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Contemplo con gran orgullo su obra realizada con madera de roble, barnizada con un tono clara. La colchoneta de la cuna era una esponja bastante cómoda. Apenas la coloco en un rincón de la habitación, supo que durante días hizo un gran trabajo en el regalo para su nieto. Jae-ik estaba en el cuarto de Taehyung, Yoongi y Yeonjun, aprovecho de entrar cuando la puerta abierta, solo esperaba que no se viera irrespetuosa de su parte, pero desde anoche ha estado ensayado las palabras que le diría Taehyung a su hijo respecto a la cuna.

Ordeno el espacio de su nieto colocando una almohada vieja que lavo y cambio de funda para la cuna de Yeonjun. Se sentó en la silla del escritorio, dejando el bastón contra la pata del mueble. Al poco rato oyó como unos pasos y la risilla del pequeño se oía cada vez más, se acomodó mejor y se preparó para recibir a Taehyung o Yoongi.

Quien finalmente entro fue Kim, vestía una camiseta de color negra y jeans de color claro. Entre sus brazos venía el pequeño envuelto en una tolla y aún algo mojado. Le había tocado baño ese día. Taehyung se sorprendía al ver a Jae-ik en la habitación que su corazón se llevó un sobresalto.

—Oh Dios… Me asustó —dijo entre risas nerviosas.

—P-Perdón no quería hacerlo.

Taehyung iba a decirle que no había problema, pero su vista cayó en una cuna que estaba en un rincón de la habitación, acomodada de tal forma que quedase a la vista de la cama y no cerca de la ventana. Miro al hombre buscando respuesta.

—¿En eso trabajo estos días? —pregunto sorprendido acercándose a la cuna y tocándola. Estaba hermosa.

—Si, yo se la hice a Yeonjun, es un regalo de mi parte para la pulga —hablo mirando a su nieto con los cabellos mojados y su mirada curiosa. El hombre acarició la cabeza del niño.

—No debía hacerlo, en serio.

—Ya sé, pero quería hacerlo, aparte ya está bastante grande como dormir con sus padres en el medio, luego se malacostumbran y es una odisea sacarlos de la cama. Me paso con Yoongi.

El castaño sonrió.

—Muchas gracias, señor Min. Está preciosa —halago Taehyung con una gran sonrisa.

—No hay de que, más tarde, vendré a verlo dormir en la cuna que su abuelo le hizo.

Ante de salir, la presencia de Yoongi se hizo notar cuando el rechinar de la puerta capto la atención de los dos que estaban dentro. El de tez pálida tenía el cabello atado y las manos sucias con aceite de motor, seguramente por arreglar la camioneta que estaba en el granero.

—¿Y eso qué? —pregunto hostil señalando la cuna.

—Tu padre la hizo para Yeonjun, creo que es un regalo acertado.

—No te lo pedimos. —Yoongi se mostró arisco.

—Yoongi… —Kim lo miro de reojo utilizando tono de regaño.

—Ya sé, es un regalo para Yeonjun, trabaje mucho en ella. Así que ni se ocurra lazarla por la ventana —advirtió apuntando con el bastón el cristal. —Me voy a preparar la cena.

El hombre pasó por el lado de su hijo, quien no lo miro ni por si acaso. Min cerro la puerta, apenas salió del cuarto de su hijo dejando a la familia a solas en la habitación.

Taehyung dejó a Yeonjun sobre la cama para comenzar a vestirlo. El bebe llevó el borde de la toalla a su boca y comenzó a morderla mientras agitaba sus piernas de forma energética. Kim lo vestía con cuidado, estaba un poco molesto por la actitud que tomo su novio recién, por ende, no quiso dirigirle la palabra.

—¿Paso algo? —pregunto buscando sus ojos.

—No, nada…

—¿Seguro?

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora