Sólo necesitaba que Dalton me tocara para perder la cabeza así que no hace falta decir que cuando se encontraba dentro de mí yo no podía hacer otra cosa más que respirar y existir.
Pero no estaba bien. Porque así no debían ser las cosas. Él hacía todo el trabajo y aunque yo quería hacer algo (no sabía qué, no había llegado tan lejos como para saberlo), simplemente me quedaba paralizado tratando de no desmayarme. Tanto que seguramente era preocupante porque él solía preguntarme muchas veces si me encontraba bien, si no me estaba lastimando o cómo me sentía. Simplemente responder eso era complicado así que probablemente él no tenía una buena imagen de lo que pasaba entre nosotros. Cuando terminamos de hacerlo (él terminó, mejor dicho, yo no hice nada), decidí armarme de valor y preguntarle.Estábamos sobre su cama (ni idea de cómo llegamos ahí, yo entré en un colapso mental tan grande que olvidé todo) y él se encontraba a mi lado. Me giré un poco. Sentí cómo algo extraño se deslizaba por mis piernas. Aún no me acostumbraba a la sensación del semen saliendo de mí, se sentía muy raro.
Él miraba la lámpara que colgaba del techo sobre nosotros. Lo observé sintiendo mucha inquietud.
Me acosté de manera que quedara igual que él.— ¿E... estuvo... estuvo bien?— dije muy avergonzado.
Esperé unos segundos que se sientieron como siglos hasta que él habló.
— ¿Eh?— dijo.
— ¿Eh?— dije.Nos giramos y nos miramos. Me sentí repentinamente muy avergonzado y cubrí mi cara con las sábanas.
— Emery, ¿Qué estás haciendo?— dijo mientras trataba de quitarme la sábana.
— ¡Nada, sólo olvídalo!— dije, sentía mi cara muy caliente.
— ¿Qué es lo que quieres que olvide?
— ¿No escuchaste lo que te dije?— dije desde debajo de las sábanas.
— No, estaba demasiado concentrado recordando lo que acababa de pasar así que no te puse atención.Descubrí parte de mi cara. Sólo mis ojos para ser exacto. Lo miré.
Me veía mientras parecía muy tranquilo.— ¿Por qué recordabas algo que acaba de pasar?— dije con dificultad.
— Para memorizarlo— dijo—. Y recordarlo luego.
— ¿Para qué quieres hacer algo así?
— Porque hay veces donde no te veo por mucho tiempo y necesito recordarte.Descubrí mi cara. Lo miré con angustia.
— ¿Significa entonces que sí me quieres?— pregunté con inquietud.
— ¿No te hice sentir querido?— preguntó preocupado—, ¡Lo sabía, te lastimé en algún momento! ¿Puedes perdonarme? Pero es que en veces se me olvida preguntarte si estás bien porque me emociono de más y yo...
— Estoy bien— lo interrumpí—. No me heriste para nada. Y si eso pasara te lo diría.
— Pero nunca dices nada.
— Porque apenas puedo respirar— admití avergonzado.
— ¿Qué significa eso?— dijo asustado—, ¿No puedes respirar mientras lo hacemos? ¿Es porque yo te asfixio? Porque sé que soy más pesado que tú y trato de no recargarme sobre ti pero en veces es tan difícil mantener el control...
— No, no me refería a eso— dije—, es sólo que... mi corazón late tan rápido que siento que no me deja respirar... así que me concentro en eso porque es todo lo que puedo hacer... no es tu culpa para nada... pero aún me siento muy nervioso...
— ¿Y crees que yo no me siento así?
— ¿También te pones nervioso?
— Claro que sí— dijo.
— No me lo parecía mientras me quitabas la ropa.
— Es sólo que mi lado pervertido le gana al lado nervioso. O eso creo. Realmente no lo pienso mucho, lo único que le importa a mi mente cuando te ve es lo mucho que tiene ganas de tocarte.
— ¿De verdad?— dije incrédulo—, ¿Por qué?Me miró un poco confundido.
— ¿A qué te refieres?— dijo.
— Es que no sé por qué tú... no entiendo qué podría ser atractivo en mí... llevo mucho tiempo preguntándome que hay de interesante en alguien como yo... porque sinceramente no sé por qué quieres hacer algo así conmigo... es decir, me gusta pero... siempre me he preguntado si tú sientes lo mismo que yo mientras lo hacemos porque me parece imposible...
— No puedo decirte qué siento porque no me sé tantas palabras como para expresarlo— dijo—. Y me conoces, no aprendo fácilmente así que probablemente nunca sabré cómo decirlo... pero pensé que te estaba mostrando cómo me sentía. Al menos esa era mi intención. Quizá soy demasiado torpe para eso y en algún momento simplemente me enfoqué en mi propio placer... si es así lo lamento pero te prometo que...
— No es así para nada— lo interrumpí—. Me siento increíblemente amado cuando me tocas. Tanto que creo que tampoco puedo expresarlo en palabras, principalmente porque no serían suficientes...
— ¿De verdad? ¡Qué bien!— dijo feliz, luego me observó un tanto dudoso—, ¿Entonces cuál es el problema?
— Es que yo... no sé si te hago sentir tan bien cómo tú lo haces conmigo— dije muy apenado y con mucha dificultad—, porque realmente no hago nada...
— ¿Cómo que no haces nada?
— No lo hago— dije—. Sólo me quedo quieto y dejo que tú hagas todo... pero no es que no quiera, es sólo que no puedo porque estoy tan abrumado y nervioso que mi mente queda en blanco, no me muevo y todo en lo que puedo pensar es en lo bien que se siente cada vez que me tocas...¿Había sido demasiado sincero? Probablemente. Lo miré para ver su reacción porque todo eso lo dije mientras miraba algún punto muerto en la pared.
Me veía muy sorprendido.— Espera— dijo—, ¿Entonces tú sólo te quedas quieto? Porque eso no es lo que me ha parecido... ahora que lo analizo bien, sinceramente no he puesto mucha atención en lo que pasa... simplemente siento muchas ganas de tocarte y es lo que hago... además no es como si no hicieras nada...
— Pero es cierto. No lo hago. Sólo respiro y existo. Aunque no lo creas hacer eso ya es demasiado difícil para mí.
— Quizá deberíamos bajarle el ritmo— dijo.
— ¿Y cómo haríamos eso?
— Te enseñaré— dijo.Se acercó a mí. Me sujetó lentamente de las caderas. Me levantó y al principio no entendí qué es lo que estaba planeando hasta que suavemente me puso encima de él. Lo miré sintiéndome muy confundido.
— Ahora separa un poco más tus piernas— me dijo.
Lo hice. Quedaron a su lado.
— Y acuéstate sobre mi pecho— dijo.
— Pero...
— Sólo hazlo— dijo y me atrajo hacia él suavemente.Mi cara quedó pegada contra su pecho. Su corazón latía muy rápidamente.
— Listo— dijo él—. Y ahora...
— Tu corazón late muy fuerte— dije.
— ¿En... en verdad?— dijo—. Es porque estoy un poco nervioso.
— ¿Por qué?
— Sinceramente siempre imaginé que hacíamos esta postura... pero no sabía cómo pedirlo... y ya veo por qué, es bastante excitante...
— ¿Lo es?— dije—, ¿Por qué? Sólo cambiamos de lugar...
— No realmente— dijo—. Es más que eso. Es decir... desde aquí puedo relajarme sin temer aplastarte.
— ¿Eso de verdad era una posibilidad?
— Sí, porque cuando me siento muy excitado mi mente deja de funcionar y no me preocupo por nada... uno de mis temores era emocionarme de más y dejarme caer sobre ti. Eres tan pequeño que podría lastimarte.
— No soy tan pequeño.
— Sí lo eres— dijo—. Pero ahora... estás perfecto así... sobre mí... además tienes todo el control porque de este modo tú... podrías moverte como quisieras sin que yo temiera lastimarte... diablos, ya me excité sólo de imaginarlo, olvídalo, soy un pervertido...
— ¿Y qué es lo que debo hacer desde aquí?— dije.No lo podía ver porque definitivamente yo era más pequeño que él y mi cara estaba junto a su pecho, así que no supe el efecto de mi pregunta, simplemente se quedó en silencio unos segundos.
— ¿Por qué quieres saber eso?— preguntó.
— Porque yo... podría intentarlo... es decir, me gustaría hacer algo por ti... para que te sientas bien...
— Emery, deja de decir eso, no sabes lo que estás diciendo.
— ¿No lo sé? Creí que es lo que querías...
— Emery, deja de excitarme porque sí está funcionando.
— ¿Estoy haciendo eso? Pero no hice nada realmente...Sus manos sostuvieron mis piernas. Eso me sorprendió.
— Emery, todo de ti me atrae— me dijo, yo no lo miré, sólo me quedé escuchando el latido de su corazón—, por eso no sabía que tú no hacías nada. Porque no hace falta. Sólo debes ser tú mismo para que yo tenga ganas de desnudarte. Y cuando lo hago se siente tan bien que no puedo pensar en nada más que no seas tú. Me gusta tocarte. Me gusta que tú dejes que lo haga. Porque cada centímetro de ti es tan perfecto que quiero poder recorrerlo con mis dedos para hacerte sentir bien... porque me siento bien si tú lo estás... así que no pienses que no haces nada porque no es así... tu presencia ya es lo suficientemente excitante para mí como para que necesite más... pero siempre quiero más... y está bien porque es como si leyeras mi mente y supieras qué necesito... porque cada pequeño gesto, cada sonido de tu voz, cada sensación... sólo me hacen quererte más... y probablemente nunca va a ser suficiente para mí...
Eso había hecho que mi corazón latiera tan rápido como el de él, que se escuchaba que golpeaba muy fuerte su pecho. Sentí mucha inquietud.
— ¿Está bien si te toco ahora?— me preguntó.
Era imposible decirle que no después de todo eso.
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De Amor Y Otras Cosas Imposibles
Teen FictionDalton necesitaba graduarse a como diera lugar. En su desesperación, le ofreció un trato a Emery, un chico muy inteligente: si le ayudaba a pasar los exámenes, él le pagaría una buena cantidad de dinero. Emery necesitaba el dinero para la universid...