Gustabo
Me encontraba sentado en unas de las sillas que había en la sala de espera junto con una mochila con mis pertenencias. Clara me dijo que esperara allí hasta que me llamara para hacerme la última prueba, según ella en la que consistía en hacerme varias preguntas y con eso se supone que me podría ir sin ningún problema.
Pasados unos minutos oí su voz.
- Gustabo García - dijo mientras me miraba, para después adentrarse en su despacho.
La seguí y al entrar me senté en una silla en la que se encontraba enfrente de ella y la mire atentamente.
- Cuando te trajeron aquí estabas totalmente descontrolado, ¿has vuelto a oír alguna voz?-
- No, hace mucho tiempo que ya no le escucho - respondí mientras entrelazaba mis dedos.
- ¿Has tenido visiones o alucinaciones?-
- Bueno... la última vez fue ya hace un tiempo pero gracias a las pastillas no he vuelto a tenerlas... -
- Bien - dijo abriendo un cajón del escritorio en el que sacó un bote y me lo entregó - Estas son las pastillas que te tienes que tomar cada día, solo una por día ya que son muy fuertes y si puede ser posible tómalas por la noche, ya que según tu historial los ataque más fuertes te suelen dar por la noche -
- Entendido - dije levantándome de aquella silla un poco incómoda y cogiendo el bote de pastillas para guardarlo en la bolsa que llevaba.
- Entonces todo perfecto, hace un rato que ya te están esperando para recogerte, he hablado con ellos sobre tu medicamento -
Después de haberme despedido de Clara, caminé hacia la entrada, pero antes de llegar a la puerta principal, vi a alguien corriendo hacia a mi y me abrazó.
- ¡¿Horacio?! - me sentí como un tonto al preguntar eso, pues claro que era Horacio mi hermano de otra sangre.
Horacio y yo nos conocemos desde muy pequeños, los dos fuimos abandonados y nos cuidamos uno al otro, juramos siempre estar juntos tanto en lo bueno como para lo malo.
Deje caer la bolsa que llevaba conmigo para rodear a Horacio con mis brazos, quería que ese momento nunca terminase, que no me volvieran a separar de mi hermano, le había echado muchísimo de menos.
Pero por desgracia ese abrazo se rompió cuando alguien se acercó a nosotros. Levante la vista para así encontrarme con Conway, me quede mirándole un rato, el recuerdo de la última vez que lo vi paso por mi mente ¿porque me abandonó y ahora se presentaba aquí como si nada?.
- Por fin termine el papeleo, como para secuestrar a alguien aquí - dijo Jack con un suspiro y rodando los ojos.
Yo seguía mirándole sin decir ninguna palabra, quería abrazarle y decirle que le había echado mucho de menos, pero no podía por dentro sentía rabia, odio y no me apetecía dirigirle la palabra.
- ¿Nos vamos? - dijo Horacio cortando aquel silencio tan incomodo que había en el ambiente.
Asentí y comenzamos a avanzar hacia la salida en el que se encontraba el patrulla de Conway. Dejé mi bolsa en el maletero y me subí a la parte de atrás del patrulla, Conway conducía, así que me ahorre el preguntar a donde íbamos ya que tampoco quería una mala respuesta de este.
Ya había pasado un rato desde que nos pusimos en marcha a saber donde, el patrulla estaba totalmente en silencio, un silencio que en verdad agradecía, me sentía bastante seguro al lado del abuelo y de Horacio.
Miraba por la ventana con el objetivo de reconocer algún lugar de aquella ciudad, habían pasado 2 años desde que no salía del psiquiátrico.
Sonreí al ver que pasamos al lado de un banco en el que hicimos muchísimos códigos 3, también pude ver garaje central, el que estaba lleno de gente como siempre.
El patrulla se paró y vi como Conway y Horacio se desabrochaban el cinturón así bajando del patrulla, yo hice lo mismo.
Nos encontrábamos enfrente de un edificio súper alto y al parecer bastante lujoso.
Horacio se acercó al viejo y le susurró algo al oído.
- Voy a por.... eh.... ¿chaqueta?... si si a por una chaqueta a casa, ahora vuelvo- dijo Horacio tras separarse de Conway.
Conway se bajo las gafas para pasar sus dedos por el puente de su nariz.
Claramente sabía que me estaban ocultando algo, ya que mentir no es la especialidad de Horacio. Y tal como había dicho se subió al patrulla y lo arrancó.
Conway abrió el maletero, sacó mi bolsa y se la cargó al hombro. Después de eso Horacio se fue "a por la chaqueta".
- Acompáñame - me dijo el super para comenzar a andar dirección al edificio.
Tardé un poco en reaccionar pero termine por seguirle, no nos dirigimos ninguna palabra en ningún momento, Conway andaba y yo solo seguía sus pasos. Subimos en un ascensor y llegamos hasta el piso que Conway marcó, salimos de él y nos paramos enfrente de una puerta.
Conway metió la mano en su bolsillo trasero asi sacando unas llaves las cual uso para abrir la puerta. En cuanto esta fue abierta me quede alucinado, era un apartamento, el más grande que había visto en mi vida, era enorme y tan solo era la planta baja ya que tenía unas escaleras para subir al segundo piso.
- Wow - fue lo único que llegue a decir estaba alucinando con aquel apartamento.
Pero deje de prestar atención al apartamento cuando sentí que me empezó a faltar el aire, no me había dado cuenta cuando Conway se había acercado y me había abrazado, al parecer con todas sus fuerzas.
— ¿Y-y a ti qu-e te ha pi-ca-do? — dije con el poco aire que me quedaban en mis pulmones, cuando dije que me estaba abrazando con todas sus fuerzas no estaba mintiendo.
- Capullo... - fue lo único que me respondió, al principio me lo tomé a broma hasta que noté la manga de mi camisa humedecerse, ¡Conway estaba llorando! y sus lágrimas estaban cayendo en mi camisa ya que su cabeza estaba recostada en mi hombro.
En ese instante no sabía como reaccionar, por una parte estaba luchando por poder respirar y por otra parte estaba muy perdido.
El hombre más temido de la ciudad estaba llorando y lo más raro ¡abrazándome!, me empecé a preocupar, ¿que le podría haber pasado para encontrarse así?, algo bueno claramente no....
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¿Gustabo o Pogo?
RandomToda esta locura empieza con el asesinato de una familia hace varios años, que provoca que el niño menor de esta viva en la calle provocándole serios problemas mentales. ...