Jamás supe qué técnicas de control mental usó Dalton en mi abuelo pero aceptó que me quedara en su casa. Eso jamás había pasado, el abuelo era tan sobreprotector que creía que yo no estaría seguro en ninguna parte además de su casa.
Sin embargo Dalton logró hacer que me quede sin que pareciera difícil. Quizá él de verdad era bueno para agradarle a la gente. Todos lo querían. Repentinamente descubrí que no podíamos ser más diferentes. Ya lo sabía pero cuando me dijo sus sentimientos simplemente se me olvidó. Sólo quería estar con él, nada más importaba. Pero tal vez las cosas no eran tan simples.Me pasé el resto de la tarde sintiéndome muy incómodo. No tenía ganas de hacer nada, sólo miraba a Dalton y él parecía lejano aunque lo tenía a mi alrededor, sonriendo y luciendo genuinamente feliz. Entonces yo me preguntaba por qué.
No podía pensar en otra cosa que no fuera “¿Qué estamos haciendo?” pero principalmente en mi cabeza lo que más aparecía era un “¿Cuánto durará esto?” porque parecía tener fecha de caducidad. Como si mi felicidad fuera a expirar pronto. Como si yo fuera a despertar de ese sueño.Ya en la noche, Nancy me indicó cuál sería mi habitación. Yo sólo quería irme y dormir para no pensar en nada. Hasta que Dalton apareció.
— ¡Hay que contar historias de terror!— dijo.
Se pasó de largo por la habitación. Nancy se fue. Quedamos solos. Sólo la luz de una lámpara sobre el buró iluminaba el lugar.
— No me sé ninguna historia— dijo—. Pero es porque me asustan fácilmente.
— ¿Entonces porqué las películas de terror te gustan?— pregunté.
— Me gusta asustarme.
— Yo lo odio— dije—. No sé porqué a la gente le gusta exponerse a cosas así.
— Porque es emocionate.
— No sé si soy del tipo de persona que le gusta emocionarse— dije.
— Claro que sí, hemos hecho muchas cosas divertidas— dijo.
— Pero no significa que yo sea divertido.
— Yo creo que lo eres.
— No, definitivamente no— dije.
— Para mí sí.
— Pero tú piensas que el presidente es un robot, es obvio que estás muy equivocado.
— Sí es un robot— dijo—. Lo vi cargar con un par de baterías en sus bolsillos.
— ¿Y? ¿No puede tener baterías?
— No, es sospechoso.
— No es un robot, si lo fuera yo lo sabría. Soy su amigo, me ha abrazado muchas veces y nunca sentí nada extraño.
— ¿Qué tanto se han abrazado?— dijo.
— Ese no es el punto.
— Sospecho que te ha abrazado más veces que yo— dijo—. Y se supone que estás saliendo conmigo.Escuchar eso hizo que mi cara empezara a ponerse roja. Lo había olvidado.
— De verdad estamos saliendo, ¿No?— dije sorprendido.
— ¿Entonces qué crees que hacíamos aquí todos estos días?
— No lo sé, pensé que sólo buscabas una forma de molestar a Nancy y a tus demás empleados mientras tu madre me molestaba a mí— dije.
— ¡Lo sabía, mi madre sí te dijo cosas! ¿Y qué fue?
— No lo sé, ella es muy extraña.
— ¿Quieres que hable con ella? ¿Quieres que haga que se vaya? Porque podría hacerlo.
— No puedes obligar a tu madre a que se vaya de su propia casa— dije.
— Sí puedo. Sólo debo pedírselo a papá.
— ¿Y tu padre lo haría sólo por ti?
— Por mí y por él— dijo—. Si mamá no está, él puede traer a sus amantes.
— De acuerdo, eso ya me dio miedo— dije—, ¿Qué pasa con tu familia? ¿Por qué parece que no les importan los demás?
— Porque así es— dijo como si fuera normal.
— ¡Pues me asusta!
— ¿Por qué?
— ¡Es raro! ¡Tu padre no debería tener amantes, tu madre es rara pero hermosa! ¡Y tú no deberías estar bien con eso!
— ¿Con qué, con mi mamá siendo rara o con lo de los amantes?
— ¡Lo de los amantes, obviamente!— dije enojado—, ¿No te molesta? ¿Qué clase de respeto por el matrimonio significa eso?
— Significa que no hay ninguno— dijo.
— ¿Y eso está bien para ti?
— Realmente no me interesa, la vida de mis padres no es asunto mío.
— ¡Debería importarte más!
— ¿Por qué parece que a ti de verdad te molesta eso? No tiene nada qué ver contigo.
— Sí tiene— dije molesto—. Porque estoy aquí ahora y sólo es por ti. Honestamente no entiendo nada y creí que estaría bien porque mis sentimientos deberían de ser lo más importante sin embargo no logro evitar pensar en todo... y me asusta saber que yo sea el único que se esté tomando las cosas en serio.
— ¡Pero si no podías creer siquiera que estabas saliendo conmigo!
— ¡No quería creerlo!— dije—, ¡No sé siquiera si es algo que quiero!Me miró sorprendido.
— ¿Qué?— dijo incrédulo—, ¿No quieres salir conmigo?
— Sinceramente no sé qué significa eso para ti. Porque sospecho que no es lo mismo para ambos— dije.
— ¿Qué estás tratando de decir?
— Es sólo que... tus padres tienen una concepción muy rara de lo que es un matrimonio y... definitivamente no es algo que me agrade...
— Yo no soy como ellos, si es lo que estás insinuando— dijo—. Pensé que ya te había quedado claro que no podemos ser más diferentes.
— Pero querías obligar a tu madre a irse— dije—. Eso no lo hace una buena persona.
— No soy un buen hijo, probablemente porque ellos nunca fueron buenos padres pero no significa que apruebo todo lo que hacen.
— Pero no haces nada para cambiarlo si te molesta.
— Porque no me molesta, sólo no me importa— dijo.
— ¿Y quieres que a mí tampoco me importe? ¿Cuándo va a importarme entonces? ¿Cuando descubra que nuestra relación es como la de tus padres?Me miró sorprendido. Yo no podía creer que dije eso.
— ¿Eso es lo que te preocupa?— dijo—, ¿Piensas que cuando salga contigo también seré como mi padre y tendré a mis amantes por ahí?
— Yo... no quería...
— ¿Esa es la imagen que tienes de mí?— dijo, parecía no poder creerlo—, después de todo lo que hemos pasado juntos, ¿Eso es lo que piensas que haré?No supe qué decir.
— Bien— dijo mientras caminaba a la puerta—. Ya veo.
Se fue. Me quedé inmóvil, perdido en mis pensamientos.
Sabía que fui injusto, pero no podía evitar pensar en eso.
Me quede ahí hasta que llamaron a la puerta. Pensé que era Dalton y corrí para abrir. Era Nancy. Me llevaba ropa. La tomé y le agradecí. Me deseó buenas noches. No sería así, no iba a poder dormir si no hablaba con Dalton. Me cambié mientras pensaba en eso.Después de estar en esa cama tan innecesariamente grande dándome vueltas sin poder dormir, decidí que debía solucionar todo eso. Me levanté y me dirigí a la habitación de Dalton. Golpeé un par de veces su puerta. Entré porque no escuché su respuesta. Él estaba reincorporándose en su cama. Me acerqué.
— ¿Emery?— dijo.
— Tengo que hablar contigo— le dije angustiado—. No quiero que pienses que creo esas cosas de ti porque no es así.
— A mí me pareció que de verdad lo creías— dijo.
— Una parte de mí sí pero es porque yo crecí con mi abuelo y soy todo lo que es él. No tengo a nadie más y todo lo que he aprendido ha sido por él. Por eso creí que tal vez tú de verdad pensabas que lo que hacen tus padres está bien y quizá así sea pero... no es lo que yo quiero. No podría aceptarlo aunque tratara. Yo... no podría compartirte con nadie más. No podría ser como tu madre.
— Lo sabía, ella definitivamente te dijo cosas— dijo él.
— Es que... no sé qué es lo que va a pasar con nosotros, no sé siquiera si esto está bien... porque hay veces donde no se siente bien. Donde no tiene sentido. Y lo único de lo que sí estoy totalmente seguro es de lo que siento por ti. Es todo lo que tengo. No soy como tú y sé que no tiene sentido que te quiera... pero así es. Y estoy asustado porque de verdad me da miedo no saber qué pasará. He planeado toda mi vida junto al abuelo, he tenido objetivos y los he cumplido siempre porque analizo las posibilidades y siempre tengo todo bajo control... pero ahora no sé qué será de mí. Me siento perdido. Y odio sentirme así. Por eso yo... quiero saber qué debe pasar ahora.
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De Amor Y Otras Cosas Imposibles
Teen FictionDalton necesitaba graduarse a como diera lugar. En su desesperación, le ofreció un trato a Emery, un chico muy inteligente: si le ayudaba a pasar los exámenes, él le pagaría una buena cantidad de dinero. Emery necesitaba el dinero para la universid...