Los días pasaron y Dalton pudo regresar a la escuela, cosa buena para mí porque él podría llevarme todos los días. Por lo del trato nadie debía saber que nos conocíamos, cosa que a Dalton no le gustaba para nada. Tampoco a mí sinceramente.
— No podemos arriesgarnos a que nos descubran— dije.
— Lo sé pero... me gustaría pasar los recesos contigo.
— A mí también pero me gustaría más que te graduaras así que por el momento nos conviene pretender que somos desconocidos.
— Sólo será hasta la graduación, ¿No?— dijo—. Después de eso seremos libres.
— No falta mucho, sólo unos meses— dije—. Así que deberías esforzarte mucho para que esto funcione.
— Lo prometo— dijo.Llegamos al estacionamiento. Bajé del auto. Le dije que me adelantaría porque no podían vernos juntos. Así que me fui rápidamente. Me sentía muy feliz. Todo estaba resultando de maravilla. Y se pondría mejor.
En el receso, el presidente me dijo que convenció al entrenador para que dejara volver a Dalton. El torneo de fin de año era importante y lo necesitaban. Contento, lo llamé para decirle.
— ¿Bromeas?— dijo sorprendido.
— No, el presidente mismo me lo dijo.
— ¡Es genial! ¡Y todo es gracias a ti!
— En realidad creo que es porque eres un muy buen jugador— dije.
— Me he esforzado bastante— dijo—, ¿Dónde estás?
— En la sala del consejo estudiantil, ¿Por qué preguntas?
— Porque quiero un beso— dijo.Mi cara se encendió de repente.
— ¡No podemos hacer eso aquí!— dije alterado.
— Claro que sí— dijo—. Espera ahí, voy enseguida.
— ¿Qué? ¡No...Terminó la llamada. Imaginé que podría obligarlo a irse si llegaba. Entonces apareció el presidente.
— Toma, mi abuelo la envió especialmente para ti— me dijo mientras me ofrecía un papel.
Lo tomé. Era la carta de recomendación para la universidad.
— ¡Muchas gracias!— dije.
— Ahora sólo debes postularte para esa beca. Te entrevistarán en Junio y en Julio será el examen de admisión. Así que estudia mucho.
— Lo haré— dije—. De verdad aprecio esto... demasiado...
— Entonces dame un abrazo— dijo.Lo hice. Todo me estaba saliendo tan bien que sentía hasta parecía estar en medio de un sueño. Es más, hasta tenía la impresión de que algo malo pasaría porque no podría tener tan mala suerte.
Pero debía ser positivo.En ese momento Dalton apareció. Al verme abrazar al presidente, se escondió. Dejé de abrazarlo.
— Iré a ver a Laura— dijo él—. Empezamos a trabajar en su campaña electoral hace poco. Aún debe perfeccionarse. Regreso en un momento.
Salió. No vio a Dalton. Él entró inmediatamente.
— ¿Por qué el presidente tenía sus presidenciales manos sobre ti?— me preguntó molesto.
— Porque lo abracé para agradecerle por esto— dije y le mostré la hoja. Él la tomó.
— ¿Qué es?— dijo.
— Una carta de recomendación para postularme para una beca en la universidad que quiero— dije.
— ¿Una carta de recomendación? ¿Y quién la escribió?
— El abuelo del presidente, que es egresado de esa universidad. Sólo tenía una oportunidad para postular a alguien y la usó en mí. Eso me emociona mucho. No sé cómo agradecerle al presidente.
— Yo creo que con ese abrazo es suficiente— dijo.
— Lo que hizo es muy importante para mí— dije—. Porque él se ofreció y no tuve que pedírselo.
— Qué envidia. A mí gustaría ayudarte así de mucho también...
— Ya has hecho mucho por mí— dije.
— Entonces me merezco un abrazo— dijo.
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De Amor Y Otras Cosas Imposibles
Teen FictionDalton necesitaba graduarse a como diera lugar. En su desesperación, le ofreció un trato a Emery, un chico muy inteligente: si le ayudaba a pasar los exámenes, él le pagaría una buena cantidad de dinero. Emery necesitaba el dinero para la universid...