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Ese recuerdo llenó de pena y dolor volvió a la mente de Namjoon.

Hace ya años que no hablaba de esto con nadie, y muchos menos veía a Seokjin. Era penoso todo esto, volver a recordar ese día en que vio a Seokjin tendido en el piso y que hora después su sueño de ser padre se había devanecido, era horrible.

Ver ahora su ex novio llorando y rogando perdón, le rompía el corazón. El perdón no era fácil, pero estaba dispuesto a hacer un camino junto a Seokjin, en donde se volverían a hablar, cerrar ese tema y dejarlo atrás, intentar avanzar a pesar de que el país estuviera en plena hecatombe. Era lo que él quería.

Lograr establecer un relación sana entre Seokjin. Que Soobin hablase con él. Sería un proceso largo, pero sabía que valdría la pena intentarlo.

Seokjin seguía aferrado al cuerpo fornido de Namjoon, no quería soltarlo, era incapaz de hacerlo. Hace tanto que extrañaba ese calor reconfortante, esa sensación de que todo estaría bien y que solo Namjoon era capaz de transmitirle. No paraba de llorar, era como si todo lo que le quedaba lo estaba dejando ir ahora.

—De verdad te extrañe mucho... Cada día Namie.

El corazón del moreno dio un vuelco al oír ese característico apodo que Seokjin le decía cuando eran novios. Su corazón comenzó a latir incluso más fuerte.

Namjoon lo pensó y sí, el igual había extrañado a Seokjin. Esto no significaba que volverían a ser novios de la noche a la mañana, había un largo proceso en donde la confianza debía ser recuperada, entablar un relación nuevamente y ver si es que un futuro surgía algo de nuevo, después de todo igualmente sufrió al saber que Seokjin lo dejó, y con todo el sentido de la palabra, había sido abandonado por su pareja.

Quedó a la deriva, obligando a este a salir adelante como pudiera teniendo el recuerdo de su novio vigente cada momento.

—Yo igual lo hice Jin. En serio te extrañé, pero aun me lastima el que te fueras.

Seokjin levantó su mirada y se encontró con los ojos de Namjoon.

Lo sabía. Su cobardía y no saber llevar aquel tema lo obligo a huir, su mente le comió la cabeza haciéndole repetirse cada noche que fue su culpa por haber perdido al bebé.

Miró a Namjoon, sus ojos estaban cargado de sueño mezclado de tristeza. Luego, bajo su vista hacia los labios del moreno que había olvidado como eran y como sabían.

¿Estaba mal desear ser besado por él?

Seokjin aparto aquel pensamiento de su cabeza.

Sí, lo era. Demasiado atrevido, se desapareció tres largo y agonizante año. No podía venir de la nada y darle un beso, quizás Namjoon aun debía pensar las cosas, hablar y por supuesto, aclararlas.

—Quisiera que las cosas fuera diferentes —soltó de repente.

—No se puede Jin, lo hecho, hecho está Solo nos queda seguir y fue lo que hice. No sé tú si lo lograste.

Seokjin formó una mueca.

Si era sincero, lo intentaba, pero sus pesadillas que proyectaba el recuerdo de aquel día lo hacía complejo.

—Eso intento, pero mi cabeza me juega malas pasadas —explicó Seokjin.

Namjoon iba a hablar, pero justo en ese momento la luz de una linterna los iluminó a los dos.

Se separaron de inmediato.

Cuando voltearon a ver de quien se trataba, quedaron sorprendido y algo apenados al ver que era nada menos que Soobin. Quien lucía algo extrañado y molesto.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora