Querido diario... ( Mathias 2/5 )

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Mathias
Comencemos desde el principio...

Después de que papá se fuera a trabajar, mamá se quedó conmigo, pero yo no estaba muy contento.

- ¡Papá siempre está trabajando y nunca está con nosotros! - grité enfadado.

- No grites que vas a despertar a tu hermana - me susurró.

- Ya da igual... todo da igual... - le respondí.

- ¡Como que da igual, ven aquí! - dijo acercándose y empezando a hacerme cosquillas.

- ¡Para, para! - dije entre risas, intentando apartarla de mi.

Julia hizo caso y paró de hacer cosquillas, se levantó de la cama y se agachó quedando a mi altura.

- Se que papá no está mucho por casa y que le vemos poco... pero te prometo que el próximo fin de semana iremos al parque de atracciones todos juntos - me dijo arropándome.

Sonreí, pero en verdad no estaba muy contento, me alegraba el hecho de ir todos al parque de atracciones, pero ese era el problema "todos", muchas veces mamá me prometió hacer planes todos, pero la mayoría de las veces papá se tenía que marchar por el trabajo.

- Ahora descansa - dijo dándome un beso en la frente y después salió de la habitación dejando la puerta entre abierta.

Estuve mucho tiempo dando vueltas en la cama, por mucho que mamá me dijera esas cosas yo seguía molesto con ella y eso me daba mucho que pensar... ¿Y si me he pasado?, me estaba empezando a arrepentir mucho.

Me desarropé para sentarme en el borde de la cama, busqué a mi osito de peluche, lo agarré y salí de mi habitación para dirigirme hacia la de Dani.

Abrí lentamente la puerta de la habitación y vi a Danielle tumbada en la cama dando la espalda a la puerta.

- Dani... - le dije en un tono bajito para que no se asustara. La nombrada se dio la vuelta, abrió un ojo y al ver de quien se trataba lo volvió a cerrar.

- ¿Has discutido otra vez con mamá...? - poco a poco su pregunta iba perdiendo fuerza, se notaba que estaba cansada y medio dormida.

- Si... - le respondí.

Danielle se echó hacia atrás hasta pegar su espalda en la pared dejando un hueco en la cama. Me acerqué y me tumbé en aquel hueco que había dejado, en cuanto lo hice Danielle me rodeó con sus brazos.

- Mañana hablamos con ella... ¿vale...? - asentí ante su propuesta.

Notaba la respiración tan tranquila de Danielle y las pequeñas acaricias que me daba en el pelo, así provocándome paz. Cerré los ojos y me quedé dormido.




Me desperté no al mucho tiempo de quedarme dormido por el sonido de unas ruedas. Mire detrás de mi y vi que no estaba mi hermana, me senté en el borde de la cama y empecé a frotarme en ojo. Cuando ya estaba totalmente despierto salí al pasillo y vi a mamá corriendo escaleras abajo.

- ¡¿Mamá?! - pregunté desconcertado. Danielle corrió hacia a mi y me cogió en brazos.

- Shh... no hagas tanto ruido... - me calló.

Mi hermana me llevó a su habitación abrió el armario y me dejó ahí.

- Mira Mathi vamos a jugar, al escondite ¿vale? - me dijo todo lo rápido que pudo - Siéntete y cuanta hasta que venga papá - me explicó, antes de cerrar el armario la cogí de la muñeca.

- Tengo miedo a estar solo a oscuras... el siempre me está vigilando... - le dije.

Danielle sin saber que hacer empezó a mirar hacia todos los lados de su habitación encontrando mi peluche.

- Toma, el te protegerá, ahora empieza a contar y no me seas tramposo ¿eh? - me recalcó.

Asentí y me dedicó una sonrisa antes de cerrar la puerta.

Empecé a contar poco a poco...

Uno...

Escuché como alguien entraba en casa...

Dos...

Muchos pasos...

Tres...

Aún más cerca...

Cuatr-...

Paré de contar cuando escuché alguien entrar al cuarto, miré entre los huecos de la puerta del armario y vi a dos hombres de negro, cada uno llevaba un arma en su mano. Vi como cogieron a Danielle, mientras esta pataleaba para intentar escaparse. Más tarde entró un hombre con una máscara que no pude llegar a ver bien.

- ¿Dónde está? - le preguntó el enmascarado a Danielle.

- No se de que me hablas - le respondió.

- ¡DE TU HERMANO! - le gritó

...

- ¿Con que nada? - preguntó el enmascarado.

Danielle prefirió quedarse callada antes de responderle.

- Bajarla con la madre - les ordenó a los dos hombre de negro que sujetaban a Danielle. Estos le hicieron caso.

- ¡Soltarme! - gritó desesperada.

Mi respiración se hacía más continua, me senté en una esquina, cerré los ojos y seguí contando.

Cinco...

Más gritos y llantos...

Seis...

Se escuchó un disparo, me asuste un montón y me tapé los oídos, para seguir contando...

Siete...

- ¡MAMÁ! - escuché gritar a Danielle seguido de un llanto que se podría escuchar a kilómetros.

Ocho...

Más disparos... muchos más...

Nueve...

El llanto de Danielle terminó, sabía lo que significaba eso y empecé a llorar sin moverme de la posición en la que me encontraba.

Diez...

A partir del diez deje de contar... me acomodé mejor en aquel espacio tan estrecho y seguí llorando hasta quedarme dormido... o eso creía yo...

¿Gustabo o Pogo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora