58. De campañas electorales y novios falsos

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Días después comenzaron oficialmente las campañas para la presidencia del consejo estudiantil. A lo que Zac, el actual presidente, dijo:

— Espero que ningún idiota quiera postularse.

A lo que Ryder, un sujeto de segundo año famoso por haber saltado sobre un vagabundo en el parque más cercano, dijo:

— Voten por mí para presidente y les daré dos bailes de graduación.

Y no fue el único idiota. Karla prometió un festival de pastelitos si la elegían, Rodrigo prometió quitar las tareas y exámenes (cosa que hizo que se ganara la simpatía de Dalton inmediatamente), Sara prometió regalar cachorritos a los que votaran por ella y Luis prometió organizar un torneo de lucha libre entre los maestros cada fin de semana. Eso sin contar con los demás idiotas que no sabían que debían llenar un formulario y entregarlo en el consejo estudiantil para poder ser candidatos.

Laura, la elección del presidente como su sucesor, entró en pánico.

— Voy a perder— dijo ella—. Esos sujetos atraen demasiado la atención con sus promesas totalmente descabelladas e imposibles. Le fallaré a Zac, no merezco que me haya dado su apoyo.

Como cada año siempre se postulaba gente así y el presidente lo sabía, había escogido a Laura para darle su apoyo. La había entrenado por todo el año para que cuando estuviera en el cargo, lo hiciera bien. Para que hubiera una persona confiable en el consejo estudiantil. Naturalmente ella tenía mi apoyo, porque además de ser muy capaz también era una buena amiga. Y como se veía desesperada, decidí aconsejarla aunque realmente no sabía si era bueno en eso o no.

— Ganarás, lo sé— le dije—. Porque tú manejaste la campaña del presidente y fue un éxito. Puedes replicar la estrategia que usaste con él.
— No funcionará, hacer que Zac ganara fue fácil porque es muy carismático y todo el mundo lo quiere. Yo no soy él. Además no tengo definida alguna promesa porque todas las ideas que tenía Zac ya las cumplió.

Para elevar el presupuesto de la escuela (cosa que fue una de sus principales propuestas de campaña), el presidente había logrado un contrato con una empresa que llevaría sus máquinas expendedoras a los pasillos a cambio de una compensación económica que se usaría para financiar los clubes. Y como hizo varios eventos bastante lucrativos en todo el año y sobró parte del dinero, decidió que se usaría para construir una fuente en un extremo del patio. Lamentablemente él ya no disfrutaría esas cosas porque se graduaría pero quedarían para las generaciones futuras y eso ya básicamente lo había inmortalizado y distinguido entre todos los presidentes que la escuela tuvo en toda su historia. El presidente era listo, carismático y bueno con los discursos, todo un político en potencia. Laura creía que jamás podría ser así. Y tenía razón.

— Entonces debes darle un giro al asunto— le dije—. Cambia la estrategia. Enfócate en un problema que sea de interés para la gran mayoría y quédate ahí. Ya tienes el apoyo del presidente y muchos votarán por ti porque él se los pedirá, pero también debes buscar más personas con influencia...

Ella me miró sorprendida.

— Emery, deberías ser el jefe de mi campaña— me dijo.
— ¿Yo? ¡No podría para nada!
— Pero creo que podrías hacerlo muy bien— dije—. Todo esto que has dicho parece muy lógico... sospecho que sabrás qué hacer si nos encontramos con alguna dificultad... ¡Por favor!

Tenía que consultarlo. Así que lo hice en el receso en el salón del consejo estudiantil. Dalton me miró pensativo.

— Ser jefe de campaña de Laura significará pasar mucho tiempo con ella, ¿No?— me dijo.
— No tanto— dije—. Aunque como soy muy calculador preferiría estar seguro de todo y planeo aplicar encuestas para ver qué tanto funcionan las estrategias que planeo que Laura siga. Tuve una idea: ella debería acercarse a las minorías. Además de verse bien para su imagen, podríamos tener el apoyo de gente que generalmente es ignorada en este tipo de cosas... así que probablemente me lleve un tiempo.
— Ella es casi la novia de Jason así que no me pondría muy celoso... pero la idea de no estar juntos no me gusta para nada.
— Sí estaríamos juntos— dije—. Trataré de que lo estemos.
— ¿Entonces seguirías ayudándome con los exámenes?
— Por supuesto— dije—. Ahora sólo quedan unos cuantos así que será fácil.
— Está bien. Ahora hay que besarnos— dijo mientras se acercaba.
— No puedo— dije—. Tengo una idea que quiero mostrarle a Laura.
— ¿Ahora?
— Sí o se me olvidará.
— Eres Emery, no olvidas cosas— dijo él.
— Claro que sí. Así que debo irme. Pero te veré en el auto.

Me fui. A Laura le gustó todo lo que propuse. Le dije que lo haría. Sería su jefe de campaña. Dijo que por la tarde reuniría a todo su equipo electoral. Y eso hizo. Cuando llegué al salón del consejo estudiantil, ya todos se encontraban ahí. Y ellos eran:

Evan, como el patrocinador oficial de su campaña. Tener recursos eran bueno y él parecía tener acceso al dinero de sus padres así que resultaba muy conveniente. Era como uno de esos príncipes de peliculas: rubio, atractivo, rico y agradable. Básicamente perfecto.

Harry y Tony, como los que se encargarían de hacer carteles, de entregar folletos, de organizar a los alumnos y otras cosas que nadie querría hacer.

Jason, como su novio y apoyo emocional. Realmente no era su novio pero casi lo parecía. Además como primer caballero lo hacía bien.

Y yo, como el que crearía estrategias para hacerla ganar.
Y mi primer estrategia no le gustó.

— ¿Qué?— dijo ella sorprendida—, ¡No soy la novia de Jason!
— Pero deberías— le dijo Harry—. Porque estadísticamente las mujeres con pareja tienen más posibilidades de ganar porque generan empatía entre los votantes.
— ¿Y no puedo generar empatía yo solita?— dijo ella.
— Sí pero tener una pareja hace las cosas más fáciles— dije—. O al menos eso dice la encuesta que subí a la página de la escuela en el transcurso de las clases. Según eso, Karla está puntos por encima de ti porque la gente piensa que ella y su novio se ven adorables.
— Karla no quiere la presidencia, sólo desea ser popular— se quejó Laura.
— Pues tú actualmente eres muy popular así que usaremos eso— dije—. Pero lo de tener novio aunque sea sólo para disimular no es una mala idea.
— Además Jason sería un increíble primer caballero— dijo Evan.

Jason había estado en silencio todo el tiempo. Lo observamos.

— No creo ser un buen novio falso— dijo él.
— Evan podría ser tu novio falso— le dijo Harry a Laura.
— No podría, sería raro— dijo Evan—. Somos amigos. Que sea Jason. O Emery.
— Él tampoco podría— dijo Jason.
— Esperen un momento— nos interrumpió Laura—. Ganaré esto sin que mi situación sentimental sea relevante. Por eso están ustedes aquí, para ayudarme. Algo se nos ocurrirá.

Sin embargo yo no podía pensar en nada. Ya en el auto, le conté a Dalton lo que pasó.

— Jason sí sería un buen primer caballero— concluyó él.
— Debe haber una manera...
— Ya pensarás en algo, siempre lo haces— me dijo Dalton—. Mientras tanto yo les avisaré a los demás que mañana hay un partido por la tarde. Ojalá vayan a verme...
— Espera, ¿Tú siempre le avisas a las personas para que vayan a tus partidos?
— Lo hago, de otra forma no irían.
— ¿Y toda esa gente va porque se los pides?
— Algunas personas sí...
— ¿Y crees que ellos votarían por Laura si tú se los pidieras?
— No lo sé, podría intentarlo pero...
— Eso es algo bueno— dije—. Necesitamos más gente popular. Por suerte Evan y el presidente ya están de nuestro lado... necesitamos a Gigi. Quizá Tony logre convencerla...
— Te dije que pensarías en algo— me dijo él—. Eres muy listo. Tener ideas es lo tuyo. Así que te daré un besito por ser tan listo.

De Amor Y Otras Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora