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El pálido se asomó un poco y los vio como se llevaban varias cosas de lo que parecía ser una tienda de conveniencia, luego volvieron a entrar todos juntos, quizás a sacar más cosas.

A lo lejos se alcanzaba a ver que estos en sus chaquetas tenían restos de sangre y algunas vísceras de caminantes, realmente asqueroso de ver y de oler debe ser aun peor. Los pocos que andaban habían salido de la tienda con algunas cosas, sobre todo comida.

—Tenemos que avanzar ya —susurró Min.

—¿Hacía dónde hyung? —preguntó Jungkook.

Yoongi miró a su alrededor sin asomarse, teniendo cuidado de que nadie lo viera. Al frente había un restaurante de comida tradicional; sus puertas estaban abiertas. Podían entrar callados sin llamar la atención, uno por uno.

Min lanzó una pequeña piedra hacia el auto donde estaban los demás. En base de señas, Yoongi les señalo el restaurante que estaba en la zona, con su dedo apuntó la puerta del local.

Por parte de Jeon y la chica ya había entendido, así que fueron los primeros en avanzar con cautela. Bahiyyih se movía como podía, pues su cuerpo pesaba más de lo normal debido a su estado, Jungkook fue detrás de ella mientras que Yoongi vigilaba que ni uno de los Profetas saliera de la tienda.

Min al ver ya ambos estaban dentro se acercó al grupo del otro auto.

—Hay un restaurante, vayan rápido y sin hacer ruido, están dentro de la tienda así es ahora —susurró Min.

Hueningkai fue el primero en avanzar, teniendo cuidado de que nadie lo viera. Por las ropas que alcanzo a ver supo que eran Profetas. Tuvo miedo con solo verlo con esos machetes con filo. Seguido del menor fue Namjoon, después Hoseok y al final Jackson y Sehun. Min se quedo allí cuidando las espaldas de sus amigos, él entraría cuando todos estuvieran a salvo en el local de comida.

Al ver que todos entraron, él se preparó para a caminar sigilosamente hasta la puerta, pero se quedo quieto al sentir el frío filo de un cuchillo en su cuello.

—No intentes nada que me haga degollarte. ¿Escuchaste?

Min se enderezó y levantó sus manos en señal de que no haría nada.

—¿De dónde sacaste ese machete corazón? —dijo la mujer con mezcla de burla y molestia, luego le dio un empujón a Yoongi.

—Me lo encontré por ahí —respondió seco.

—Si no vas hablar como se debe, él te hará hablar muchacho.

El pálido fue llevado hasta la entrada de la tienda en donde estaban los demás del aquel grupo con machetes. Se quedó allí hasta que vio como salían los otros cuatro con cajas y bolsos rebosando de comida y varias artículos más.

—Vaya... ¿Qué tenemos aquí Jinha?—preguntó otra mujer.

—Me lo encontré escondido por ahí y adivina.

Los demás pusieron atención.

—¿Qué? —preguntó uno de los hombres.

La mujer que encuentró a Yoongi, lanzó el machete al suelo. Todos miraron al muchacho.

Uno de los hombres dejo caer el bolso y le dio una mirada asesina y fría a Yoongi, este sujeto, comenzó a dar vueltas alrededor de Min, observándolo y mirando si era o no una amenaza.

—Jinha, quitale las cosas.

La mujer acató ordenes y le sacó a la fuerza la mochila y su escopeta también, tirando el arma al piso. Yoongi no se inmutó a nada, sabía que su vida corría riesgo si intentaba defenderse. Así que se quedó callado y como estatua.

Outlast ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora