72. De estrellas y timidez

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No encontrar una respuesta a eso me frustraba mucho. Por suerte la última encuesta que puse en la página demostró que Laura iba muy por encima de sus rivales y no quería ser presuntuoso pero ya casi podía asegurar su victoria. Era un alivio. Aún así ella seguía bombardeando a los demás con chocolates cada vez que podía.

Por otro lado, Gigi y Dalton eran la pareja más popular de la escuela. Todos hablaban de ellos. Técnicamente ya daban por hecho que salían. Y eso me molestaba terriblemente. No sólo a mí, a Dalton tampoco le gustaba. Decía que de no ser porque ella sabía nuestro secreto, no la trataría con tanta amabilidad. También decía que ya quería que nos graduarámos para poder dejar de fingir que no nos conocíamos.

— Podríamos ir al baile de graduación juntos— dijo mientras nos reunimos en el receso en el salón del consejo estudiantil.
— ¿Nosotros?— dije sorprendido.
— Sí. Como pareja. Para ese entonces ya no será necesario fingir que no nos conocemos. Y ya no importará lo que diga Gigi porque será tarde. Me habré graduado.
— Aún faltan unos cuantos exámenes en Junio— dije—. No son muy importantes pero no deberías dar por hecho que ya estás graduado.
— Aún si fallara en ellos podría graduarme— dijo—. Creo. No soy muy bueno con las matemáticas así que puede que mis cuentas no sean correctas... pero me graduaré y ese el punto. Además de verdad me emociona poder pasar esa tarde contigo sin ocultarnos. Sinceramente estoy muy cansado de eso.
— ¿Y qué crees que piensen los que vayan a vernos juntos? Porque parece que pasamos tres años ignorándonos, no saben que fuimos amigos y mucho menos sospecharán que somos pareja.
— ¡Lo sé, va a ser una locura!— dijo feliz—, nadie va a poder creerlo.
— ¿Y eso no te asusta?
— ¿Debería?
— Las personas van a pesar cosas sobre nosotros— dije.
— ¿Y? Sólo estaremos aquí una tarde. Si alguien quiere decir algo, que lo haga. No me importa. Lo que yo quiero es poder pasar esa tarde contigo. Es todo.
— Cierto, no los volveremos a ver.
— Y aún si debiéramos, a mí no me interesa. Te quiero y es lo único que me importa. Estoy muy feliz de poder tenerte a mi lado y si dependiera de mí, lo gritaría para que todos escucharan.
— ¿Harías algo así?
— ¿Tú no?

Me quedé mirándolo. En ese momento apareció Gigi.

— Hola— dijo feliz—, ¿Por qué están juntos?

Se nos quedó mirando esperando una respuesta.

— Eh... es que... estamos planeando cómo haremos los siguientes exámenes— dije.
— Pero son hasta Junio— dijo ella.
— Ya sabes cómo es Emery, le gusta prevenir— dijo Dalton.
— Eso es cierto— dijo ella—. Por eso todo siempre le sale bien.
— Sí, es verdad— dijo Dalton.
— No siempre— dije un tanto avergonzado.

Lo miré. Y me observó a mí fijamente. Fueron sólo unos segundos pero sentí muchas ganas de abrazarlo.

— Ustedes deberían ser amigos— dijo Gigi—. Ya sé que están en esto por negocios pero... creo que si se conocieran podrían llevarse muy bien.
— Tal vez— dije—. Como sea, no hay tiempo y estoy ocupado. ¿Puedo ayudarte en algo?
— Sí, Tony me pidió que le llevara un libro— me dijo ella.
— Entonces los dejo con eso... me iré a buscar a Jason— dijo Dalton.

Se fue. Odiaba tener que ocultarnos así pero... no estaba seguro si dejar de hacerlo era algo que quería. Simplemente no sabía nada en ese momento, lo único de lo que tenía certeza era en lo mucho que quería estar a su lado. Para abrazarlo. Para besarlo. Para amarlo.

— Es un álbum de fotografías de hecho— dijo Gigi, interrumpiendo mis pensamientos—. De las graduaciones anteriores.
— ¿Por qué Tony quiere eso?
— No lo sé. Hay que preguntarle.

Lo encontramos y salimos de ahí. Buscamos a Tony en su salón de clases. Estaba con Harry.

— Lo tenemos— dijo Gigi mientras se lo entregaba.

Tony lo tomó. Buscó entre las páginas algo en específico. Después nos enseñó.

— ¿Qué hay que ver?— preguntó Gigi.
— Los adornos del auditorio— dijo Harry—. Tony ama cómo quedó todo en ese año.
— Se ve muy bien— dije—. Es un tema espacial, ¿No?
— Sí, hay miles de estrellitas y luces por todas partes— dijo Gigi.
— Es del año en el que se graduó mi hermano— dijo Harry—. Nos enseñó unas fotos hace poco y fue ahí cuando Tony quedó cautivado por los adornos.
— Podríamos hacerlo así este año— dije—. El consejo estudiantil aún no ha elegido un tema y apuesto a que si lo propones lo considerarán.

Tony entró en pánico. Al menos eso decía su cara, parecía preocupado.

— Tony odia hablar en público— dijo Gigi—. Es demasiado tímido. Se morirá antes de poder proponer algo.

Eso explicaba por qué siempre estaba de acuerdo con todo: aún si lo odiara, no iba a decirlo porque no podía.

— ¿De verdad? ¿Entonces por qué te uniste al consejo estudiantil?— dije.
— Porque mamá lo obligó— dijo Gigi—. Para ver si podía volverse más sociable.
— También porque de verdad le gusta ayudar a las personas— dijo Harry—. Aunque es muy tímido y eso no parece algo útil...
— Ya me había dado cuenta de que casi no hablaba— dije pensativo—, pero pensé que era porque le gustaba el silencio como a mí.
— No, muy diferente es ser callado y reservado a no poder hablar porque te aterra— dijo Gigi—. Ha sido así desde pequeño.
— ¿Por qué?— pregunté.

Tony me observó. Su cara estaba roja. Parecía angustiado.

— ¿Temes equivocarte y que los demás no te acepten?— le dije.

Me miró sorprendido.

— Me he sentido así en veces— dije—. Pero no decir las cosas sólo porque te da miedo la reacción de los demás podría hacer que te pierdas de mucho. Porque tu opinión es importante. No deberías quedarte callado. Menos ahora. Si eso es algo que quieres, sólo pídelo. Además Harry y yo ya estamos de tu parte, seguramente los demás también amarán tu idea. Y si no es así, está bien, al menos lo intentaste. Quizá fallaste pero no porque tuvieras miedo.

Su cara se veía aún más roja. Él era muy diferente a Gigi. Y quizá no lo traté tanto pero podía asegurar que era una buena persona.

— Además ahí estaremos para ti— le dijo Harry.
— Y si Zac rechaza tu idea— le dijo Gigi—, lo acusamos con su mamá. Alguna ventaja debe tener que sea nuestro primo.
— Acusarlo no parece muy justo— dijo Harry.
— No hará falta, a él le gustará la idea— dije—. Pero debes proponérsela.

Tony parecía menos asustado y más decidido. Asintió aunque aún había un poco de duda en su cara.

— Entonces definitivamente iré a esa graduación— dijo Gigi.
— No puedes, es sólo para alumnos de último año— le dijo Harry.
— Pero ellos pueden llevar a una persona— dijo Gigi—. Dalton me llevará, se lo pediré.
— ¿Significa que ustedes sí están saliendo?— le dijo Harry—, creí que era un rumor.
— No me ha pedido nada pero pasamos tanto tiempo juntos que creo que ya es un hecho— dijo ella—. Es increíble, estoy muy feliz.
— Se ven bien juntos— dijo Harry.

Tony asintió dándole la razón. Yo no supe qué pensar, no imaginé que las cosas se volverían así. Porque Dalton iba a lastimarla cuando la dejara antes de la graduación... y ella iba a odiarme si me presentaba ese día como su pareja... no quería que eso sucediera, Gigi era una buena persona y no se lo merecía... ¿Entonces qué debería hacer yo?

De Amor Y Otras Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora