¿Gustabo o Pogo?

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Gustabo
"Bla, bla, bla" es lo único que escuchaba en aquella habitación tan blanquecina, pero a la vez acogedora.

- ¿En que coño pensabas? - y ahí estaba Conway con su vigésima vuelta a la habitación, estaba cansado de que me gritara y cada vuelta que daba me ponía más nervioso.

Rodé los ojos y giré la cabeza hacia una ventana que daba a un pequeño jardín que tenía el hospital, mientras hacía oídos sordos.

- ¡Que me mires a la puta cara cuando te hablo Gustabo, casi pierdes la vida y te importa una mierda!, ¡Horacio se ha tirado horas llorando! - dijo poniéndose enfrente de la ventana tapándome las vistas.

- Siempre ha sido un sentimental de mierda... - dije en un susurro y volví a girar la cabeza para no hacer contacto visual con Jack.

- ¿Que has dicho? - dijo con tono amenazador.

...

Estuvimos un buen rato en silencio hasta que como no Conway lo rompió y siguió regañándome.

- Deja de comportarte como un niño Gustabo, ya tienes una edad -

- ¿Y a ti que te importa mi comportamiento? - le respondí indignado.

- Ja, ¿encima me lo pagas así?. Se que es tener una voz en la puta cabeza, también me ha llegado a importar una mierda mi vida, manipulaciones, muertes, mentiras sobre todo mentiras... No puedes confiar ni en ti mismo, tu cerebro te puede engañar, también toda la gente que te rodea. Hasta que un día consigas el silencio... ese silencio que tanto esperabas su llegada, ¿como lo puedes conseguir?, no lo sé, cada persona es distinta y necesita algo distinto. La mayoría de la gente nace con ese don Gustabo, "el silencio", pero otros tienen que encontrar la forma de callar lo que tienen dentro. -

Jack se puso otra vez enfrente de mi, pero esta vez no aparte mi mirada.

- No se si servirá o simplemente es para dar el pego pero hay que intentarlo ¿no? - tras decir aquellas palabras se agachó hasta quedar a la altura de la cama y en medio de nuestras miradas puso la pastilla que me tenía que tomar todos los días.

Me quede pensativo bastante tiempo, no había entendido nada de lo que me acababa de decir. ¿Que algún día llegaría a entenderlo?, pues sinceramente no lo sé.

Aparte la mirada de la pastilla y mire a Conway a los ojos.

- Al menos inténtalo, hazlo por Horacio...- me dijo intentando convencerme.

Cogí la pastilla y me la tomé con un vaso de agua que tenía encima de una mesilla.

Sin decir nada Jack se levanto sacudiendo sus rodillas y se dirigió hacia la puerta.

- ¿Tu lo has conseguido? - le pregunté antes de que pudiera salir de la habitación.

Jack se giró y me miro.

- Si, hay que tener paciencia, solo paciencia y algún día llegara por si solo - tras responderme salió de la habitación.

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30 min después
Vi como la puerta se abría y tras esta
apareció Horacio cabizbajo. Tal y como había dicho Jack había estado llorando por bastante rato, sus ojos rojizos le delataban.

- Horacio - el nombrado levantó la vista del suelo y me miró, al hacerlo se le cristalizaron los ojos - ven anda - le dije extendiendo mis brazos para que este se acercara a darme un abrazo, Horacio no se lo pensó dos veces.

En el fondo ese abrazo no me estaba gustando nada, aunque Horacio no hiciera fuerza al dármelo, me dolía todo el cuerpo, pero sabía que Horacio necesitaba aquel abrazo así que no me separé de él.

- ¿Porque lloras? - me pregunto Horacio preocupado después de separarnos.

- Nada, solo es que... me alegro un montón de verte - dije intentando limpiar mis lágrimas.

Horacio sonrió al oír mi respuesta.

Mentiras, mentiras y más mentiras... lloraba por el dolor que me provocó aquel abrazo, ¿pero como le iba a decir a Horacio que me hizo daño?, que aquellas lágrimas que caían por mi rostro no las había provocado la alegría si no el dolor.

Tras verlo tan destrozado me prometí ese mismo día que no volvería a hacerle más daño, no quería verlo sufrir más.

Personas como Horacio valen mucho la pena, la malo es que siempre ese tipo de personas son las que más acaban sufriendo, también suelen ser manipuladas y aunque no lo parezca siempre tienen un puñal en la espalda asegurando...