24

1K 131 29
                                    

Conway
Llagamos a comisaría, todo parecía estar perfecto. Por fin habría un poco de paz. Vi como Horacio y Gustabo iban a salir por la puerta, pero antes de que lo hicieran les paré.

- ¿A donde creéis que vais? - les pregunté.

Estos dos se giraron y me respondieron casi a la vez.

- A patrullar -

- No, no... ¿creéis que después de toda la que habéis armado os vais a ir sin más? -

- Yo creo que hemos aprendido la lección, casi me quedo sin ojo... nos podríamos haber quedado esposados... Horacio... pues es Horacio y se arrepiente mucho, a que si - me dijo levantando sus hombros. Mientras Horacio asentía.

- ¿Crees que me vas a manipular Gustabin?, como si no te conociera - le solté levantando una ceja.

- Había que intentarlo ¿no? - me respondió con una leve sonrisa.

- Pues ya que os gusta estar tan juntitas nenas, vais a limpiar la puta comisaría hasta que me refleje en todo lo que vea -

- Por favor papu.., - me respondió Horacio. Cosa que me cabreó bastante por el hecho de que me llamara papu.

- Ahora también limpiareis los baños -

Gustabo le dio un puñetazo a Horacio en el hombro y este se quejó.

- ¡Vamos a trabajar, que hasta que no limpiéis todo no os iréis a casa! -

Un suspiro por parte de ambos se hizo escuchar.

- ¿No os he oído nenas? -

- 10-4 - respondieron a la vez un poco desanimados.

Cuando vi que entraron en el vestuario me dirigí hacia mi despacho. Pero antes de llegar mi teléfono empezó a sonar, lo saqué de mi bolsillo trasero y al ver quien era lo cogí.

- ¿Qué quieres ahora? - pregunté agotado.

- He descubierto algo, ve a la dirección que te he enviado - me respondió Michelle y al instante cortó la llamada.

¿Tan importante era que no me dio ningún detalle?, pues tendré que ir a hablar con ella supongo.

- Voy a proceder a hacer un 10-10, Volkov está al mando ¿Entendido? - dije por radio.

- 10-4 - respondieron algunos agentes incluyendo Volkov.

Me di media vuelta y me dirigí hacia los vestuarios para ponerme de incógnito. Cuando estaba allí me encontré con Horacio y Gustabo peleándose con dos palos de la fregona.

- Dejar de hacer el gilipollas que vais a acabar otra vez en el hospital - les regañé, abrí una de las taquillas que se encontraban apartadas de las demás y saqué una sudadera negra junto con un pasamontañas del mismo color.

Estos dos pararon de hacer el tonto y me miraron extrañados.

- ¿A donde va usted tan elegante? - soltó Gustabo apoyado en el palo de la fregona.

- ¡A ti no te importa! - le respondí, pero eso empeoró las cosas haciendo que no pararan de preguntarme.

- Qué raro que no te hayas metido con su madre eh... Jack - dijo Horacio para cabrearme. Sabía con qué intenciones decía esas palabras ya que él sabía...bueno... sobre ese tema...

Cerré la taquilla de un portazo lo miré desafiante, pero decidí morderme la lengua y salir de allí sin decir nada.

Horacio
Igual me he pasado dije en mi interior, me estaba empezando a arrepentir ya que igual si le había hecho daño. Pensé en ir detrás de él y disculparme pero las palabras de Gustabo hizo que cambiara de decisión.

- Hostia me has sorprendido Horacio, bien hecho - me dijo extendiendo su puño. Aquellas palabras hicieron que aquel arrepentimiento desapareciera. Sonreí y le choqué el puño.

- ¡Ahora que no está papu podemos hacer lo que queramos! - solté.

- Hoy estas que te sales, vámonos de aquí antes de que vuelva el viejo otra vez - me respondió. Esa respuesta me hizo más feliz, me gusta que mi hermano esté orgulloso de mí.

Salimos de comisaría y robamos un coche, al principio me pareció muy mal lo de robar el coche, pero al final Gustabo me acabó convenciendo.


No se como acabamos así, pero Gustabo convenció a unos jóvenes de que vinieran con nosotros a tomar algo, desde un principio sospechábamos de estos ya que se les escapaba alguna que otra cosa relacionada con una banda y nos fuimos a un bar a ver si sacábamos algo.

Se estaban poniendo hasta el culo de alcohol y cuando digo se estaban poniendo me refiero al grupo de chicos que habíamos conocido, Gustabo intento tomar una copa pero se lo impedí ya que no podía y a mi no me apetecía beber.

- ¿A qué os dedicáis? - pregunté al único chico que seguía en pie. Los otros dos estaban tumbados en un sillón casi inconscientes.

- Bueno... t...trabajamos para un señ... si eso un señor -

- ¿Y qué os manda hacer? -

- puf... eh... ¿droga?... ¿o era armas?... estaban enfadados... - dijo poniéndose una mano en la frente.

- ¿Por qué? - preguntó Gustabo.

Se escuchó un disparo a fuera junto a unos cuantos gritos, mire a Gustabo no reaccionaba parecía estar en un trance. Por miedo a que nos pasara algo decidí ir al grano.

- ¡¿Para quién trabajas?! - le pregunté.

— Para d-... — otro disparo... un cuerpo cayó al suelo...

Le volaron la cabeza. Mire a mi alrededor cuando vi una ventana rota, entrecerré los ojos y vi un francotirador en el edificio de enfrente. Empujé a Gustabo y caímos al suelo, justo en ese instante una bala se incrustó en la pared que teníamos detrás.

- ¡Reacciona! - dije sacudiendo a mi hermano - ¡lo siento! - tras decir eso le di una bofetada y reaccionó.

- ¿Qué ha pasado? - me preguntó desconcertado.

- ¡No hay tiempo para eso ahora tenemos que salir de aquí! - le respondí.

Nos levantamos del suelo y corrimos hacia la parte de atrás del local, pero la puerta estaba cerrada.

- ¡¿Qué hacemos?! - pregunté mientras escuchaba más disparos.

- ¡Aparta! - soltó Gustabo, cuando lo hice dio varias patadas a la puerta y acabó rompiendo la cerradura.

Sin pensarlo salimos, saltamos una valla que daba a la otra calle y corrimos por varios callejones.

- Estoy cansado... ya estamos lejos podemos dejar de correr - le dije fatigado.

- ¡Vamos Horacio no te pares, tenemos que llegar a comisaría antes de que el super se dé cuenta de que no estamos! - me dijo sin dejar de correr.

Llegamos en menos de 1 minutos a comisaría, nos tiramos rendidos en las escaleras de la entrada. Pero esa tranquilidad no duró mucho porque se empezaron a escuchar sirenas a lo lejos, nos levantamos y entramos, yo me senté en una de las sillas azules de recepción y Gustabo se puso detrás del mostrador como si nada hubiera pasado.

Al rato entro el superintendente por la puerta.

- ¡Decirme donde coño habéis estado! - gritó Conway nada mas entrar.

Gustabo y yo nos miramos extrañados.

- No hemos ido a ninguna parte - le respondió Gustabo.

- Vamos no me jodas, hay cámaras os he visto salir, aparte... ¿quien no podría faltar en la masacre que se a producido hace 10 minutos aproximadamente?, claramente vosotros dos no -

Joder que listo es el puto viejo...

¿Gustabo o Pogo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora