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Seokjin abrió sus ojos de golpe, luego se quedó mirando el blanco techo de la habitación que compartía con Ji-eun.

Sus pensamientos y pesadillas no lo han dejado dormir los últimos días, más el incidente en las bodegas en donde si no hubiera sido por Namjoon estaría muerto, peor aun, siendo un caminante más que merodea en busca de algo latente.

Desde que llegaron Namjoon y el grupo han sido días difíciles. Volver a ver al hombre que fue tú novio por tres años y que él abandono por miedo y la culpa que lo comían por dentro; dolía, le quemaba el pecho y las lágrimas brotaban siempre en la noche.

Aveces eran sueños recuerdos de él y Namjoon juntos en aquellos años en su apartamento de Daegu. Los momentos vívido y compartidos eran lo que más apreciaba y guardaba en su corazón, pero todo se volvió polvo cuando él se fue, dejando atrás al Namjoon y Soobin.

Miró hacia su lado derecho y se encontró con la delgada espalda de la doctora Lee, quien dormía plácidamente.

Respiró profundo buscando relajarse un poco para seguido quitarse la sábana y mantas que cubrían su cuerpo. Con dolor apoyo su pie que había salido lesionado y después el otro, mascullo de dolor cuando por fin logro estar de pie.

Con silencio salió de la habitación en busca de algo de agua para luego intentar dormir.

La oscuridad era abrazadora. Solo la tenue luz de luna lograba infiltrarse a través de las sábanas que simulaban ser cortinas, Hoseok fue el de la idea, creyó que era lo mejor hasta poder cuidarse y estar ocultos por un buen tiempo.

Cuando tuvo la botella de agua en sus manos, camino con dificultad hasta llegar a una de las sillas de la mesa. Bebió un poco dejando que el liquido bajara por su garganta, posteriormente dejó la botella en la madera, quedándose viendo fijamente el contenido dentro del plástico.

Seokjin no sabía como entablar un relación sana y expedita entre Namjoon y Soobin sin involucrar el pasado, pero era difícil. Soobin le hablaba poco y era por el rencor que sentía hacia el mayor. Jin no podía enojarse, mucho menos culpar al hermano de su ex novio, estaba en su derecho de enojarse, habían dejado a su hermano de la noche a la mañana y ser testigo de las noches en pena del moreno.

Con Namjoon era más dificultoso todavía. Tuvo una relación íntima, que involucró sus sentimientos y los llevo a saber las costumbres del otro. Seokjin amó a Namjoon, y aun siendo doloroso, lo seguía amando. Habían tantas cosas que quería decirle y explicarle, pero el nudo en su garganta se formaba y sin quererlo se resguardada detrás del miedo. No podía seguir así, huyendo de una conversación que estaba pendiente y que ambos debían tener.

Los primeros meses en que abandonó su hogar con los Kim, lloró como si jamas lo hubiera hecho. Se ahogaba en llanto hasta caer rendido en el sueño y cansancio, era increíble, pero hasta creía haber sentido como su corazón se partía en dos, casi que muriendo de pena, sí el lo sintió así no se imaginaba todo lo que Namjoon pudo llorar.

Aun recuerda ese día donde sus vidas dieron el peor giro de todos.

Inconscientemente, bajo su mano hasta su estómago y lo acarició con delicadeza.

Vacío. Así se sentía.

Unas cuantas lágrimas cayeron mojando un poco su pantalón y camiseta. Con su dorso se seco la cara.

Anhelaba poder abrazar a Namjoon y Soobin pedirles perdón por todo. Hablar con ellos en las cenas como lo hacían antes.

Decirle “te amo” una vez más a Namjoon y sentir como su corazón se aceleraba cuando Kim le respondía lo mismo.

El doctor se levantó de la silla para volver a la cama y dormir de una vez.

Junto en el momento que se puso de pie un dolor puntazante en su tobillo lo hizo quejarse, de pronto, vio una mano morena sujetarlo del brazo para que pudiera apoyarse mejor.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora