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—Si eso quieres...

En un movimiento rápido, Namjoon se levantó de la silla tomando a Seokjin entre sus brazos para sentarlo sobre la mesa. Esta se movió apenas tuvo el cuerpo del chico encima, a la vez, el teclado del computador, el jugo, las galletas y la manzana habían caído al suelo, ya que Seokjin con su cuerpo las paso a llevar.

El moreno por su parte cerró la puerta con seguro así tener la privacidad necesaria para su cometido. Dejando al doctor sobre la mesa a la espera suya.

Seokjin se quitó la bata medica lanzando a una esquina de la habitación oscura, dejando ver su ropa de doctor que usaba para trabajar en el refugio. Hizo su cuerpo un poco hacia atrás, apoyándose sobre sus manos para posteriormente abrir sus piernas. Una clara invitación a seguir con los besos bruscos y húmedos, mientras que el moreno se colocaba entre ellas.

Namjoon sonrió satisfecho, al ver lo entregado que estaba Seokjin a la situación que se había formado en el cuarto de seguridad. En ese momento agradecía que no tuvieran cámaras dentro que pudieran estar grabando tal escena, como si tratase de una película para adultos. Ante el pensamiento rio bajo.

Se acerco y enredo sus dedos entre el cabello castaño y lo acercó más a su cara para besarlo con ferocidad, las manos de Seokjin se deslizaron desde el abdomen hasta el elástico del pantalón. Namjoon excitado al sentir la mano curiosa de Seokjin querer entrometerse en su pantalón, bajo sus labios hasta el cuello dejando cortar lamidas y mordidas.

—Namjoon... —Seokjin apretó el borde del pantalón ajeno.

Las manos del de piel morena comenzaron a descender hasta llegar a borde del pantalón, sus dedos acariciaron las piernas sobre la tela delgada del pantalón de Jin, luego tocó el elástico y, en un dos por tres, bajo los pantalones del contrario.

Seokjin gimió sorprendido. En un abrir y cerra de ojos estaba en ropa interior sobre la mesa. Aparto su mirada algo avergonzado, pero la mano de Namjoon no tardo el llegar a su rostro obligando a mirar sus ojos de dragón con la lujuria escrita en ellos.

Sus miradas conectaron, ambos sabían que el deseo era igual de grandes hacia el otro. No había espacio para dudas, el doctor quería al hombre que estaba en frente de él sacando el resto de tela que cubría su cuerpo.

Una prenda por aquí y la por allá, y Kim estaba igual que Seokjin, solo con bóxer.

El más alto, luego de sacarse la ropa, se abalanzó contra Jin haciendo que este se recostara sobre la madera refinada de la mesa. El camino de besos había comenzado desde sus clavículas hasta su vientre bajo. El calor acecho a Seokjin, tener a Namjoon tan cerca de aquella zona le hacía sentir un abrumador calor. Su respiración era acelerada, al igual que los latidos de corazón.

—A-Ah... —jadeo al sentir un cosquilleo allí abajo.

El moreno sonrió fascinado por la voz suave del chico que era una dulce melodía para él que había extrañado. Posó sus dedos en el borde de la tela de bóxer de Jin y lo bajó lentamente deleitándose con la anatomía blanquecina del joven, dejando ahora completamente desnudo. La mano continúo su viaje hasta los muslos internos del médico, dando fuertes apretones dejando sus dedos marcados.

Namjoon le dedico una mirada lasciva, acercándose inminentemente a Seokjin hasta que atrapo sus labios nuevamente apretando su labio inferior. Antes de que Seokjin dijera más, vio como sus amante bajo hasta sus piernas, y con sus brazos las levantó para dejarlas sobre sus hombros. La respiración caliente de Namjoon la sentía por sus muslos.

Ver la imagen del hombre entre sus piernas era realmente lujuriosa y caliente.

Besos fogosos llenaron las piernas del chico dejando unas cuantas marcas rojizas que pronto se convertirían en violáceas. No pudo resistir más, se acercó un poco para lamer con movimientos lentos y circulares la entrada del muchacho.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora