14. De magnetismo y psiquiatras

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Ese mismo día tuve que sacar las estadísticas de calificaciones de la escuela para la próxima reunión, lo que sin duda sería una desgracia para Dalton porque me mantendría ocupado después de clases. Por suerte no lo haría solo, Laura me ayudaría. Se suponía que el presidente debía hacerlo conmigo pero ella decidió tomar su lugar. No tuve que preguntar por qué, ya lo sabía: ella quería darle tiempo para que él fuera a visitar a su novio.

— Esto es muy aburrido— dijo ella.
— Ya casi terminamos— dije.
— Ojalá terminemos al mismo tiempo que acaba la práctica del equipo de basquetbol— dijo ella—. Así podré volver a casa con Jason.

Laura era amiga y vecina de Jason, un chico que jugaba en el equipo de basquetbol y que era la razón por la que el presidente jugaba en veces con el equipo.
Yo no sabía que ese día tenían práctica, significaba que Dalton debía estar ahí. Al menos no iba a tener que esperarme.

— Emery, deberías ir a casa— me dijo ella—. No sé por qué estás aquí. Es decir, sé que te ofreciste por el presidente pero no debías.
— Tú tampoco debías ofrecerte— le dije.
— Lo hice porque quería ayudarlo. Él quería ver a Will y además yo seré presidenta de este consejo el próximo año, debo aprender sobre estas cosas. Pero tú en serio no tienes ningún motivo para quedarte tan tarde.

La observé. A comparación con Dalton, no me sentía avergonzado con ella. Laura no ser burlaría de mí porque ya estuvo en mi lugar. En algún momento le gustó el presidente. Lo que me hizo pensar en cómo le hizo para que dejara de gustarle.
Pero no quería preguntarle. No tenía tanta confianza como hacerle una pregunta tan íntima.

— No me malinterpretes, me agrada poder tener tu ayuda— dijo ella—. Y tu compañía también. Pero creo que no mereces estar después de clases haciendo cosas que no quieres hacer.
— Sí quiero hacerlo.
— Claro que no, nadie quiere hacer esto, yo lo odio, Zac lo odia y sé que eres bueno en básicamente todo pero también debes odiar estas cosas. Eres joven, deberías estar disfrutando tu vida en lugar de torturarte aquí con esto.

No dije nada.

— Sé que lo haces por Zac— dijo ella.
— Igual que tú— dije.
— No es lo mismo— dijo ella—. Zac es mi amigo. Me agrada ayudarlo pero no lo hago siempre. Tengo cosas más importantes y sé que tú también las tienes. Así que no deberías ofrecerte por él, es capaz de hacer sus propias cosas y no se molestará contigo si no lo haces.
— Lo sé— dije.
— ¿Entonces por qué aún lo haces? Cada vez que él está en problemas sales a salvarlo y es lindo a veces pero no es tu responsabilidad hacerlo todo el tiempo. No quiero juzgarte o que suene a sermón pero... él no diferencia lo que haces tú de lo que hago yo. Lo entiende como lo mismo. Como si fuéramos sus amigos que sólo buscan ayudarlo y sé que ese es mi propósito pero no creo que sea el tuyo.
— Lo es, te prometí que él dejaría de gustarme— dije un poco nervioso.
— Pero prometerlo no significa que vaya a pasar— dijo ella—. Y por lo que veo no ha pasado. Él te sigue gustando como antes y créeme si te digo que nada cambiará si no te alejas un poco. Deja de hacer cosas por él.

La observé. No había forma en la que pudiera mentirle a ella.

— Quiero que eso pase— dije—. Quiero que sólo sea mi amigo. Pero no sé qué hacer.
— Concéntrate en otra cosa— dijo ella—. El mundo debe girar alrededor de ti, no de él. Y sé que no es fácil porque Zac reclama atención sin importar en dónde esté. Es como si fuera hipnótico. Pero debes alejarte o su magnetismo te atrapará.
— ¿Qué debo hacer?
— Acepta que él ama a otra persona. Pero en verdad acéptalo. Duele pero hace las cosas más fáciles. Convéncete de que no importa qué hagas o en quién te conviertas, él no va a mirarte a ti como mira a Will. Después enfócate en ti mismo. Cuídate y realiza cosas que sean buenas para ti. Te lo mereces. Te han roto el corazón, lo que necesitas es sanar y descansar mucho. Te diría que estar con gente que te quiere ayuda y es cierto pero nadie más que tú puede hacerte superar a Zac. Depende de ti. Pero aún así si quieres hablar con alguien, yo siempre estoy disponible.

Me sonrió.

— Gracias— le dije.
— Y Jason también está disponible— dijo ella—. Aprovecha ahora que todavía no tiene su título de psiquiatra y no puede cobrarte. Yo lo hago, hablar con él ayuda mucho.

En realidad la primer persona a la que le confesé mis sentimientos por el presidente fue a Jason. Él no era mi amigo pero lo conocía gracias al presidente. Él solía contarme que Jason era increíble dando consejos. Así que cuando me sentí desesperado al saber que el presidente salía con alguien, hablé con él. Era extraño que un sujeto con múltiples perforaciones pudiera inspirar confianza pero lo cierto fue que me escuchó atentamente y no me juzgó. No me sorprendió que quisiera volverse psiquiatra, era bueno en eso.
Posteriormente Laura me descubrió porque simplemente ya no podía callarlo. Me gustaba mucho, tanto que era doloroso. Imaginé que en algún momento me sería imposible contener mis sentimientos pero nunca sospeché que me pasaría enfrente de Dalton. Hubiera preferido que fuera con Laura o Jason, ellos me hubieran comprendido mejor. Con Dalton me sentía tonto. Aún cuando me dijo que no le diría a nadie, sentía que mi situación era diferente con él. No entendía por qué.

Dalton era diferente.

— Gracias— le dije a ella.

Terminamos después de un rato. Tomamos nuestras cosas y después cerramos la sala del consejo estudiantil. Al llegar al patio principal vimos que el equipo de basquetbol se dirigía a los vestidores. Pensé en dirigirme hacia ahí pero entonces Laura se me adelantó. Obviamente ella iría a esperar a Jason. Y si yo me quedaba sería sospechoso.

Me despedí de ella y pensé en ir al estacionamiento. Esperaría a Dalton ahí. Además si se encontraba con Laura ella le diría que acababa de estar conmigo.

Caminé en silencio hasta llegar al lugar. No habían muchas personas por las calles. Suspiré. Laura tenía razón, debía alejarme del presidente. De otra forma no lo superaría nunca.
Debía hacerlo. Él no iba a amarme jamás.

Jamás.

Quizá sólo debía concentrarme en otra cosa que me hiciera olvidarme de Zac.
Estaba pensando en eso cuando Dalton apareció por un extremo de la calle. Se acercó a mí.

— Hola— dijo molesto—, ¿Por qué no me esperaste? Laura me dijo que estaban juntos haciendo cosas del consejo. Ella fue amable y esperó a Jason, tú debiste hacer lo mismo.
— Si nos ven juntos podrían sospechar— dije—. Debemos mantener un perfil bajo.
—  Sí pero Jason y Laura no sospecharían de nosotros, ellos son buenas personas— dijo él.
— Lo sé, pero sinceramente no sé cómo podría explicarles el por qué nos conocemos.
— Va a ser difícil para mí mantener todo en secreto— dijo.
— Pues tendrás que hacerlo. Y no será lo más difícil.

Me cuestionó con la mirada.

— La próxima semana habrá un prueba en química sobre la tabla periódica— dije—. Nada complicado o importante pero creo que podemos usarla como ensayo. Quiero asegurarme de que esto va a salir bien.
— ¿Qué prueba?— dijo él.
— En tu grupo aún no les dicen pero tenemos la misma profesora. En vista de que todavía no lo sabes, significa que mi grupo está adelantado una clase por encima del tuyo. Es decir, yo haré la prueba primero.
— ¿Y luego?
— Memorizaré las preguntas y las respuestas— dije—. Después será cuestión de encontrar un mecanismo para hacer que puedas tener acceso a ellas sin que te descubran. Saldrá bien.
— Suena genial— dijo él muy convencido.

De Amor Y Otras Cosas ImposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora