70. De blusas y distracciones

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Tuvimos sexo cuando se suponía que debíamos bañarnos. No hace falta decir que no estudié para nada esa noche.
Al día siguiente me sentía muy bien porque los recuerdos y sensaciones de todo eso seguían frescos en mi mente pero debía concentrarme porque el examen de la profesora Lucille sería pronto y debía pensar en algo.
Pensé que podría tomármelo con calma porque aún faltaban días para eso. Sin embargo el tiempo pasó demasiado rápido y cuando me di cuenta ya faltaba un día. Me había enfocado tanto en las elecciones y en Dalton que se me olvidó todo lo demás.

Esa tarde cuando debía ir a practicar mi natación con Gigi, lo pensé un poco. Aún si el examen fuera muy largo, yo podría terminarlo quizá unos quince minutos antes, tiempo suficiente para volver a resolverlo... sin embargo ese tiempo se perdería si debía buscar a Dalton para darle las respuestas. Simplemente coordinar todo eso llevaría tiempo sin importar qué tan bien sincronizados estuviéramos...

— ... al menos que no tuviéramos que hacer todo eso porque estaríamos en el mismo sitio— dije maravillado.
— ¿Qué?— dijo Gigi.
— Eso es— dije—. Dalton volverá a tomar el examen en mi salón de clases como la otra vez... sin embargo no sé cómo podría copiarme sin que la profesora lo notara. Porque ella sabe que muchos quieren hacer trampa en sus pruebas y siendo esa la definitiva, estará muy atenta a todo... debe haber una forma...
— ¿Y cómo harás que dejen que Dalton haga la prueba en tu grupo?— dijo Gigi—, sería raro y no podrías aplicar el pretexto de la última vez.
— Lo sé, la prueba será para todos los grupos al mismo tiempo. Y por mala suerte la persona que lo aplicará a mi clase será la misma Lucille...
— Mi tía no es tan perfecta como parece— dijo ella—. Principalmente porque se casó con mi tío George, eso sí es un error. Los dos son iguales de distraídos, tanto que yo una vez les mentí diciéndoles que se incendiaba su auto sólo para poder robarles unos caramelos de la cocina...

Y la idea llegó a mí como si fuera divina. Gigi me observó.

— ¡Conozco esa cara, es porque ya pensaste en algo!— dijo ella emocionada.
— Hay algo— dije—. Es muy arriesgado pero podría funcionar. Sin embargo necesito tu ayuda.
— ¡Cuenta conmigo, soy tu fan!

Así fue como pusimos en marcha mi plan para hacer trampa al día siguiente después de practicar un poco y ponernos todos de acuerdo.

Método para hacer trampa: Intercambio.

Paso 1: Antes que nada debía hacer que Dalton pudiera estar en mi clase. No fue muy difícil, de hecho que la profesora Lucille fuera la que aplicara la prueba en mi salón resultó muy conveniente. Dalton le dijo que solía encontrar la estructura de su examen muy dudosa y que por eso solía irle muy mal. Así que él le preguntó si podía tomarlo con ella por si le surgían dudas. La profesora le dijo que era una buena idea y le pidió que se cambiara a mi salón de clases en lo que duraba la prueba.

Paso 2: Una vez que Dalton estuviera en mi salón de clases, debía sentarse cerca de mí, justo como la vez pasada. Lo hicimos pero ocurrió algo que yo no esperaba:

— Dalton, cambia de lugar con Emery— dijo ella.

Eso me pareció muy confuso pero lo hicimos. Lo comprendí después: yo estaba sentado adelante de él y ella temía que él pudiera copiarme, porque justo eso fue lo que hicimos la vez anterior. Sin duda la profesora era lista. Imaginé que de haber planeado la misma estrategia, estaríamos perdidos. Por suerte mi plan funcionaba sin importar el orden que tuviéramos Dalton y yo, siempre y cuando estuviéramos juntos.

Paso 3: Nos pasarían las pruebas y tanto Dalton como yo no debíamos poner nuestros nombres en la hoja de respuestas. Él no debía hacer nada además de fingir que escribía. Yo resolvería el examen lo más rápido que pudiera, tratando de no exceder la hora en la que Gigi debía aparecer por el pasillo. Luego memorizaría todo. Trataría de que no todas las respuestas fueran correctas en ese examen. Lo hice y hasta me sobraron unos minutos.

Paso 4: Gigi aparecería por el pasillo. Debía pasar lentamente para que la profesora la mirara. Ella tenía razón, la profesora volteó a verla. Entonces Gigi usaría sus habilidades de actuación para fingir que se torció un tobillo.

Paso 5: Tendríamos sólo unos segundos para hacer el intercambio pero practicamos muchas veces en el receso en el salón del consejo estudiantil para ser lo más rápidos y discretos posible. Contábamos con que Gigi llamaría tanto la atención que todo el grupo completo miraría en su dirección. Como eso sí pasó, Dalton deslizó su examen por debajo de su brazo y yo hice lo mismo con el que tenía. Nadie se dio cuenta.

Paso 6: La profesora saldría a ver a Gigi y ella le diría que todo se encontraba bien, que sólo fue una pequeña torcedura. Se fue después de eso. La profesora regresó al grupo. No sospechó y siguió en lo suyo.

Paso 7: Yo debía pasar las respuestas a ese examen y ponerle mi nombre. Dalton haría lo mismo con el que acababa de pasar. Al finalizar el tiempo debíamos simplemente devolverlos. Dalton regresaría a su grupo.

Curiosamente todo resultó. Lo comprobamos libremente al día siguiente cuando nos entregaron los resultados. Fue tan perfecto que me sentí bastante orgulloso.
Me reuní con Gigi y Dalton en el salón del consejo estudiantil en el receso.

— ¡Es que eres un genio, es simplemente increíble!— dijo Gigi.
— Fue arriesgado— dije—. No tenía un plan de respaldo por si nos descubrían.
— Por suerte eso no pasó— dijo Dalton—. Pero de pasar yo pude haber fingido un ataque cardíaco.
— ¿Y piensas que tus habilidades en actuación pudieron haber hecho que fuera creíble?— le dije.
— Iba a tirarme al suelo para pretender que no podía respirar— dijo él.
— Eso no es un ataque cardíaco— dije de buen humor.
— ¿Entonces qué pasa cuando alguien sufre uno?— dijo él.
— ¿Ibas a pretender tener uno sin saber cómo son?— dijo Gigi.
— Iba a parecer más un ataque epiléptico que otra cosa— dije.
— El punto era que hubiera funcionado— dijo Dalton—. La profesora se lo habría creído.
— Será profesora de historia pero te recuerdo que ayuda con la enfermería y seguro sí sabe un poco de medicina— dije—. Lo que me recuerda que debemos ver cómo le haremos con el examen de anatomía.
— Al profesor no le importa si hacen trampa o no, será fácil— dijo Dalton.
— Y si no yo podría ayudarlos también— dijo Gigi.
— ¿Qué tanto estás dispuesta a hacer por nuestra causa?— le preguntó Dalton.
— Si debo quitarme la blusa para llamar la atención, lo haré— dijo ella.
— ¡Eso es terrible!— dije—, ¡Jamás te pediríamos que hicieras algo así!
— Está bien, lo he hecho antes— dijo—. En un concierto. Pero debe ser lo mismo.
— ¡Definitivamente no lo es!— le dijo Dalton alterado.
— Chicos, exageran mucho— nos dijo ella de buen humor.

Ella se veía feliz. Lo miraba de una manera muy especial. Era obvio por qué. Le gustaba él.
Y tenía razones para sentirse correspondida: en esos días todos en la escuela rumoraban acerca de que ambos eran pareja. Básicamente era un hecho.
Ella me agradaba mucho pero... no me gustaba que todos hablaran sobre lo bien que se veía al lado de Dalton.

Eso me causaba un poco de conflicto. Pero imaginé que sólo debía soportarlo un poco más. Sin embargo una plática con la madre de Dalton me hizo ver otra perspectiva.

De Amor Y Otras Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora