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Michelle
Tenía muy mal presentimiento, sabía que iba a suceder algo. No podía parar de mirar ansiosa a todas las salidas posibles de aquella habitación y eso incluía las ventanas. Esa mañana también estaba muy inquieta porque íbamos a intentar llevar a Jack  a comisaría para ver si conseguía recordar algo allí.

Mientras miraba pensativa hacia todos lados, Horacio mantenía una conversación bastante extraña con Jack, tampoco es que estuviera prestando atención, pero las pocas palabras que llegaba a escuchar no es que tuvieran mucho sentido.

La puerta se abrió haciendo que todos los de esa habitación dirigiéramos la mirada hacia esta, un médico cruzó la puerta, este sostenía una bandeja con comida en ella, se acercó a Jack y se la puso en una pequeña mesa que tú podías mover libremente.

Extrañada miré la hora, sin darme cuenta me había tirado allí sentada toda la mañana sin hacer nada.

- Voy a dar una vuelta, ¿Quieres algo Horacio? - le pregunté una vez con la mano en el pomo de la puerta.

- ¡Mejor voy contigo! - dijo alegremente y se dirigió hacia a mi dejando a Jack comiendo.

Caminamos durante un par de minutos por aquellos pasillos blancos y silenciosos del hospital. Horacio caminaba mirando al suelo fijamente, cosa que me llamó la atención.

- ¿Qué se te pasa por la cabeza Horacio? - le pregunté sacándole de sus pensamientos.

Horacio suspiro y adentró sus manos en sus bolsillos del pantalón.

- ¿Qué es lo que más te preocupa de esta situación? - me preguntó.

Era muy buena pregunta ya que en este momento teníamos varios problemas a la vez, aparté mi mirada de Horacio y miré a nuestro alrededor pensativa. De un momento a otro paré en seco haciendo que Horacio se extrañara.

- Yo creo que lo peor que nos podría pasar es que a Jack se le fuera la cabeza como a Gustabo - le respondí.

Horacio abrió los ojos como platos y dejó la boca entreabierta.

- ¿Eso es posible? - dijo con la voz temblorosa.

- No te preocupes si por algún casual se le fuera la cabeza yo estaría allí para evitar que haga locuras, no pienso dejar que muera más gente a manos de estos dos - le respondí lo más firme que pude, lo que quería ahora mismo era que Horacio no tuviera miedo porque con el miedo si que no podría combatir con esta situación.

Horacio se quedó estático en el sitio cosa que no me gustó para nada.

- Yo voy a volver, creo que te vendría bien darte otra vuelta más - le dije.

Me di la vuelta, pero sentí como alguien me agarraba del brazo, me volteé de nuevo y vi a Horacio con una sonrisa en la cara.

- Gracias por todo - me dijo alegre, para luego comenzar a caminar.

Yo me quedé estática por unos segundos, hacia años que nadie me daba las gracias y me dedicaba una sonrisa, la última vez fue Julia días antes de que muriera. Mi mandíbula comenzaba a temblar, no me lo podía creer que me pusiera así por una tontería, respiré hondo y comencé a caminar de nuevo hacia la habitación de Jack.

Apenas me quedaban unos pasos para llegar cuando vi a una enfermera sacando la bandeja de la comida de la habitación, pasé a su lado y vi el contenido, el menú estaba casi intacto. Miré las demás bandejas y solo pude ver los cubiertos, paré en seco y giré para acercarme a la bandeja de Jack que ahora se encontraban con las demás y ahí es cuando me di cuenta que la bandeja le faltaba uno de los cubiertos.

Corrí hacia el interior de la habitación, una vez dentro pude ver la cama vacía, comencé a ponerme nerviosa cuando sentí que alguien me empujó y caí al suelo haciendo que cerrara los ojos del impacto, abrí los ojos lo más rápido que pude encontrándome con Jack encima de mi mientras elevaba un cuchillo por encima de su cabeza con sus dos manos, cuando este fue a apuñalarme agarré sus brazos para evitarlo. El cuchillo se encontraba a unos cuantos centímetros de mi pecho, mi respiración era alterada y hacia toda la fuerza posible para que el cuchillo no me alcanzara. Esa situación me recordaba a cuando éramos pequeños y nos peleábamos en el recreo, una pelea tras otra pero ninguno de los dos salimos ganando nunca, ya que siempre nos acababa separando algún adulto.

La situación empeoró cuando Jack aplicó más fuerza y yo comenzaba a cansarme.

- ¡Suelta el cuchillo! - le grité.

Jack me miró fijamente a los ojos y me mostró una sonrisa muy siniestra. Al principio pensaba que saldría de esa situación, pero al ver que pasaban los minutos y Jack seguía haciendo fuerza comencé a desesperarme.

- ¡Escúchame ¿vale?! - dije alterada - ¡Se que tú no quieres esto!, ¡te puedo ayudar! - dije pataleando para inventármelo quitar de encima.

Pero por mucho que insistiera no cesaba, mis brazos comenzaron a temblar y a perder fuerza.

— ¡Suelta el cuchillo porf-... —

No pude terminar la frase cuando sentí el cuchillo insertarse en mi pecho, agarré una bocanada de aire pero rápidamente la solté junto con unas gotas de sangre. Jack sacó el cuchillo de mi cuerpo y cuando fue a levantarse intenté agarrarle la mano pero no llegué. Lágrimas comenzaron a caer por mi rostro, dolía, dolía mucho, Jack era de mi familia, era el marido de mi hermana, el padre de los hijos los cuales Julia les tenía tanto cariño, ser asesinada por un familiar dolía más que la puñalada... pero... lo que más me dolía... era... morir a manos de a un hombre que algún día ame y me fue arrebatado. Iba cerrando los ojos lentamente mientras veía a Jack salir por la puerta.

Al parecer este es final de aquella pelea que nunca habíamos terminado, nunca me hubiera imaginado que eso me costara la vida... pero... ¿sabes qué?, no me importa, sinceramente no cambiaría nada de esta vida. Estoy muy orgullosa...

- Jack Conway - dije con una sonrisa antes de perder el conocimiento.

¿Gustabo o Pogo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora