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Horacio
Sentí que el mi vida se había derrumbado en apenas unos segundos tras haber leído los apuntes de Michelle. Mis piernas temblaban haciendo que mantenerme en pie fuera casi imposible, poco a poco fui sentándome en el suelo con ayuda de algún mueble cercano, aún sostenía en mi mano una de las notas, no podía seguir, en mi cabeza se repetía una y otra vez la palabra "matarlos".

- ¿Te encuentras bien? - se agachó Freddy así quedando uno enfrente del otro.

Decidí no responder a esa pregunta, era lo mejor en esa situación, sabía que a la primera palabra que soltara caería en un llanto que no sabría cuando terminaría.

Freddy seguía hablándome, pero yo no escuché ni una de las palabras que me dijo, estaba atrapando en mis pensamientos intentando encontrar alguna otra solución que no fuese ni que estuviera relacionada con la muerte.

- ¡Quieres hacerme caso! - me dio una bofetada haciendo que llevara mi mano a aquella parte afectada - Si es la única solución se hará quieras o no -

Negué levemente.

- Lo solucionaré, pero no los mataré antes prefiero pegarme un tiro yo - me levanté y salí de aquel apartamento.

Pogo
Disfrutaba de la poca tranquilidad que tenía en un pequeño despacho que hacía unos pocos días pertenecía a Emilio. Suspiré y me acomodé más en la silla en la que me encontraba sentado, me giré y miré por una pequeña ventana que daba a la parte trasera de la casa donde se encontraban "mis esclavos" preparando todo para la purga de mañana.

Unos leves golpes se escucharon en la puerta, sin darle mayor importancia ni me moleste en responder. La puerta se escuchó abrirse al igual que unos pasos de alguien adentrándose en el despacho.

- Suponía que aparecerías tarde o temprano - solté sin ni siquiera molestarme en darme la vuelta porque ya sabía de quien se trataba.

- ¿Fue uno de tus hombre? -

- ¿A qué te refieres? - pregunté sin saber a qué se refería.

- ¿Fue uno de tus hombres quien me atropelló a propósito para hacer que viniera? - solté una risita tras escuchar esas palabras.

- Puede ser - dije con una sonrisa satisfecho.

- ¿Entonces para que coño me necesitas?, que sepas que me has jodido mi descanso -

- Por una parte quería deshacerme de Jack, era un estorbo pero no quiero matarlo todavía... - me di la vuelta y le miré fijamente.

- ¿Qué se te pasa por tu retorcida cabeza? - preguntó cruzándose de brazos.

Molesto chasqueé mi lengua un par de veces mientras movía mi dedo índice de lado a lado.

- No te he traído aquí para hacer preguntas -

- ¿¡Entonces que coño quieres que haga!? - dio un golpe al escritorio y me miró fijamente quedando a apenas centímetros de mi rostro.

- Agh... te huele el aliento - dije con asco cosa que le molestó.

- No estoy aquí por gusto que conste... - me dijo entre dientes.

- Después de todo me tienes que obedecer - sonreí satisfecho.

- ¿Qué quieres que haga? - preguntó con el ceño fruncido.

- Baja ahí y ayuda a mis esclavos, cuando llegue el momento te daré más ordenes - asintió y caminó dirección a la puerta - ¡Ah!, ni se te ocurra escapar o si no, no volverás a ver la luz del sol -

- Púdrete en el puto infierno cabrón - tras esas palabras escupió al suelo.

Horacio

- Ya que estamos todos aquí reunidos os comentaré - dije junto al murmullo de todos los miembros del CNP

Uno de los comisarios tuvo que mandar callar a todos ellos, una vez todos en silencio me arme de valor y comencé a hablar.

- Cómo todos los presentes sabemos estos últimos meses se han complicado las cosas y hemos perdido a muchos agentes, compañeros, amigos... Pero esto debe terminar aquí, debemos parar a Pogo sea como sea, la única forma en la que le podemos acorralar es participando en la purga... claro está que nadie de aquí está obligado a participar ya que es algo muy serio en lo que tenéis que pensar bien. Yo pienso terminar con esto de una vez... ¿os uniréis? - un silencio inundó la sala.

Miré nervioso de un lado a otro mirando a los agentes desconcertados, esa tensión fue rota cuando uno de los agentes se levantó.

- Yo pienso participar, quiero terminar con todo esto -

Todos comenzaron a hablar a la vez y de seguido muchos otros agentes se levantaron de su sitio soltando "yo también".

Miré al fondo de la sala donde se encontraba Volkov de pie al lado de la puerta, este me miró orgulloso haciendo que mis mejillas se tiñeran de rojo. Reí nervioso y seguí mirando como todos conversaban entre ellos.

¿Gustabo o Pogo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora