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Gustabo
Abrí lentamente mis ojos, notaba un pitido leve en mis oídos y tenía la vista borrosa.

Cuando pude ver con claridad, vi unos barrotes enfrente mío, estaba desconcertado ¿cómo había acabado ahí?, no recordaba nada.

- ¿Que cojones?- dije en un susurro que solo yo pude escuchar.

Me intenté poner de pie pero... ¡¿porque coño llevaba una camisa de fuerza?!, hice algunos intentos para poder deshacerme de ella pero era imposible.

Sin mas remedio me arrastre como pude hacia una de las paredes de aquel cuarto para intentar ponerme de pie, hice fuerza con las piernas y poco a poco me fui deslizando por la pared.

Cuando me puse de pie, fui andando hacia los barrotes mientras me tambaleaba, pero antes de llegar perdí el equilibrio y caí al suelo.

Estuve un rato retorciéndome en el suelo de dolor, la cabeza me dolía y el golpe que me acababa de dar no ayudaba mucho.

- ¡¡¡Ayuda!!! - grité todo lo que pude, no podía soportar el dolor y la angustia que tenía.

Al rato unos cuantos pasos se escucharon por el pasillo que daba a la habitación o más bien a la celda en la que me encontraba.

Una doctora seguido de tres guardias de seguridad y de ¡¿Conway?!, caminaban por aquel pasillo y cuando todos estaban enfrente de mi celda me miraron.

Jack Conway es el superintendente de la ciudad y mi jefe ya que yo trabajo de policía, ¿no? o eso recuerdo.... Jack es un hombre frío y de pocos sentimientos o al menos en público no los expresa, la mayoría del tiempo está de mal humor, por no decir siempre.
Horacio y yo estamos siempre molestándolo ya que en el fondo sabemos que él nos tiene algún aprecio aunque sea muy muy muy pero muy poco.

Iba a volver a hablar pero ahí volvió el pitido en mis oídos, pero esta vez era más intenso, no podía soportarlo, Conway me miro, su rostro mostraba...¿preocupación?, ¿desde cuando él mostraba algún sentimiento?, pero en ese momento sinceramente no le di mucha importancia, se acercó a la doctora y le dijo algo que no llegue a escuchar por el dichoso pitido, cada vez me retorcía más de dolor en el suelo. En ese momento abrieron la puerta y entraron.

Conway se acercó a mi agachándose hasta quedar de rodillas en el suelo y me acarició el pelo, en cambio la doctora había abierto un maletín que llevaba con ella, de él saco una jeringuilla, al verla me empecé a asustar y intenté alejarme, los guardias se acercaron y me sujetaron la cabeza y las piernas ya que los brazos ya los tenía inmovilizados por la camisa de fuerza. Intenté deshacerme del agarre pero era imposible deshacerme de estos tres.

Gire la cabeza como pude y vi a Conway, al instante me tranquilice, el no dejaría que me hicieran nada malo ¿verdad?.

Una lágrima se dejó ver en mi rostro sentía dolor, angustia, miedo y estaba muy nervioso por saber lo que pasaría a continuación , eran muchos sentimientos a la vez.

La doctora se acercó, me giró la cabeza y sentí un pinchazo en el cuello.

Me sentía.... tranquilo, tanto que no sentía nada, todos los dolores que había tenido hace un segundo desaparecieron, mi cuerpo no reaccionaba y poco a poco mis párpados se fueron cerrando hasta que todo se volvió oscuro.

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Unos golpes en la puerta de mi habitación me sacaron de mis pensamientos, me encontraba sentado en un escritorio haciendo garabatos en una hoja, me di la vuelta cuando la puerta se abrió entrando Clara, mi sicóloga, en sus manos sostenía un cuaderno junto con un bolígrafo, entro y cerró la puerta detrás de ella.

- ¿Qué tal te encuentras... Gustabo?- me pregunto diciendo lo de Gustabo un poco dudosa.

- Bien supongo - dije sin mostrar ningún sentimiento en la mirada mientras levantaba mis hombros.

- Pues supongo que estás de suerte - soltó con una leve sonrisa - hemos estado hablando y hemos llegado a la conclusión de que te vamos a dejar irte -

Una sonrisa se formó en mi cara ¡por fin podría salir de aquel infierno!.

- pero con una condición, hemos hablado con tu familia, específicamente con tu padre y él está de acuerdo con todo esto. La condición es que tienes que quedarte con él quieras o no, necesitas que alguien te esté controlando todo el tiempo - su voz se notaba sería y firme.

Pero... un momento, ¿familia?, ¿Padre?, me quede petrificado, a mi me abandonaron de pequeño, nunca supe nada de mi familia y menos de mi padre.

- Y eso era todo, mañana por la mañana te vendrá a buscar - tras decir eso Clara salió de la puerta antes de que pudiera decir alguna palabra.

Estuve toda la noche pensando en lo que me había dicho Clara y no pude dormir bien, estaba súper contento porque me podría marchar de ese lugar y seguir con mi vida, pero tenia muchas preguntas en la cabeza.

¿Gustabo o Pogo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora