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Gustabo
Eran las 20:39, Horacio y yo nos encontrábamos patrullando por la ciudad.

- ¿Gustabo puedes conducir tu? - me dijo Horacio mirándome de reojo, yo tenía mi mirada en la pantalla del teléfono.

- Vale... - le dije rodando los ojos.

Horacio estacionó el patrulla y me subí al asiento del conductor, Horacio hizo lo mismo pero sentándose en el asiento del acompañante, arranqué y seguí conduciendo por la ciudad.

- Horacio siento mucho lo de ayer... - le dije sin apartar la vista de la carretera.

- No pasa nada, ya sabes que no puedo enfadarme contigo - tras esas palabras hubo unos minutos de silencio.

- ¿Tu crees que se ha ido? - dijo Horacio rompiendo aquel silencio que se había formado en el patrulla.

- Si - le dije sabiendo que se refería a Pogo

- ¿Y si regresa? -

- No va a regresar Horacio, ya se acabo todo, el no regresará - le dije intentándolo calmar.

...

- ¿Te acuerdas cuando nos ascendieron a inspectores jefe? - dijo Horacio intentando cambiar de tema.

- Si me acuerdo... siempre te has mereciendo un rango más alto - le respondí.

- ¿me he merecido? -

- Horacio, yo en esta vida no me merezco nada de lo que tengo, hago cosas malas inconscientemente, he llegado hasta matar a gente... tu tendrías que estar de súper intendente en esta ciudad en vez de el viejo decrépito y ser el héroe de toda esta gente -

- Yo no sabría mandar en esta ciudad Gustabo, ni que fuera el hijo de Conway - me dijo entre risas.

- Ya me joderia tener el apellido Conway - dije riéndome.

Al instante Horacio paró de reírse y me miro atentamente.

- Murieron tan jóvenes... - dije recordando la historia que Conway les contó sobre su familia.

- ¿quienes? -

- Coño sus hijos Horacio, estas tonto tío -

Tras esa conversación decidimos volver a comisaría ya que nuestro turno estaba apunto de terminar.

Me encontraba sentado en una silla en recepción esperando a Conway, ya que este salía más tarde que todos. Horacio ya se había marchado hace un rato, el me dijo que tenía cosas que hacer. Mire a mi alrededor y vi un tablón de la gente que había sido condenados a cadena perpetua.

Leí cada uno de los nombres que estaban en aquel tablón, hasta que me encontré con un nombre conocido "Segismundo", había pensado mucho en él mientras estaba en el psiquiátrico, no hay ningún día en el que no me arrepienta de no haber pasado más tiempo con el, ya que nunca podríamos hacer las mismas locuras de antes y tampoco nunca volvería a verle, ya que tengo prohibido entrar a federal en mi estado.

Una mano se puso sobre mi hombro y rápidamente me giré.

- Ya estoy, vámonos - me dijo Jack.

——————————————————
Estaba sentado en la mesa del comedor jugando con la comida que había en el plato  mientras la miraba, no me encontraba muy bien, me dolía la cabeza y tenía náuseas.

- No me encuentro muy bien... voy a ir a mi habitación a descansar - dije levantándome y llevando mi plato a la cocina.

En cuanto entre a mi habitación fui directo a tomarme la pastilla, tras tomármela me tumbé en la cama para intentar dormir, pero fue imposible ya que las náuseas aumentaron y sentía que en cualquier momento vomitaría. En ese momento unos toques en la puerta sonaron y el contrario al no obtener respuesta entró en qu el cuarto.

- ¿como te encuentras? - me pregunto.

– estoy bi- – no termine la frase ya que salí corriendo hacia en baño, rápidamente abrí la tapa del inodoro y empecé a vomitar.

- ¡Agh!, que puto asco - dijo Jack acercándose a mi, se agachó quedando a mi altura y puso su mano en mi frente.

- Joder estás ardiendo - dijo quitando rápidamente la mano de mi frente.

– no estoy acostumbrado a sal- – otra vez fui interrumpido volviendo a vomitar otra vez.

- ¿Tomaste algo anteriormente? -

- No, solo la pastilla...- la misma que ahora acababa de vomitar.

- Será mejor que no tomes la pastilla mientras estés enfermo -

- ¡¿Pero como no me la voy a tomar?! - le respondí nervioso, en el psiquiátrico me obligaban todos los días a tomarla y no sabía las consecuencias que tenía el no tomarlas.

- La vas a echar igualmente capullo, es como si no la tomaras, la podrás empezar a tomar cuando te encuentres mejor -

En verdad Jack tenía razón no servía de mucho tomarla para luego vomitarla.

Con la ayuda de Conway me levante y me acompañó a mi habitación. Me tumbe en la cama y me arropó.

- ahora vuelvo - dijo Conway. Este se marchó, pero a los minutos volvió con una toalla pequeña, esta estaba mojada y me la puso en la frente.

- si necesitas algo avísame, ¿vale? - me dijo dirigiéndose hacia la puerta.

Como pude le asentí con la cabeza y cerré los ojos, estaba muy cansado. Jack salió de la habitación cerrando la puerta.

Pasado un rato acabe durmiéndome con el teléfono en la mano.

¿Gustabo o Pogo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora