Capitulo 24.

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Fernando.

Desperté y aun la tenia en mi pecho, mire el reloj, faltaban cinco minutos para que sonara, le acaricie su espalda e intente moverme con mucho cuidado para no despertarla pero fue inútil, apenas me estaba zafando un poco cuando senti que se removió y me abrazo mas fuerte, comenzó a abrir los ojos y se levanto de mi pecho medio asustada.

Ana: Fernando? -mas aliviada- que haces en mi habitación?

Fernando: pues que anoche no podía dormir, me iba a hacer un te y te vi y quise darte un beso de buenas noches, me recoste, tu me abrazaste y fue inevitable no dormirme.

Ana: pues yo amo despertar así -sonriendole- pero mira la hora, tengo que despertar a los niños!

Fernando: y yo tengo que trabajar -levantandose- por cierto -girándose a Ana- buenos días mi vida, siempre te ves hermosa cuando despiertas -dándole un beso rápido y saliendo de ahí-

Ana despertó a todos, los hizo alistarse y bajar a desayunar, luego en la sala los estaba despidiendo para ir al colegio cuando bajo Fernando.

Fernando: buenos días hijos!

Los siete: buenos días papa. Ya nos vamos!

Fernando: bueno, que les vaya bien, los amo. -dándoles un beso tronado a cada uno-

Los siete salieron y se quedaron Ana y Fernando en la sala.

Fernando: creo que también me voy.

Ana: que te vaya bien -acercandosele y arreglando su corbata- no llegues tarde si?

Fernando: haré lo posible mi vida.

Ana: esta bien -dándole un beso en su cachete- te amo.

Fernando: y yo a ti -dándole un beso- te veo en la noche. -girandose-

Cuando Fernando salio Ana entro a la cocina donde estaba Manuela muy molesta porque se le habían quedado cosas para la despensa, Ana se ofreció a traerlas y luego de que Manuela le diera una lista se fue con Zeus a comprarlas.

Ana se bajo del auto y entro a buscar las cosas, ya había agarrado casi todo lo de la lista cúando se volvió a sentir extraña... Miro a todos lados, había mucha gente pero no vio a nadie extraño, intento seguir con las compras pero cada vez se sentía mas angustiada, como si alguien la vigilara... Termino rápidamente y se fue lo mas rápido que pudo al auto, Zeus la ayudo con las bolsas y entro.

Ana.

No se que me pasa, jamas habia sentido cosas así, no dejo de repetirme que estoy exagerando y que me estoy volviendo paranoica pero no termino de convencerme, o tal vez simplemente me estoy volviendo loca... Si, es muy probable.

En la noche Fernando llego a las  19 horas, Ana se encontraba en la sala hablando por teléfono.

Ana: ya mi carnalita no llores mas, espera a que llegue Fernando y le pregunto, pero porfavor ya no llores.

Ana finalizo la llamada y se giro y vio a Fernando.

Ana: hola mi amor -corriendo a darle un abrazo- como te fue? -dándole un besito y limpiandole- te extrañe mucho -haciéndolo de nuevo-

Fernando: y yo a ti mi amor. -Ana lo volvió a besar- que era lo que me ibas a preguntar?

Ana: Fernando Lascurain usted estaba espiandome? -haciéndose la indignada-

Fernando: no te espiaba mi amor, casualmente escuche tu conversación que es diferente.

Ana: ayy si tu -sonriendo- lo que pasa es que la Jennys esta muy mal -acariciando mi cachete- tu papa quiere cancelar el compromiso con ella.

Las pruebas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora