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Jacob
Tras horas de reuniones y gracias a que hable en privado con mi padre, pude convencerle de que dejáramos libre a Mathias, lo único es que a cambio Jack tendría que venir con nosotros.

La familia de los Conway no es que me cayeran bien, pero tengo la mínima compasión como para no involucrar a un niño de tan poca edad en estas cosas. Un niño el cual después de rescatarlo se limitaba a mirar fijamente en un punto sin expresión en la cara, le intentaron dar varias veces de comer pero este se negaba.

Unos golpes en la puerta me hicieron salir de mis pensamientos.

- Ya está todo planeado, será está tarde antes del anochecer en el lugar indicado por nosotros - dijo mi padre.

Asentí a tal afirmación y sin más que decir se marchó.

...

Ya era casi la hora del encuentro, me levanté de la silla de mi despacho tras varias horas de papeleo. Me estiré para relajar los músculos, agarré unas llaves que se encontraban encima de mi escritorio y me dirigí hacia la casa, en la cual se encontraban mi hermana y Mathias.

Una vez allí llamé a la puerta, no pasaron ni dos segundos cuando mi hermana me recibió.

- ¿Qué tal todo? - pregunté.

- Lleva sin moverse horas - dijo indicándome que pasará.

Está me llevó junto con Mathias, el cual tal y como me había dicho, no se había movido. Una vez nos dejaron a solas, me agaché hasta quedar cara a cara y le miré fijamente a los ojos.

Sentí tristeza, parecía una persona sin alma en el cuerpo, como si su cuerpo fuera una cáscara vacía por dentro.

Miré a mi alrededor en busca de una caja, una vez la encontré encima de una mesita de cristal, me levanté, la agarré y la abrí encontrándome una inyección en su interior. La cogí y volví a la anterior posición con Mathias, este seguía sin inmutarse. Suspiré y prepare la aguja, una vez lista, le agarré el brazo con cuidado y le inyecté el líquido. Mathias ni se quejó cuando le pinché, pero pasado unos segundos poco a poco se le fueron cerrando los ojos hasta caer completamente dormido, le agarré para que no cayera al suelo y me lo llevé en brazos fuera de las casa.

Jack

- Quiero a toda los agentes preparados para cuando yo indique - dije por la radio y la dejé en el coche.

Giré la cabeza y pude ver a Julia, está se mordía las uñas. Puse mi mano en su brazo para que dejara aquella acción tan viciosa.

- Todo va a salir bien, te lo prometo - le dije, Julia me miró y pude ver su cara, tenía los ojos rojos de tanto llorar estos días y las notables ojeras que tenía.

Le sonreí para tranquilizarla y está me abrazó en forma de consuelo.

Escuchamos un vehículo llegar, salimos los dos del coche y a unos 10 metros nos encontramos con dos coches negros.

Nos encontramos en las afueras de la ciudad, en una construcción de un edificio la cual fue abandonada hace años por falta de dinero. Tal y como ponía en el mensaje que nos indicaron nos posicionamos unos metros más al lado de la construcción, una pequeña esplanada en donde aún quedaban unas cuantas vigas y ladrillos.

El sonido de unas puertas abriéndose nos hizo ponernos alerta. Tres hombres enmascarados salieron del vehículo y más tarde una mujer también enmascarada salió con Mathias en sus brazos, este parecía dormido.

Julia se llevó las manos a la boca y por unos segundos pareció sentir alivio al ver a su hijo.

- Jack Conway - escuché decir a uno de los enmascarados, al parecer el que manejaba todo.

¿Gustabo o Pogo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora