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Cuando ambos amigos terminaron de darse una ducha y salieron vestidos con las cómodas pijamas que Soobin les había pasado. El exquisito aroma a bibimbap invadió por completo las narices de Taehyung y Jungkook. Sus estómagos comenzaron a rugir de una manera que jamás habían sentido, y es que, ni uno había comido nada desde hace horas. Así que sin esperar más se sentaron y le dieron las gracias al mayor por la cena que los había preparado.

—Espero que les guste, no soy muy bueno en la cocina la verdad —dijo Namjoon con sinceridad.

Cuando ambos dieron el primer bocado, sonrieron gustoso. La comida no solo lucia bien, sino que sabía de maravilla, aquella cena fue mucho más de lo que esperaban. Estaba realmente deliciosa.

—¿Y cómo le quedó a mi hermano? —quiso saber el dongsaeng.

—¡Increíble! —respondieron a la vez ambos amigos.

—Me alegro que les guste —sonrió el moreno.

—¿Por qué dijiste no eras bueno para la cocina? Sabe genial —agregó Jungkook dándole un sorbo al soju que Namjoon le había servido.

—Ah, no era muy bueno que digamos —se burló Soobin—, mi hermano sólo sabía hacer gimbap, pero su ex le enseñó a cocinar y ahora hace cosas aún más deliciosas. Lo único que le agradezco a ese idiota.

—¡Bien! ya hablaste demasiado, sigue comiendo mocoso —le dijo Nam tomando los palillos y dándole la comida en la boca, como si de un bebé se tratase. Soobin refunfuño al ver como su hermano aun lo trataba como un niño pequeño.

Todos continuaron comiendo alegres y conversando animadamente. El hermano menor de Namjoon tenía un humor bastante agradable y sabía divertir a los invitados. Jungkook y Taehyung seguía disfrutando de la comida. Tae fue quien se llevó una porción más grande que las demás, pues Namjoon se lo había servido pensando en que el muchacho traía un bebé que estaba en camino y debía fortalecerse más. Luego de haber caminado y corrido demasiado había quedado totalmente cansados y hambrientos, y aún más después de haberse dado una relajante ducha.

El ambiente era agradable y cómodo. Ambos muchachos invitados se pudieron olvidar de todo lo que habían pasado hace unas horas atrás en la calle, y todo gracias a la personalidad de Kim Namjoon y Kim Soobin, quienes les sacaron sonrisas durante la cena. Después de unos minutos los platos estaban completamente limpios y sin rastro de comida.

—¿Quieren servirse otro poco?

Ambos negaron con una sonrisa en el rostro. Habían quedado satisfechos con la cena. Los platos que habían en la mesa quedaron completamente vacíos, eso hizo sentir bien a Namjoon. Los cuatros se levantaron de la mesa y ayudaron a recoger todo, al ser más, no se demoraron mucho en tener todo ordenado.

—Pueden dormir en mi cuarto, la cama es más grande y quedaran más cómodos, ¿no les incómoda? ¿verdad? —ambos amigos negaron—. Soobin y yo dormiremos en su cuarto —dijo Namjoon señalando a su dongsaeng.

—Muchas gracias —contestó Jungkook.

—¿Hablaron con sus familias?

—Yo intente llamar a mis padres cuando llegue a la estación de Daegu, pero no me atendieron —la voz de Taehyung se oía decaída.

—Yo les deje un mensaje a mi padre también cuando llegue, pero nada, no me ha respondido —agregó el azabache mirando su teléfono con preocupación.

—Jungkook, tú habías dicho que tu padre se había ido a la isla de Jeju unos cuantos días, de seguro están bien allí —le animó Namjoon.

—Eso espero —suspiró Jungkook.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora