Capitulo 95.

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Ana.

Las enfermeras me prepararon y me sacaron en la camilla a la sala de cirugía, durante el trayecto teníamos que pasar por sala de espera, cuando me estaba iimando los pude ver a todos, se notaba que habían pasado la noche en vela, sus ojos se veían rojos, se veían bastante cansados. Apenas nostaron que era yo la venia se pusieron de pie y se intentaron acercar a la camilla.

Jhenny: Carnalita -intentando contener lagrimas- todo va salir bien, tu siempre has sido muy fuerte, yo se que podrás.

Jonny: eres muy valiente mi Ana -colocando sus manos en los hombros de Jhenny- siempre lo has sido, todo va a salir bien.

Ana: gracias -sonriendoles-

Fanny y Nando: te esperamos de nuevo en la casa -mirándola con ternura-

Fanny: todo saldrá bien amiga -sonriendole-

Ana le devolvió la sonrisa.

Soledad: te espero acá -con lágrimas en sus ojos- te amo

Ana: y yo a ustedes.

Las enfermeras siguieron su recorrido hacia el ascensor donde estaba Fernando esperándome, traía unas bolsas con unos guantes, tapabocas, una bata y un gorro. Fernando me tomo la mano y entramos al ascensor, les di una mirada, ellos me seguían mirando, con una sonrisa entre lágrimas, el ascensor se cerro y les pude dirigir una último sonrisa.

Pude sentir la mano de Fernando un poco fría, también lo sentía un poco tambaleante, mire su rostro y no me miraba fijamente, tenia la vista en el piso y pude ver sus ojos algo rojos, no quería verlo así.

Finalmente el ascensor se abrió y me sacaron de allí, Fernando camino a mi lado aun tomandome la mano.

Enfermera: muy bien señor, bayase colocando todo.

Fernando se quedo allí y las enfermeras me entraron al quirófano, hacia mucho frío, había una camilla en la mitad, colocaron la camilla en que iba y me pasaron a la otra, descubrieron mi pansa y la comenzaron a esterilizar.

Enfermera: en unos minutos vendrán los doctores.

Las enfermeras prepararon muchos instrumentos quirúrgicos en la mesa de al lado, en eso entra Fernando vestido de azul, me mira, traía puesto el tapabocas y sus guantes.

Enfermera: usted se puede sentar en esa silla.

Fernando se dirigió a una silla que estaba justo a mi lado, al lado de mi cabeza, las enfermeras colocaron el trapo que tapa la barriga, aunque Ana iba a estar totalmente dormida, Fernando había pedido estar a su lado así que tendrían que taparlo por el. Sentí que me tomaba la mano, lo mire a los ojos, se veía bastante cansado, su mirada se veía triste.

Ana: todo va salir bien -susurrando-

Fernando: yo soy el que debería decirte eso -mirándola con ternura-

Ana: no quiero que estés triste por favor.

Fernando: yo no podria vivir sin ti -con voz ronca-

Ana: tienes 10 razones para vivir mi amor -tocando su cachete- ellos siempre serán lo mas importante.

Fernando no pudo decirme nada mas, se acerco a mis labios y yo lo bese vacilante, sus labios estaban fríos, sabia que tenia miedo, lo bese muy dulcemente y el correspondió, quería transmitirle mucha paz, el fue profundizando un poco el beso logrando que nuestras lenguas se encontraran ligeramente, quería que mi boca supiera a el, poco a poco se fue separando quedamos a muy pocos milímetros, nos miramos directo a los ojos y tuve la misma sensación de aquella primera vez, de la primera vez que nos vimos, es como si hubiese visto su alma completamente.

Las pruebas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora