¿Gustabo o Pogo?

18

Volkov
Un monstruo es en lo que se había convertido Gustabo.

Aún recuerdo la primera vez que le conocí o mejor dicho cuando conocí a Mathias...

Jack me solía hablar mucho de sus hijos, yo nunca los había conocido en persona, pero había visto una foto que tenía Jack en su despacho de sus hijos cuando estos seguían vivos. En cambio a Julia si la había conocido en persona, una mujer muy agradable y cariñosa, todo lo contrario a lo que siempre había sido Jack. Pero como siempre dicen los polos opuestos se atraen ¿no?.

Era una mañana muy calurosa, ya que el verano se acercaba , estaba en recepción al lado del ventilador ya que me estaba muriendo de calor, cuando llego una carta para Jack. Decidí llevársela cuanto antes, ya que más tarde me daría más pereza.

Llegué a la puerta del despacho del superintendente y llame a la puerta, al no recibir respuesta decidí entrar.

Cuando entre una ráfaga de aire frío chocó contra mi cuerpo provocándome un escalofrío.

- Que bien se está aquí - dije cerrando los ojos disfrutando de el aire frío.

Abrí los ojos y mire aquel cuarto, Jack no se encontraba en el, cosa que me extrañó bastante. Me acerqué a su escritorio y dejé la carta encima de su mesa. Fui paseándome por su despacho para hacer tiempo hasta que llegara el super. Me tire encima de el sillón que había en aquel despacho y casi al instante me quede dormido.

Me desperté por el sonido de la puerta al abrirse, rápidamente me puse de pie y me coloqué bien la camisa. Vi a Jack entrar con un niño en brazos, este le rodeaba el cuello con sus brazos y tenía recostado su cabeza en su hombro.

—¿Que coñ- — este se cortó a sí mismo al acordarse del pequeño que sostenía en sus brazos, el niño levantó le cabeza, se volteó para verme.

El niño tenía el pelo castaño con algunos mechones rubios y ojos azules, las facciones de la cara eran perfectas. Perfectamente se podía decir que era el niño más guapo del mundo.

- ¿Que haces en mi despacho? - repitió Jack en un tono que me sorprendió, era...¿tranquilo? y lo más extraño fue que no me insultó.

Me quede sin palabras, abrí la boca para decirle lo de la carta y que le estaba esperando, pero esas palabras nunca llegaron.

- Bueno... te puedes quedar aquí - soltó Jack, nunca había dejado nadie su despacho.

- No no, yo ya me iba - me dirigí hacia la salida pero antes de salir Jack me paró.

- Porfavor quédate, necesito que me hagas un favor, ¿podrías quedarte con Mathias un rato?, Julia está en una reunión del colegio con Danielle y le dije que yo cuidaría de Mathias, pero me acaban de llamar de federal para que vaya a arreglar unos asuntos con unos presos y no puedo llevar a Mathias, porque no dejan entrar a menores aparte no quiero que vea todo lo que hay allí - dijo desesperado.

- Yo... - no sabía que responderle, tampoco es que había cuidado muchos niños en mi vida solo cuide de mi hermano pequeño.

- Porfavor... soy un desastre como padre lo sé, pero porfavor... - me rogó

- Vale - le respondí

La verdad quería que se fuese ya, me estaba dando mucho miedo el comportamiento de Jack, amable, educado. Agh que asco, definitivamente esas palabras no iban con él.

El superintendente se acercó a su silla y dejó ahí al pequeño, Jack le apartó un poco el flequillo que tenía el niño y le dio un beso.

- Te quiero, pórtate bien, no tardaré mucho -

- Yo tabién te quiedo papá - dijo con dificultad y equivocándose un poco al hablar.

Jack se marchó y yo me acerqué al pequeño.

- ¿Como te llamas? - le pregunte aún sabiendo la respuesta.

- Mathias, ¿tú como te damas? - me pregunto con una sonrisa en su rostro.

- Yo me llamo Volkov, soy amigo de tu padre -

- ¿Dode ce a ido papá? -

- Ha ido a hacer un trabajo que le han pedido, ¿quieres que dibujemos algo mientras le esperamos? - le propuse.

Mathias me recordaba mucho a mi hermano pequeño que murió con 6 años... siempre solía cuidarle yo y también de pequeño le costaba pronunciar las palabras, recordé que lo que más le gustaba a Alex (su hermano) era dibujar, por eso le propuse a Mathias dibujar.

- Siiiii - me respondió con emoción.

Así nos tiramos la mayor parte de la mañana dibujando hasta que llego Jack.

- ¡Papá! - Mathias salió corriendo hacia Jack cuando le vio abrir la puerta, este cogió al pequeño y lo abrazó.

- ¿Te lo has pasado bien? - le preguntó al pequeño.

- Si, Volko y yo hemo dibujao mida - dijo enseñándole el dibujo que tenía en la mano.

- Que bonito, seguro que a mamá y a Danielle le gusta mucho - dijo mirando fijamente el dibujo.

- Bueno... yo ya me marcho - dije cogiendo mi pistolera y avancé hacia la puerta.

- ¡Espeda! - dijo Mathias mientras intentaba bajar, Jack al darse cuenta le dejó en el suelo y este corrió hacia a mi con uno de los folios que había encima del escritorio.

- Pada ti - dijo entregándome un dibujo que me había hecho.

Pude jurar que se me cayeron algunas lágrimas, me agaché hasta quedar a su altura y le abracé.

Pero... todo eso ha cambiado, después de todo las personas cambian y aveces no para bien...