Las pruebas del amor

Capitulo 101.

Los niños se fueron, Zeus vino a recogerlos para que Fernando se pudiera seguir quedando con Ana, ninguno se quería ir y tras una despedida muy larga volvieron a la mansión.

Ana a pesar de encontrarse mejor aun tenia que descansar por lo que se quedo dormida, Fernando estaba en la habitación haciendo las ultimas llamadas para que terminaran de llevar todas las cosas de la bebe a la mansión.

Paso una hora aproximadamente y Ana despertó, Fernando estaba dormido en el sillón.

Ana.

Abrí mis ojos y lo primero que vi fue a Fernando recostado en el sillón, todos estos días sin dormir bien, debe estar demasiado cansado, mire el reloj y eran las 15:30 en media hora les darán de alta a las bebes; estaba muy feliz por eso, aunque me hubiese gustado poder ir con ellas y estar con ellas, estoy muy segura y que mi mama y los niños van a hacer un muy buen trabajo cuidándolas por estos días.

Estaba mirando el techo por varios minutos cuando sentí ganas de ir al baño, no había ninguna enfermera y Fernando estaba dormido, no se me hacia justo despertarlo, realmente se veía muy cansado. Me gire lentamente y comencé a sentarme, aun me dolía un poco la herida, me logre sentar con un poco de dolor; tenia el suero conectado pornlo que tendría que cargar con el hasta el baño, sostuve el tubo del suero y comencé a intentar bajarme de la cama con mucho cuidado.

Fernando: que haces!?

Medio segundo mas tarde ya tenia los brazos de Fernando sobre mi.

Ana: intento ir al baño.

Fernando: porque no me pediste que te ayudara?

Fernando con mucha delicadeza me ayudo a bajar de la camilla, paso mi mano por su hombro, se inclino ligermanete para que lo pudiera alcanzar y paso su mano por mi cintura mientras que con la otra hagarraba el suero.

Ana: estas muy cansado no te quería despertar.

Me miro con un poco de desaprobación en sus ojos, no resistí y mire al piso, soltó la mano del suero y giro mi rostro para que lo mirara.

Fernando: y por eso decidiste que era mejor ponerte en riesgo de hacer un mal esfuerzo luego de una cirujia como la que tuviste antes que despertarme? -en un tono de voz firme-

Ana: perdona -en un hilo de voz-

No pude evitar volver a hagachar la mirada, malditas hormonas me ponían los sentimientos a flor de piel.

Fernanando soltó un gran suspiro, quito mi mano para que soltara el hagarre que tenia en su hombro, se paro en frente mio, mantuvo una mano en mi cintura y coloco la otra en mi cachete mientras me levantaba el rostro delicadamente, busco mi mirada y cuando la encontró me miro por varios segundos luego me dio un beso en la frente.

Fernando: perdoname no te debí hablar así.

Ana: no, no lo digas, es que -suspirando- las hormonas me ponen así -intentando no dejar que se le quebrara la voz- tienes razón y no debo ponerme así por lo que me dijiste.

Fernando me sonrió con mucha ternura, levanto su mirada y me atrajo a el, coloque mi rostro en su pecho y no pude evitar que mis lágrimas salieran, el me abrazaba con mucho cuidado y acariciaba mi cabello.

Fernando: shhh! -abrandola- ya no llores mi amor.

Ana: es que -tomando aire como una niña chiquita cuando llora- mis hormonas están muy sensibles -suspirando de nuevo- y tu solo te preocupar por mi y -casi hipando- eres tan lindo conmigo -soltando el llanto-

Fernando: ya mi amor -intentando no reir- todo esta bien.

Ana: no te rías -hablando como niña chiquita-