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¿Gustabo?
Salí de comisaría escondiendo debajo de mi chaqueta los papeles que acababa de robar.

Miré de un lado a otro para ver si había alguien a mi alrededor, no me gustaría nada que me llamaran la atención algunos de los agentes o peor aun que me siguieran. Debía volver al apartamento para agarrar otras cuantas cosas "prestadas" claramente de Conway.

Chasqueé la lengua al darme cuenta de que no tenía coche.

- Joder... - susurré entre dientes y comencé a andar los más lejos posible de la comisaría.

Agarrar mi vehículo policial no era muy buena idea para lo que tenía planeado, aparte llama mucho la atención.

Debía de ser lo más rápido posible con el plan antes de que alguien me echara en falta; Jack estaba en su gran charla con Michelle por algo que ella no hizo, fue muy fácil convencer a ese idiota que se hace llamar "padre" y Horacio estaba tan ocupado de sus asuntos, tanto amorosos como del trabajo que no se percata de las cosas que le rodean.

Cuando sentí que estaba lo bastante lejos de todos, me acerqué a un coche y de un codazo rompí la ventanilla del conductor. Una vez hecho esto entre en el auto y rápidamente le hice un puente, me abroché el cinturón y puse rumbo al apartamento.

...

Entré en el apartamento y nada más hacerlo fui a la habitación de Jack. En esta me acerqué a su escritorio y pasé mi mano por debajo de este hasta que mi mano hizo contacto con aquel objeto que buscaba, lo agarré y la despegué de debajo del escritorio.

- Que buen escondite... - solté mientras observaba cuidadosamente el arma que sostenía sobre mis manos.

Reí por lo bajo y me escondí el arma por debajo de la camiseta.

Contemplé cuidadosamente todos los detalles de aquella habitación haciendo que una sonrisa apareciera en mi rostro.

- A partir de hoy seremos felices Gustabo, nuestros sueños se harán realidad - dije en alto, nada más hacerlo me dirigí a mi habitación.

Una vez en mi habitación abrí mi armario y saqué un pasamontañas blanco, también tenía otro negro, pero me gustaba más el blanco porque me quedaba mejor y hacía resaltar mis ojos.

¡Mierda mis ojos!, dije para mis adentros al acordarte de aquellos colores tan anormales que tenían.

Cerré una de las puertas de armario para verme en el espejo que había tras esta. Agarré un estuche de lentillas que tenía encima de una cómoda y me las puse cuidadosamente, parpadeé un poco repetidas veces y cuando sentí que estaba bien colocadas volví a dejar el estuche en su sitio.

Ya con lo necesario encima salí del apartamento y volví a "mi coche". Puse el GPS, arranqué el coche y comencé a conducir.

Llevaba un rato de trayecto y me quedaba un poco para llegar a mi destino así que decidí poner la radio, todo fue bien hasta que comenzó a sonar una canción y me dio un espasmo en la mano, rápidamente apagué la radio.

- Tranquilo... Pogo te dejará salir, te lo promete, pero ahora es mi momento - dije con una sonrisa, una que se me quitó cuando escuché unas sirenas.

- No puede ser... - pensé

- ¡Pare el vehículo! - escuché, yo sin resistirme hice lo que me pidieron.

Quité las manos del volante y me recosté en el asiento a la espera del agente que veía por el retrovisor como lentamente se iba acercando.

- Buenas tardes - me dijo un chico de no mucha edad, castaño y con ojos marrones.

- Buenas tardes - le respondí al ver de que se trataba de un alumno y sería complicado que me reconociese y más cuando últimamente no había estado mucho de servicio.

- Solo le paramos para comentarle que no puede llevar la ventanilla rota - me dijo.

- Ahora mismo me dirigía al mecánico para que me la cambiasen, hace un rato tuve un pequeño problema y se me rompió - le respondí tranquilo.

- Bueno... pues si va a repararlo no hay problema entonces... ¡Qué tenga un buen día -

- Igualmente - le respondí y se marchó.

Suspiré y no seguí conduciendo hasta que aquel patrulla desapareció de mi vista.

¿Gustabo o Pogo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora