Gustabo
Había pasado ya una semana desde aquel día... me sigue dando asco solo de pensarlo.Bajé al salón ya vestido encontrándome con Jack.
- Buenos días, ¿Quieres algo en especial para desayunar? - me preguntó Jack con una sonrisa.
- Eh... ¿Desde cuando son buenos días para ti? - dije extrañado y a la vez con miedo por su comportamiento.
Este no respondió a mi pregunta pero no me quitó la mirada de encima.
- Bueno... yo voy a desayunar con Horacio - dije con inseguridad y salí del apartamento cuanto antes.
Cuanto más amable era conmigo más miedo me daba, no sabía porque había tenido ese cambio tan repentino de humor de un día a otro.
Esperé en la calle a Horacio, este me preguntó anoche si quería ir a desayunar con él y acepté, después de todo hace mucho que no desayunaba con él y también echaba de menos su compañía.
Pasaron varios minutos hasta que llegó Horacio.
- ¿Qué tal perro? - me preguntó cuando entré en el coche.
Me abroché el cinturón de seguridad, porque luego pasa lo que pasa y mire a Horacio.
- Pues no muy bien la verdad, el viejo se despertó muy raro, hasta podría haber jurado que me había sonreído - dije recordando aquella imagen.
- Déjale es raro - se levanto de su asiento y agarró una pequeña caja envuelta que había en los asientos traseros del coche - Esto es para ti - me dijo ofreciéndomelo.
Mire la caja extrañado y dirigí mi mirada hacia Horacio.
- Hoy no es mi cumpleaños Horacio - dije agarrando la pequeña caja.
- Solo ábrelo - dijo con una sonrisa en su rostro.
Suspiré y lo abrí, me emocioné muchísimo al ver lo que era.
- Creía que lo había perdido - dije al ver un collar que tenia una estructura con forma de lobo, también tenía una abertura en la que tenia un colmillo de lobo.
- Lo encontré hace unos meses entre mis cosas antiguas - me dijo con una sonrisa al ver la ilusión que me hizo.
Ese collar ya me lo había regalado Horacio hace muchos años por mi cumpleaños, era el mejor regalo que me habían hecho en la vida, no solo porque me encanto, si no que en la época en la que me la regaló vivíamos en la calle. Sinceramente no se como lo consiguió, no teníamos nada, muchas veces le pregunté de donde lo había sacado, pero el nunca me respondía, siempre ponía la escusa de "no se dice cuanto te ha costado un regalo".
Sin nada más que aportar le di un abrazo y este lo aceptó.
- Bueno, vamos a desayunar que al final se nos hace tarde - dijo separándose de mi y arrancó el coche.
Nos pasamos toda la mañana entre risas y bromas, echaba mucho de menos hacer estas cosas con mi hermano. Pero desgraciadamente había llegado la hora de ir a trabajar.
Llegamos a comisaria mientras nos picábamos entre nosotros, entramos, nos pusimos los uniformes, agarramos las armas reglamentarias, en mi caso solo las que tenia permitidas y encendimos la radio.
- Voy a proceder a organizar la malla - dijo Conway por radio.
Estuvo un buen rato diciendo nombres de agentes y alumnos, hasta que nos llegó nuestro turno.
- Gustabo hoy saldrás a patrullar al igual que Horacio y podeis poneros con quien querais con una condición que nadie vaya solo, al menos que haya un atraco y se me sea informado para coger una moto, ¿Entendido? - Horacio y yo nos miramos sorprendidos, ya que casi siempre me tocaba a mi quedarme en comisaría atendiendo denuncias o haciendo papeleo, al parecer hoy era mi día de suerte.
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¿Gustabo o Pogo?
RandomToda esta locura empieza con el asesinato de una familia hace varios años, que provoca que el niño menor de esta viva en la calle provocándole serios problemas mentales. ...