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—¡Pensé que te había perdido! —dijo el pelinegro abrazando a su hermana con fuerza.

—Yo igual, pensé q-que moriste... Perdóname, perdón por dejarte atrás si tan sólo...

—No, no, no. Estamos juntos y es lo que importa, ahora vámonos de aquí antes de que vengan más de esas cosas Su.

El tal Yoongi, estaba dispuesto a dejar a todo atrás y solo llevarse a su hermana porque al fin y al cabo era a la única que busco todo este tiempo, esas personas no las conocía en los más mínimo y no cuidaría espaldas ajenas

—¡No espera! —Suran jaló de su brazo para detenerlo. —Mis amigos... ellos han estado conmigo desde hace tiempo, tenemos movernos todos juntos, no puedo dejarlos, hay niños, una mujer herida y un chico... está esperando un bebé.

Yoongi desvío su mirada hasta Taehyung, quien lo observaba totalmente perdido.

—¿Dijiste herida?

Suran asintió.

El joven miró a la señora Hyejin que yacía alejada de todos en un árbol apoyada por culpa del dolor que ya la tenía en el piso. Con sus ojos recorrió el brazo hasta que vio la herida. Una mordida reciente provocado por un infectado, en la zona del antebrazo, se está comenzando a poner violáceo y rojiza.

—Ella... no puede venir.

—¡¿Qué?! —dijeron todos.

—¡¿Cómo qué no?! —preguntó Jimin desconcertado.

—La mordieron, es cosa de minutos incluso horas para que sea como uno de ellos y nos coma hasta el hígado.

Taehyung no podía creer en que tuviera tan poca empatía el tipo. Eran una mujer que estaba herida y con un sobrino que lloraba a mares.

—Puede que haya algo que podamos hacer. —Se le ocurrió a Kim.

—¿Estás loco?

Taehyung lo miro dudoso.

—Será una infectada más, no hay nada que puedas tú o yo hacer. ¡Nadie! Entiendan, ella está acabada, les duela o no, es la verdad. Ahora si quieren vivir muévanse, hay un pueblo en esta zona, ahí me he estado quedando hacer un par de día.

Todos lo observaron sorprendidos, querían creer que el hermano de Suran apareció en el mejor momento para ayudarlo, pero Yoongi tenía cara de pocos amigos y todos dudaban de él, menos su hermana.

—T-Tiene razón —Hyejin por fin había hablado.

—T-Tía, no...

—Cielo, mírame, estoy vieja y me mordió un caminante y como dijo me convertiré en una de ellos... —una punzada de dolor la hizo quejarse un poco. —Vete cariño, les prometí a tus padres que t-te cuidaría, sin... i-importar nada.

El niño comenzó llorar, solo tenía doce y estaba pasando por el peor momento de su vida, todos estaba pendientes de la mujer, quien prácticamente se estaba despidiendo. Era el fin y más aún cuando nuevamente los quejidos y pisadas de caminantes se volvieron a oír, el grito de la mujer y los disparos llamaron la atención de más de ellos, si querían sobrevivir debían irse, ahora mismo.

—V-Vayan... los distraeré de alguna forma.

Sunwoo fue tomado del brazo por la madre de Yeri, quien estaba destruida al ver a una mujer tan buena como Hyejin en esa situación. Todos tenían un mal sabor de boca, no podía dejarla en medio de la nada, pero si Yoongi tenía razón, no había nada que hacer. Comenzaron a avanzar, ahora guiados por el mayor que era el único armado, caminaron tristes y tratando de consolar al pobre Sunwoo, pero la única persona que no se movió fue Kim.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora