63. De hijas perfectas y comparaciones

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Me sentía muy confundido. Porque se suponía que Dalton y yo teníamos un plan pero... lo que dijo la mamá de Tony seguía rondando mi mente sin parar. Decidí que quizá lo estaba pensando demasiado. Además no tenía tiempo para eso. Debía hacer que Laura ganara las elecciones. Ya tenía a mucha gente influyente de su lado así que imaginé que no sería complicado. Entonces Karla prometió hacer una fiesta de graduación en su casa después de la fiesta de graduación y subió muchos puntos en la última encuesta.
Nos reunimos en el salón del consejo.

— Eso debería considerarse trampa— dijo Harry—. Es básicamente un soborno.
— Pero uno legal— dije—. Porque está usando sus propios recursos para financiar su fiesta...
— Entonces usemos nosotros algo así— dijo Evan—. Dime qué quieren que compre y lo haré.
— Siento que hacer algo así sería como caer muy bajo— dijo Laura.
— No es cierto— dije—. Muchos políticos lo hacen. Organizan eventos para llamar la atención e incluso regalan cosas... ¡Eso es, hay que regalar algo!
— Bien, así me gusta— dijo Evan—. Empecemos con los sobornos.
— No quiero sobornar a nadie— dijo Laura.
— Lo sé pero no podemos perder ante Karla y su fiesta de graduación después de la fiesta de graduación— dije—. Regalaremos algo pequeño pero significativo. Que a todos les guste. Así que piensen en algo.
— Regalemos dinero— dijo Evan.
— No, eso sí sería ilegal— dije—. Hay que pensarlo y en la próxima reunión daremos propuestas sobre eso.

Fui a mis clases. Además de lo de Laura, había un examen próximamente sin contar con que Gigi no dejaba de preocuparme. Pensé que quizá después de su cita con Dalton ella definitivamente se quedaría callada pero era demasiado bueno para ser cierto... tantas preocupaciones me dejaban muy cansado. Pero debía continuar.

Días después en la clase de historia mientras yo trataba de aprender todo lo que podía, la profesora Lucille mencionó que algunas civilizaciones alrededor del mundo llegaron a usar las semillas del cacao como moneda. Entonces la idea llegó a mi mente.

— Daremos chocolates— dije en la siguiente reunión—. A todo el mundo le gustan.
— Es una buena idea— dijo Harry.
— Yo sigo pensando que sería mejor dar dinero pero está bien, los chocolates también me gustan— dijo Evan—. Bien, los conseguiré. Jimi me ayudará.
— Laura, tú piensa en algo que de verdad consideres una prioridad y nos enfocaremos en eso. Será tu propuesta principal. La anunciaremos en el primer debate presidencial... hablando de eso, ¿Y el presidente?
— Cierto, no lo he visto mucho por aquí— dijo Harry.
— Está enamorado y tiene tantas preocupaciones que es mejor no darle más— dijo Laura—. Así que hagamos esto solos.
— Que envidia— dijo Harry—. Yo también quiero estar enamorado. Debe ser una increíble sensación.
— Lo es, si el amor es bueno, saca lo mejor de las personas— dijo Jason.

En eso yo estaba de acuerdo. Todos me habían dicho por esos días que me veían diferente. Y eso me agradaba. Sabía que era por Dalton. Sentí muchas ganas de verlo.

— No hablen de eso, hace que recuerde que estoy sola— dijo Laura.
— Eso no es lo que dicen los rumores— le dijo Harry—. Según ellos, tú y Jason son pareja.
— ¿Qué?— dijo Laura sorprendida.
— Siempre están juntos, es normal que lo piensen— dijo Harry.
— Es porque además de ser amigos también somos vecinos— dijo Laura.
— Pero si te hace sentir mejor, los rumores sobre ti no son los únicos que andan rondando por toda la escuela— le dijo Evan—. También dicen que Dalton y Gigi están saliendo.
— ¿Y lo están?— pregunté.
— No lo sé, no soy muy cercano de ninguno de los dos— dijo Evan.

Miramos a Tony. Él era muy tímido así que su cara se puso roja.

— No... lo sé— dijo él en un hilito de voz.
— Es que los han visto juntos últimamente— dijo Harry—. Por eso lo dicen. Ya saben como son en esta escuela, les encanta rumorar. Aún cuando es algo prohibido.
— La gente habla, es inevitable— dijo Laura—. Sin embargo si eso es cierto, qué bien por ambos. Creo que hacen una linda pareja. Les deseo lo mejor.

Jason me observó. Intenté mirar para otra parte.

— Sólo son rumores— dijo él—, no importan tanto.

Salí de ese lugar pensando que quizá yo había dejado solo a Dalton demasiado tiempo porque por esos días me encontraba muy ocupado. Sabía que no era cierto el rumor pero me preocupaba. Por la tarde no fui al auto. Pensé en que podría verlo practicar al menos un momento junto al equipo de basquetbol. Me encontré con Gigi ahí. Al verme se acercó.

— Hola— me dijo—, ¿Qué haces aquí?
— Yo sólo... quería... hablar con Dalton. Sobre algo— dije nervioso.
— ¿Es sobre el próximo examen? Me contó sobre eso. ¿Ya saben cómo le harán?
— Pasan mucho tiempo juntos últimamente, ¿No?— dije.
— Sí, tanto como tú y mi hermano— dijo ella.
— Estamos practicando y estudiando para el examen de admisión...
— Lo sé, suena aburrido— dijo ella—. Pero le puedo pasar tu mensaje a Dalton si quieres... aunque ahora está muy ocupado y tendrá que ser hasta que termine la práctica... cosa que también se me hace muy aburrida.
— Entonces no deberías estar aquí— dije.
— Debo apoyarlo. Aún si no sé nada de basquetbol.
— Podrías tomarte un momento.
— Tienes razón. Debería— dijo ella.

Cuando pensé que me había deshecho de ella al menos por un tiempo, me preguntó si quería acompañarla.

— ¿Qué?— dije.
— Tú también debes esperar si es que quieres ver a Dalton así que creo que hasta entonces tienes el tiempo libre. Deberíamos ir por ahí hasta que él termine.
— Pero...
— Vamos, él seguirá ahí al menos por la siguiente media hora así que tenemos tiempo. Busquemos caramelos. Además me gustaría conocerte más. Porque has ido a mi casa y eres socio de Dalton. Al menos debería conocerte un poco.

No pude decirle que no. Así que después de comprar caramelos, nos sentamos en el jardín a comerlos. Me sentía un poco incómodo.

— ¿Has escuchado algunos rumores que dicen sobre mí?— me preguntó.
— Sí. Es sobre ti y Dalton.
— Exacto— dijo ella—, ¿Tú qué piensas? ¿Nos vemos bien juntos?
— Yo... no sé qué decir— admití.
— Entiendo. Fue una pregunta extraña. Pero es que los rumores...
— ¿Te molestan?
— No, en realidad no me interesan tanto— dijo ella—, ¿A ti?
— Tampoco— dije—. Aunque escuché que también hablaban de Laura y no era cierto lo que decían...
— Pero está bien, a Laura no le hará nada algo como un rumor falso— dijo ella—. Es perfecta después de todo.

Sonó muy rencorosa cuando dijo eso. La observé con atención.

— A ti no te agrada ella de verdad, ¿Cierto?— dije.

Me observó.

— No es que no me agrade— dijo—. Porque siempre ha sido amable conmigo... es sólo que... es complicado.
— Puedes contarme— dije.

Me miró fijamente.

— Pero es un secreto— dijo—. Y tú lo guardarás porque yo ya te estoy guardando un secreto, ¿Está bien?
— Parece justo— dije.
— De acuerdo. No es ella... es mi madre. Siempre está hablando de lo increíble y lista que es Laura, de lo perfecta e ideal que le parece... si pudiera adoptarla lo haría.
— ¿Entonces significa que la envidias?
— No, obviamente no— dijo como si fuera una idea ridícula—, es sólo que...
— Sientes que te compara con ella.

Me miró fijamente. Había dado en lo correcto.

De Amor Y Otras Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora