Capitulo 26.

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Pasaron los días y llego el momento en que Ana debía ir a firmar el nuevo contrato, con Jhonny ya había averiguado mas y posiblemente podrían conseguir una grabación que evidenciará a Doroteo pero para eso aun tendrían que esperar una semana mas, por lo que al menos Ana tendría que verse obligada a trabajar allí un pequeño lapso de tiempo.

Fernando estaba en la sala esperando a que Ana bajara, ella estaba acostando a los niños, Fernando aun no estaba muy convencido de hacer eso, Ana no tenia porque arriesgarse ni sacrificarse pero sabia muy bien que ella no cambiaría de opinión y así al menos podría estar con ella todo el tiempo para evitar que ese tipo le volviera a hacer algo malo.

Ana bajo las escaleras, traía puesto el mismo saco que siempre usaba en sus anteriores salidas clandestinas, no pude evitar sonreír.

Fernando: estas lista?

Ana: supongo -con voz temerosa-

Fernando: todo saldrá bien mi amor.

Ana solo sonrió y salieron de la mansión en dirección al chicago. Cuando llegaron Fernando bajo rápidamente y le abrió la puerta a Ana, se podía notar el miedo reflejado en sus ojos, Fernando la tomo de la mano.

Fernando: no tengas miedo, yo estoy contigo.

Ana: y te agradezco mucho por eso, no se si podría hacer esto sola.

Fernando: no estas sola -apretándole la mano-

Ana le sonrió y sin decir mas entraron al Chicago.

Entraron y se dirigieron a la oficina de Doroteo. Ana abrió la puerta y apenas la vio Doroteo le sonrió con superioridad pero apenas vio a Fernando su rostro cambio totalmente.

Doroteo: señor Lascurain -finjiendo una sonrisa- que hace por acá?

Fernando: creo que lo sabe muy bien -mirándolo con odio-

Doroteo: entonces ya se entero que la nana de sus hijos es taibolera? -sarcasticamente- y digame porque no la corrió? No creo que eso sea un buen ejemplo para sus hijos.

Fernando: eso no es asunto suyo -conteniendo la rabia- y estamos acá por una razón.

Doroteo: Ana creo que este asunto lo debemos arreglar entre tu y yo -mirando a Fernando-

Ana iba a hablar pero Fernando no la dejo.

Fernando: Ana no esta sola.

Doroteo: mire señor Lascurain este asunto no le incumbe a usted y se lo advierto Ana aun me debe dinero y eso es algo que ella me pagara.

Ana: yo ya e trabajado suficiente tiempo acá, le e pagado hasta tres veces lo que me presto.

Fernando apretó fuerte la mano de Ana pues no quería que se alterara.

Doroteo: tu tenias un contrato que no cumpliste -mirandola con odio- además ya sabes las consecuencias que traerá si no me cumples.

Fernando: la esta amenazando? -con rabia-

Doroteo: tomelo como quiera! Además usted no debería estar acá, este asunto no le incumbe.

Fernando: si me incumbe! O se le olvida que son mis hijos a los que esta amenazando?

Doroteo: ya veo que Ana le informa muy bien de todo lo que pasa no? -mirando sus manos entrelazadas- y digame su esposa que opina de esto?

Fernando: como le dije eso es algo que no le incumbe.

Ana: quiero ver el nuevo contrato! -exasperada-

Doroteo abrió el cajón y saco el contrato con una pluma, le entregó la pluma a Ana y coloco el contrato sobre la mesa.

Las pruebas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora