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Gustabo
Ya llevaba un buen rato despierto, pero aún no me había levantado de la cama.

La poca luz que había en la habitación provenía de los pequeños agujeros que tenía las persianas de aquella habitación. Escuché unos pasos detrás de mi, me giré como pude, era extraño ya en ningún momento la puerta había sido abierta.

Cuando me giré me encontré con una figura oscura, esta estaba mirándome y en su mano izquierda sostenía algo, cuando fui a encender la luz este me cogió y con lo que sostenía me cortó la mano de un golpe.

— AHH-!! — grite de dolor, pero más bien se quedó en un grito ahogado ya que aquella figura se abalanzó sobre mí y me tapó la boca con una de sus manos.

— Shhh... — este me mando callar posicionando su dedo es sus labios, cada vez se iba acercando más a mi rostro, lo único que vi fue que tenía el pelo rizado antes de que se separara de mi, ya que un rayo de luz le tocó y a este como si le quemara se apartó rápidamente.

Aproveche ese momento para intentar levantarme, pero caí al suelo tras no poder ponerme en pie me encontraba muy débil y estaba perdiendo muchísima sangre. Aún tumbado en el suelo mire hacia atrás y vi a la figura acercándose a mi lentamente con un hacha en la mano.

Con todas mis fuerzas, me fui arrastrando por el suelo hacia la puerta de la habitación. Me quedaban escasos centímetros para llegar cuando esté me agarro del tobillo y me arrastro hasta el interior de la habitación.

- ¡¡¡Suéltame!!!, ¡¡¡Ayuda!!! - grite todo lo que mis pulmones me lo permitían.

Estaba por dejar de forzar para intentar escaparme y aceptar mi destino, ya que no tenía nada que hacer, pero la puerta de la habitación se abrió y un rayo de luz que me cegó hizo que aquella figura desapareciera y solo se viera luz en aquel cuarto.

Abrí rápidamente los ojos, me encontraba tumbado en la cama y me encontré frente a Conway, este me sacudía y me gritaba. Cuando iba a hablar sentí las náuseas y casi al instante vomité en el suelo de la habitación, ya que no me dio tiempo a reaccionar.

— ¡Joder Gustabo!, me voy a cagar en tu put- — Jack no pudo terminar la frase ya este respiro hondo.

Yo seguía sentado en el borde de la cama mirando aquel charco de vomito que había dejado, mi respiración era entrecortada y pasaba mis manos por mí pelo intentando tranquilizarme.

- ¿estas bien Gustabo? - este al no recibir respuesta siguió preguntado.

- ¿porque estabas gritando?, ¿ y que ta ha pasado en la muñeca? -

Esta última pregunta me desconcertó, me mire la mano la misma que había sido cortada, esta seguía ahí, pero me encontré con una marca roja que me rodeaba la muñeca.

- No lo se... -

- Ven -

Este me cogió del brazo y se lo paso por su cuello para ayudarme a caminar. Salimos de la habitación y entramos en una que había al final del pasillo. Me guío hasta una cama que había y me senté en esta.

- puedes descansar en esta habitación mientras limpio la tuya. Como se te ocurra vomitar aquí te haré limpiarlo con la lengua ¿te ha quedado claro? -

- clarísimo - le respondí

- Yo me tengo que ir a trabajar, tú te quedarás descansando - me dijo mientras se acercaba a un espejo y se hacia el nudo de la corbata.

- he llamado a Horacio para que venga a hacerte compañía mientras no estoy, no rompáis nada, no ensuciéis nada, ni mucho menos queméis la casa. Si sucede algo llamarme. - tras decir eso sonó el timbre y este salió de la habitación.

Mire a mi alrededor, era una habitación preciosa, en un rincón había un escritorio junto con un portátil, varias estanterías llenas de libros, un armario enorme, un pequeño sillón blanco en medio de la habitación y dos mesillas a los lados de la cama.

Escuché como alguien corría hacia la habitación, en ese instante entro Horacio y este se tiro encima de mi.

- ¡Gustabo!, ¡joder, vaya casa que tiene el viejo! - ese comentario me hizo soltar una carcajada.

- te había echado de menos osito - le dije

- Yo no soy un osito - bajo de la cama y se pudo enfrente de esta - soy el puto héroe de esta ciudad - dijo mientras hacia su pose tan característica.

Estuvimos varias horas hablando y haciendo bromas, hasta que una pregunta que me hizo Horacio me dejó de piedra.

- ¿porque no hay fotos en esta casa? - me dijo

- Es Conway, como va a tener fotos - le respondí.

- tiene que tener alguna ¿no? - tras decir eso Horacio se acercó al escritorio y empezó a rebuscar en el.

Rápidamente me levante de la cama como pude y le pare.

- ¿estas loco quieres que nos mate? - le dije dándole un pequeño empujón, pero este tropezó y se dio contra una estantería haciendo caer unos cuantos libros.

Horacio y yo nos quedamos mirándonos. Trague saliva, como se diera cuanta de lo que acabábamos de hacer nos arrancaría la cabeza.

Nos agachamos para recoger los libros. Cuando fuimos a recoger el último nos dimos cuenta que este no se trataba de un libro si no de un álbum de fotos.

- lo ves como tenía razón - me dijo Horacio con tono de burla.

¿Gustabo o Pogo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora