03

683 86 29
                                    

Ambos amigos se quitaron sus zapatos y los dejaron ordenados a la entrada de la casa, posteriormente Jungkook, se quitó su mochila y la dejo en el mismo lugar que los zapatos, no quería generar molestia o algo por el estilo. La cocina, el living y comedor, estaban en la misma habitación, eran de aquellas casas pequeñas, pero a la vez acogedoras.

Las paredes grises, cortinas blancas, muebles de madera oscura; el lugar les había agradado ambos, se veía limpia y todo perfectamente ordenado, además que había un exquisito aroma a lavanda. Apenas Kim vio el cómodo sofá, fue con timidez a sentarse, no quería, pero su espalda y piernas le pedían a gritos un descanso.

Taehyung con un poco de dolor en su espalda se trató de sentar en el cómodo sofá que había en el living. Trató de relajarse un poco, en todos los meses que llevaba de embarazo jamás se había sentido tan agotado, y como no estarlo, había corrido, se había caído y también camino casi diez cuadras a paso rápido, y el bebé que estaba dentro suyo no ayudaba demasiado, durante el trayecto hasta donde se encontraban, le había pateado con fuerza mínimo diez veces, prefirió no decirle nada a Jungkook, ya que no lo quería preocupar.

Al cabo de unos minutos, del pasillo apareció un hombre alto de piel morena, con el cabello de un tono plateado, detrás suya venía el mismo chico que les había abierto la puerta.

—Bien. Puedo ver que se pusieron cómodos —dijo con voz cálida—. No son de por aquí, ¿verdad?

—No. Venimos desde Seúl —respondió Jungkook.

—Vienen de lejos igualmente —sonrió—. No me he presentado todavía, lo siento. Me llamo Kim Namjoon, encantado de conocerlos. Y este chico de aquí —señaló al muchacho junto a él —, es Soobin, mi hermano menor.

Ambos hermanos aún estaban de pie frente a ellos. Namjoon llevaba un jogging gris junto a una sudadera blanca, y Soobin llevaba un pantalón de mezclilla y un suéter con rayas de diferentes colores. Ambos hermanos tenían sus cabellos sutilmente desordenados, pero les daba un toque atractivo a ambos.

—Encantado. Yo soy Jeon Jungkook y él es mi amigo Kim Taehyung —ambos se pusieron de pie, y dieron una reverencia, y Namjoon se las devolvió.

Los dos amigos volvieron a sentarse en el sofá gris. Y el moreno se dirigió a la cocina.

—¿Cuántos años tienen?

—Yo veinticinco —respondió Taehyung.

—Y yo tengo veintitrés —respondió después Jungkook.

—Ya veo —dijo sacando un par de latas de su nevera—, aún son jóvenes. Entonces, ¿quieren agua o refresco?

—Agua está bien para mí —aceptó Tae.

—Yo quiero un refresco, por favor. ¿Y usted cuantos años tiene? —quiso saber Jeon.

—Tengo veintiséis. —Namjoon dejando tres latas y una botella de agua sobre la mesa de madera que estaba en frente del sofá —, y Soobin sólo tiene diecinueve.

El nombrado sonrió mientras de sentaba en la alfombra de la sala de estar.

Taehyung miro con reproche a Jungkook, por haber insinuado que Namjoon era un tanto viejo, el azabache se puso colorado ante su error, claro que no era su intensión ofender al dueño de casa. Jungkook tomo la lata de refresco y desvíos su mirada hacia la televisión que se encontraba allí.

—¿Podríamos poner las noticias, hyung? —preguntó un tanto avergonzado.

—Por supuesto. —Le contestó con una sonrisa en su rostro. Luego se inclinó hacia la mesa en donde había dejado los refrescos, al lado de las latas se encontraba el control remoto del televisor.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora