¿Gustabo o Pogo?

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Jack
Después de que Gustabo quedara inconsciente por toda la sangre que había perdido, Horacio trajo a varios médicos los cuales se ofrecieron "voluntarios" para participar en la purga según Horacio.

Yo me encontraba como si me acabara de despertar de un largo sueño, lo último que recuerdo fue el coche viniendo hacia a mi.

Los paramédicos revisaron el golpe de mi cabeza, pero al parecer no tenía nada, me encontraba en buen estado.

Fuimos guiados hacia un sitio donde se encontraba parte de la malla, allí esperaríamos a que terminase la purga para poder ingresarnos en un hospital.

Me senté en una de las muchas cajas que había tiradas por el suelo y comencé a pensar en lo que podíamos hacer con Gustabo, mi mirada se dirigió hacia él, el cual se encontraba ahora en una camilla, estaba atado a ella por si daba el caso de que se despertaba.

Una voz me sacó de mis pensamientos sobresaltado.

- ¿De verdad te encuentras bien? - preguntó Horacio ofreciéndome un vaso de agua.

- Yo si pero él no... - respondí dándole un sorbo al vaso que me había ofrecido.

- El va a mejorar no te preocupes... -

- ¡Claro que me preocupo joder! - grité - Él no va a mejorar... no creo que mejore... - dije esto último más tranquilo.

Horacio bajó la mirada y se quedó unos segundos en esa posición.

- ¿Qué piensas hacer entonces? - preguntó.

- Necesito tiempo para pensar - agarre mi pelo frustrado.

Un silencio incómodo se quedó en el ambiente.

- Hablé con mucha gente que sabía sobre este caso y la única solución que me dieron fue que muriese... - suspiró tras decir eso.

- ¡No! - grité sin querer asimilar lo que me acababa de contar Horacio - Seguro que debe de haber una solución, en cuanto despierte le preguntaremos a Pogo, el seguro que sabe algo - dije alterado.

Horacio asistió con poco entusiasmo y se marchó con los demás.

...

Las sirenas que daban fin a la purga retumbaban por toda la ciudad, rápidamente nos levantamos de aquél lugar y nos dirigimos rápidamente hacia el hospital, Gustabo se encontraba muy grave.

Nos tuvieron esperando mientras Gustabo estaba en cirugía, al parecer estuvo a punto de perder la pierna.

Esta situación me consumía totalmente, llegados a este punto no sabía cómo seguir, ¿Cómo en verdad se siente Gustabo?. Me duele ver que se le haya ido completamente la cabeza, después de todo yo era el culpable.

En estos momentos solo puedo rezar a un dios el cual es muy hijo de puta, pero me dio la oportunidad de volver a ver a mi hijo.

Una enfermera nos llamo y nos indicó el lugar en el que se encontraba, esta era una habitación de máxima seguridad, la cual también tenía un cristal como el que tenemos en la sala de interrogatorios.

Una vez allí solo me dejaron pasar a mi.

Lentamente caminé hacia la camilla en el que se podía ver a alguien tumbada en esta y otra vez esa imagen dolorosa de Gustabo conectado a una máquina mediante muchos cables se hizo presente. Con un nudo en la garganta y tembloroso me acerqué a él cuidadosamente y le miré a la cara.

- Lo siento... - dije con la voz quebrada al ver las heridas que tenía en la cara provocadas por los puñetazos que le había dado - De verdad... lo siento mucho... -

Todo esto era culpa mía y debía asumir las consecuencias.