¿Gustabo o Pogo?

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El sol comenzaba a salir tras una noche para unos trágica pero para otros era un nuevo comienzo.

Caminaba a un paso rápido por las calles de la ciudad, el cielo estaba nublado, no era un buen día, definitivamente no lo era. Apreté fuerte la única herida de bala que tuve esa noche. No pude evitar soltar una carcajada, mis fuerzas eran casi nulas, me apoyé en una pared y seguí riéndome como un psicopata.

- ¿Por qué te ríes?, sabes que has perdido - respondió una voz.

Levanté un poco la vista y vi la figura de mi hermano. Sonreí de lado y volví a bajar la mirada.

- Yo no me rindo tan fácilmente, ¡Yo era el fuerte! - respondí esto último apretando los dientes.

- ¡Gustabo! - escuché a lo lejos la voz de Horacio.

Rápidamente me reincorporé y seguí caminando lo más rápido que pude, pero antes de irme le dije unas palabras a mi hermano.

- Tu tendrías que haber muerto en aquel accidente -

- Yo si que estoy muerto, el que no lo está eres tú, ¿Por qué haces esto? - me respondió siguiéndome los pasos.

- ¡Tu no lo entiendes, eres una puta ilusión! - grité.

Desde ahí no lo volví a escuchar así que supuse que se había ido.

- ¡JODER! - solté al darme cuenta de todo el rastro de sangre que estaba dejando y claramente tenía a toda una puta malla de policía detrás de mí buscándome por toda la ciudad.

Caminé hasta unas escaleras que daban al interior de un edificio pero me escurrí y caí.

- ¡Haz esto fácil! - escuché esa asquerosa voz detrás de mi.

- Todo es culpa vuestra... mis heridas... tanto físicas como psicológicas... -

- ¡Eso no es cierto! - gritó Horacio sujetando a Jack.

- Has perdido reconócelo - dijo Jack con una voz débil.

- Yo nunca pierdo, si no... ¿Cómo piensas que estoy aquí? - respondí con una risa débil.

...

¿Po?
Ya habían pasado varias semanas desde que me gané la confianza de Emilio, también hace unos días le propuse un plan que le beneficiaba tanto a mi como a él. Cuando Emilio aceptó mandó a unos cuantos de sus hombres para conseguir unas cositas que necesitaba, en verdad no afectaba en el plan pero era por pura diversión.

Caminaba dirección a comisaría porque Jack nos había avisado a todos para que nos reuniéramos. Cuando me quedaba una calle aproximadamente cuando recibí un mensaje al teléfono, lo agarré y miré la pantalla.

"Todo está listo, cuando quieras"

Nada más leer el mensaje sonreí de lado y dije para mis adentros "perfecto".

Guardé mi teléfono de nuevo en el bolsillo, levanté la mirada ya encontrándome enfrente de la comisaría.

Escuché unos pasos rápidos aproximándose a mi cuando sentí un golpe en el hombro.

- ¡Perro el último! - me gritó Horacio que acababa de venir de un atraco.

Suspiré y comencé a correr con él hasta el interior de la comisaría.

...

El interior todo era un caos total, estaba toda la malla dentro y no paraban de hablar unos entre otros. Horacio y yo nos quedamos al lado de la entrada porque era el sitio más apartado de toda la gente.