62. De sueños y políticos

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— Jamás le diré a nadie, lo juro por mi vida— dijo—. No te preocupes. Tampoco culpes a Dalton por decirme. Él no quería, fue un accidente. Además esto no le hace daño a nadie y es bueno para los dos, ¿No?
— Lo es— admití.
— Te entiendo— dijo ella—. Mi hermano mayor es universitario. Y Tony lo será pronto. Sé que eso lleva dinero. Es más, mis padres tienen una cuenta de ahorros en el banco exclusivamente para la universidad de Tony. No sé mucho de esas cosas pero... creo que no es justo que los chicos listos que sí les gusta la escuela no puedan ir a ella por falta de recursos... y tú eres muy bueno en eso, ¿No?
— Me gusta estudiar— dije.
— Por eso, entonces es lo que debes hacer. Y Dalton comenzará su empresa de autos. Todos ganan. Me parece bien.

Ella era más lista y atenta de lo que parecería. Me había sorprendido.

— Dalton dijo que te abrazaba porque estaba feliz por un examen que les salió bien, ¿No?
— Así es— dije.
— Me sorprendió mucho. Porque ustedes parecen las personas más opuestas del mundo... entonces comencé a sospechar que algo pasaba. Ahora todo tiene sentido. Son socios. Y la forma en la que haces trampa es brillante. ¿Cómo se te ocurren todas esas cosas?
— No lo sé... simplemente aparecen en mi mente.
— Pues es genial— dijo—. Lástima que no puedes presumirlo pero es algo admirable. Es decir sé que hacer trampa está mal pero el modo en el que lo hacen es grandioso. Como si le dieran una bofetada al sistema educativo. Si un día puedo ser útil para alguno de tus planes, dime y haré lo que me pidas. Me encantaría poder formar parte de algo así.

En ese momento apareció una mujer rubia elegante de traje sastre color gris. Nos observó.

— ¿Mamá?— le dijo Gigi.
— Hola nena— le dijo ella, me observó—, ¿Quién es tu amigo?
— No es mío, es de Tony— dijo ella—. Vino a estudiar.
— Ah... qué alivio— dijo ella—, ¿Y Tony?
— En la cocina— dijo Gigi—. Con Harry.
— Qué bien— dijo ella feliz—. Soy Janeth, la madre de Gigi.
— Un placer conocerla— dije—. Soy Emery. Estoy en el consejo estudiantil.
— ¿De verdad?— dijo ella.
— Soy secretario— dije.
— El secretario de Zac— dijo ella.
— Así es. Él me ha hablado de usted, de hecho.
— ¿En serio?— dijo sorprendida.
— Me dijo que usted es la jefa de campaña de su padre, que quiere ser alcalde.
— Es cierto— dijo ella feliz—. Así que dile a tus padres que voten por él en las próximas elecciones.
— Vivo con mi abuelo y definitivamente lo hará— dije—. Noté que su estrategia de campaña se basa en apoyar una propuesta fuerte y volverla casi como si fuera su eslogan.
— ¿Descubriste eso? Eres muy listo. Creí estar siendo discreta...
— Me parece brillante— dije—. De hecho estoy ayudando a Laura con su campaña electoral y planeo seguir la misma estrategia para hacerla ganar.
— Es una buena idea, teniendo la propuesta indicada— dijo ella—. Aunque para esa chica no será difícil ganar. Es simplemente muy lista, debe ganar. Es perfecta.

Gigi se acercó a la cocina. Parecía molesta.
No le hice mucho caso. Seguimos hablando de eso. Principalmente de estrategias políticas. Ella sabía mucho. Era muy interesante. Y me creía alguien listo así que me sentí en confianza para contarle algunas ideas que yo haría si fuera el jefe de campaña de alguien. Me contó que su sueño era poder ayudar al padre de Zac para que se volviera gobernador.

— ¿Te lo imaginas?— me dijo—, lograr que alguien en quien confías obtenga un puesto tan alto...
— Suena maravilloso— dije fascinado.
— Tú sí lo entiendes— dijo ella—. Porque no muchos lo comprenden. Hay personas que piensan que no hay ningún mérito en estar detrás de alguien así... cuando realmente es un esfuerzo en conjunto. No estoy detrás, estoy a su lado. Y no todos podemos ser aptos para ser figuras públicas... y no es algo que yo quiera. No tengo ningún interés en ser alcalde o gobernadora... pero creo que ahí debería estar la persona correcta. Y si puedo ayudarla, lo haré. Además es muy emocionante.
— Yo también lo creo— dije—. Porque básicamente las personas detrás de las campañas políticas son las que deciden quiénes llegan al poder. Sus decisiones lo son todo, la diferencia entre ganar o perder. Es demasiado emocionante...

