Capitulo 108.

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Fernando: no...eso no es posible, Diego Nicolas es MI hijo! -incredulo- porque se supone que deba creerte lo del ADN?

Enrique: porque no creermelo? Digo, los dos sabemos muy bien, al menos yo, que Isabella no es ninguna santa -sonriendo con burla-

Fernando: supongamos que es cierto todo esto... que es lo que pretendes que haga yo con Diego Nicolas?

Enrique: aún no lo se, a decir verdad esto me deja con disgusto de igual manera...pues una opción seria que lo registres con mi apellido, pero aún asi, nunca lo podre ver estando aqui y yo se que eso no seria lo mejor para el... a pesar de todo no quiero que un niño crezca con un papa en la cárcel y una mama bueno... -sonando algo dolido- y la otra opción, que quiza me guste un poco más, es que se lo quites a Isabella! -cambiando su tono de voz a uno despechado- y no permitas que lo vea, al igual que yo.

Fernando: -da un suspiro- debo procesar todo lo que me haz dicho...

Enrique: comprueba todo y luego vuelves...-sonando seguro-

Fernando: por el momento, ya que me dijiste algunas cosas claves para mi, tramitare lo de tu cambio de patio -parandose-

Enrique: muy bien, saludas a Ana de mi parte -burlandose-

Fernando: a ella no la metas en esto, ya lograste dañarla en su momento y te recuerdo que por eso y mas, pasaras todo lo que te queda por vivir aqui y sin ver al que crees tu hijo! -molesto-

Fernando.
Note como Enrique solo bajaba la mirada y se ponía de pie, el oficial le volvió a poner las esposas y camino con la cabeza abajo hasta que paso por la puerta y lo perdí de vista, evidentemente le dolieron o algo causaron en el mis palabras, aunque por otro lado no podia creer todo lo que Enrique me habia dicho, realmente me esperaba algun soborno más grande, no confesiones como esas. Apenas llegue afuera vi a Ana esperandome, caminaba de un lado a otro, estaba muy anciosa, apenas me miro a los ojos solo queria abrazarla y conseguir la paz que allí adentro me habian quitado.

Ana: mi amor! Como te fue? Te hizo algo? Te dijo algo? -sonando preocupada-

Fernando: vamonos de aquí -sonando desganado-

Ana: claro, pero estas bien? -tomando su mano-

Fernando: ven, vamos a hablar afuera

Ana: como digas, con tal que estes mejor

Ana.

Fernando estaba realmente mal, sea lo que sea que haya hecho Enrique logro hacerlo sentir mal, nos dirigimos a una plaza cerca de la carcel y nos sentamos a hablar.

Ana: muy bien, que fue lo que te dejo asi?

Fernando: me dijo muchas cosas Ana, pero lo que me dejo asi fue...-tomando aire- el me aseguro que Diego Nicolas no es mi hijo, que existe una prueba de ADN que lo comprueba

Ana: como? -confundida- quien se supone que es el padre?

Fernando: él...Enrique es el padre del bebé -bajando la mirada-

Ana: ey! Mi amor...no te pongas así -acarisiando su mejilla- no te quiero ver mal, ademas puede ser una mentira, si?

Fernando: y si no lo es? Y si realmente Isabella me mintio todo este tiempo?

Ana: mirame -buscando su mirada- tú, siempre seras su papá, lo amaste desde antes que naciera, te preocupas por el asi sea en lo mas minimo...ademas, tienes otros 9 hijos que te aman profundamente, y aunque Emilia y Camila aún no son consientes de todo lo que pasa, te amaran muchisimo y sabran muy bien que eres un excelente papá, esposo, amigo y todo -sonriendole- sea eso cierto o no, exista o no esa prueba de ADN Diego Nicolás siempre sera tu hijo, así como tus hijos son para mi mis hijos, los diez son nuestros hijos y nada ni nadie, ni si quiera esa prueba de ADN podrá arrebatarnolo.

Las pruebas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora