De Amor Y Otras Cosas Imposibles

82. De finales y de hacer lo correcto

Sentí ganas de llorar. También un nudo en la garganta. Todo era muy confuso.

— ¡Tía Lucille, no puedes suspenderlos!— le dijo Gigi alterada—, ¡No es su culpa, ellos son buenas personas y no tenían otra opción!

Ella suspiró. Parecía pensativa. Me miró.

— ¿Eso es verdad?— me dijo—, ¿Lo que él contó es cierto?
— Lo es— dije.

Se levantó. Caminó por el lugar mientras parecía muy dudosa.

— Por favor— le dije afligido—, entiendo que está enojada pero... comprenda por qué lo hicimos. Pensamos de verdad que no hacíamos ningún daño. Porque Dalton de verdad sabe todo eso, no es como si no hubiera aprendido en las clases... es muy listo y sabe muchas cosas. Lamentablemente se abruma demasiado en los exámenes y creo que usted sí entiende que no sería justo que no se graduara sólo por eso. No se lo merece. Sé que es su deber reportar este tipo de cosas porque van contra las reglas... pero quiero pedirle que no lo haga. No sólo por mí, sino por Dalton. No somos malas personas. No volveremos a hacerlo de nuevo. Suena egoísta que lo hayamos hecho sólo para cumplir nuestras metas pero... ambos queremos de verdad lograr algo y no había otra forma de conseguirlo. Perdónenos si eso la lastima o la hiere pero nunca quisimos jugar con usted o con los demás profesores... sólo queríamos buscar una manera de burlar este sistema que no está hecho para todas las personas.

Ella me observó. Parecía preocupada. Pero después regresó a su lugar. Nos observó. Suspiró.

— Me están pidiendo que sea su cómplice— dijo ella—, si yo decidiera cubrirlos y me descubren, me despediría de poder ser profesora para siempre.
— Lo entiendo— dije triste.
— Pero tía, nadie nos va a descubrir— dijo Gigi—. Tú pudiste hacerlo por casualidad... probablemente por mi culpa porque hablé de más... pero realmente es imposible. Ellos llevan haciendo trampa por meses y jamás nadie sospechó. Además estamos a días de la graduación, nadie lo sabrá. Y las calificaciones ya son un hecho...
— Para suerte de ustedes— dijo ella.
— De verdad lamentamos haber llegado a eso— dije.
— Lo sé, suena tan arriesgado que nadie debería querer hacerlo sólo por diversión— dijo ella—. Mucho menos alguien perezoso. Así que definitivamente no fue por eso.
— No tenía otra opción— le dijo Dalton.
— Lo entiendo— le dijo ella—. También fui estudiante. Los exámenes son difíciles. Pero deberías investigar bien porqué tienes problemas con ellos.
— Lo haré— dijo Dalton—. Lo prometo.
— Y también crecí sin padres— me dijo ella—. Sé lo que es querer hacer muchas cosas y no tener los recursos necesarios... así que espero que Dalton cumpla su parte del trato y puedas seguir adelante. Eres un muy buen alumno.
— ¿Significa que no le dirás al director?— le preguntó Gigi.
— No— dijo la profesora—. Pero tengo una condición. No quiero verlos juntos el resto del año. Porque creo que si lo hacen podrían verse tentados a hablar del asunto y no me arriesgaré a eso. Los tres no volverán a estar juntos aquí, ¿De acuerdo?
— Te lo juro, lo que menos quiero es ver a estos dos tontos— dijo Gigi.
— Está bien— dije.

Dalton asintió. Luego salimos. Gigi se fue de inmediato. Yo estaba por hacerlo cuando la profesora me detuvo.

— De verdad no quiero verlos juntos— nos dijo—. Porque aunque sus intenciones fueron buenas, hacer trampa sigue siendo algo malo. De alguna manera siento que tuvieron mucha suerte al encontrarse para llevar a acabo este plan porque son perfectos... y espero que sea lo último que tengan planeado. Además sus vidas serán muy distintas después de la graduación, ¿No? No volverán a verse, no tienen nada en común. Eso me deja mucho más tranquila. Váyanse. Y no quiero saber más del asunto.

Me fui de ahí. Hasta ella pensaba que no había nada que nos unía. Y de repente las cosas comenzaron a acomodarse en mi cabeza.
Analicé todo. Cada palabra y cosa que pasó desde que nos conocimos. Cada momento que compartimos.
Lo pensé por el resto del día hasta que llegó la hora de la salida. Dalton tenía entrenamiento con el equipo. La final del torneo sería pronto.
Lo esperé. Porque por fin ya tenía todo claro.