Noté que hablar de eso me estaba exaltando de más.

— Perdón, creo que el que se emocionó fui yo— dije un poco apenado.
— No te disculpes, se nota que es algo que te gusta— dijo—. Y eres bueno así que espero que en algún momento seas mi competencia.
— ¿Qué?— dije confundido.
— Sí, espero que algún día cuando seas jefe de campaña de algún político, te toque enfrentarte en las elecciones contra mí. Sería interesante, eres demasiado listo que creo que si perdiera no me sentiría ofendida... porque a tu edad muestras mucho talento para esto y lo respeto...
— ¿Piensa que yo debería ser jefe de campaña de alguien?— dije sorprendido.
— ¿No lo piensas tú también?
— Pues... no lo sé.
— ¿Qué es lo que planeas estudiar?
— Consideré economía en la misma universidad donde quiere ir Tony... por eso estoy hoy aquí, porque queremos practicar para la entrevista para ganar una beca...
— Es perfecto— me dijo ella—. Aprenderás muchas cosas, tanto que seguramente tomarás mejores decisiones que yo en materia financiera. Hazlo. Creo que esto podría ser lo tuyo. Ya tienes la pasión, sólo esfuérzate mucho y nadie te detendrá.
— ¿Usted lo cree?
— Niño, soy la jefa de campaña del futuro alcalde Benette. Por que sí, estoy demasiado segura de que ganaremos. Y tú me impresionaste mucho. Alguien como yo no le diría a una persona como tú algo así si no lo pensara de verdad.

La miré maravillado. ¿De verdad estaba diciendo eso? ¿Alguien como ella acababa de alabarme así? Porque parecía demasiado bueno... simplemente increíble.

Tony y Harry salieron de la cocina. Llevaban muchas cosas.

— Hola bebé— le dijo ella a su hijo.
— Mamá, ¿Cuándo llegaste?— le preguntó Tony.
— Hace un momento. Pero me quedé hablando con Emery— dijo ella—. Sólo vine por unos documentos.
— ¿No te quedarás?— le dijo Tony.
— No, hay mucho por hacer— dijo ella—. Pero mucha suerte estudiando.

Luego me miró.

— Si un día necesitas saber más sobre lo que hago, visítame— me dijo—. Te mostraré algunas cosas interesantes.

Luego se fue por las escaleras. Tony y Harry me miraron con interés.

— Me agrada tu mamá— le dije a Tony.
— Y le agradas a ella— dijo Harry—. Así que es algo muy bueno. ¿Quieres galletas?
— Está bien— dije.

A los pocos minutos ella reapareció. Se despidió y se fue.
Me quedé muy abrumado por todo.

— ¿De qué hablaban la mamá de Tony y tú?— me preguntó Harry.
— Del futuro— dije—. De mi futuro, al parecer ella piensa que podría ser jefe de campaña de algún político...
— ¿Y eso es lo que quieres ser?— me dijo Harry.
— Pues no lo sé... una vez le dije al presidente que cuando él fuera candidato a la presidencia yo estaría en su equipo electoral pero era una broma... no creo poder hacer algo así...
— Yo creo que sí— dijo él—. Sólo necesitas más confianza en ti mismo. Además la mamá de Tony es muy importante y si ella te dijo que podías hacerlo, es porque te ve potencial.
— Quizá... realmente no lo he considerado como tal...
— Deberías— dijo él—. Te ayudaría ver cómo es ese trabajo. Yo me decidí a ser profesor porque he visto lo que hace papá... y me gusta.
— ¿Entonces eso es lo que quieres hacer?— le dije—, ¿Quieres ser como tu padre?
— Mi papá es director de mi escuela— dijo orgulloso—. Quizá no es el empleo más importante del mundo pero... lo hace con mucho amor y es algo que también amo. Creo que lo haré bien.
— Yo también lo creo— dije, él parecía muy feliz cuando dijo eso.
— Creo que todas las personas deberían de amar su empleo— dijo Harry—. Evidentemente también hay que ser competente... pero la pasión y el amor por lo que se hace es muy importante. Mi padre dice que si todos amaran profundamente lo que hacen, las cosas en el mundo serían diferentes. Por ejemplo Tony estudiará literatura y sé que un día será un increíble escritor. Ama lo que hace. Y si ya hay algo que amas, no deberías ignorarlo. Sólo sigue tu sueño. Lo harás genial.

Lo miré fascinado. Tenía razón.

De Amor Y Otras Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora