrido.Bajé del auto bastante mareado. Dalton me tomó de la mano y me condujo adentro. Pasamos a su mayordomo que le dio la bienvenida pero él no dijo nada, no le importaba, se siguió de largo conmigo hasta las escaleras. Ya arriba nos encontramos con Nancy. Dalton también la ignoró. Entramos a su habitación. Soltó mi mano para cerrar la puerta. Cuando yo iba a preguntarle qué pasaba, se acercó a mí y me abrazó, tan fuerte que mi cuerpo estaba muy cerca del suyo. Podía sentir su respiración.
Estaba tan nervioso que me temblaban las piernas. Intenté respirar profundamente para tranquilizarme pero no podía, la emoción me quitaba el aliento.
Se separó un poco de mí y lo miré por instinto. Estábamos tan cerca que sentía su respiración en mi cara. Me encontraba tan avergonzado pero no quería dejar de mirarlo. Él se acercó más a mí, cerrando el espacio entre nosotros hasta que nuestros labios se tocaron.
Mi corazón iba a explotar. No me moví, estaba muy nervioso. Al principio sólo eran sus labios tocando los míos hasta que se abrió paso y me besó de verdad.La sensación era tan nueva y rara para mí que no supe qué hacer, cerré los ojos, no me moví y me dediqué a sentir la calidez de sus labios, a probar su aliento y a sentir cómo sus brazos sostenían mi cuerpo porque yo estaba tan confundido que no podía mantenerme en pie, como si mi cuerpo pesara. Mis rodillas flaqueaban y sentía que iba a derretirme ahí, mientras él me besaba tan suavemente que hacía que me dieran ganas de llorar. Casi lo hago de no ser porque me quedé sin aliento y me separé de él repentinamente. Intenté regular mi respiración aunque era imposible, mi corazón latía tan rápido que golpeaba mi pecho con fuerza.
— Emery— susurró, nuestras caras aún estaban tan cerca que sentí su aliento—, ¿Estás bien?
— ¿Qué?— dije en mi confusión.Él soltó una risita. Lo miré.
Parecía feliz. Yo por otro lado sentía que todo era un sueño.
Me abrazó. Como al parecer yo no tenía el control de mi cuerpo, no me opuse.— ¿Tú también sientes que estamos en un sueño?— preguntó.
Reaccioné rápidamente y me separé un poco. Lo observé preocupado.
— No lo es— dije—. Soy real.
Se acercó, tomó mi rostro y me besó. Cerré los ojos.
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De Amor Y Otras Cosas Imposibles
Teen FictionDalton necesitaba graduarse a como diera lugar. En su desesperación, le ofreció un trato a Emery, un chico muy inteligente: si le ayudaba a pasar los exámenes, él le pagaría una buena cantidad de dinero. Emery necesitaba el dinero para la universid...